Prevenir lo imprevisible

Lord Kelvin, el de los grados Kelvin, pensaba a finales del siglo XIX que todo lo esencial ya hab¨ªa sido descubierto y que solo quedaba pulir algunos detalles. No pudo equivocarse m¨¢s. Entre 1900 y 1905, Max Planck y Albert Einstein descubrieron la mec¨¢nica cu¨¢ntica y la relatividad, los dos pilares de la f¨ªsica actual, y los cimientos del mundo tecnol¨®gico en que estamos inmersos. Ni siquiera Planck y Einstein pudieron predecir las consecuencias enormes de sus ideas rompedoras, no hablemos ya del resto de los cient¨ªficos de la ¨¦poca, ni menos a¨²n de la ciudadan¨ªa culta en general. El patinazo de lord Kelvin revela una cualidad fundamental del mundo y de nuestra concepci¨®n de ¨¦l: que lo imprevisible no se puede prevenir. Como dijo el matem¨¢tico John Allen Paulos, ¡°ning¨²n peri¨®dico public¨® en 1900: ya solo faltan cinco a?os para que se descubra la relatividad¡±. Es mi cita favorita para futuristas y corredores de Bolsa.

La pandemia del coronavirus, sin embargo, nos manda el mensaje contrario: que debemos ser capaces de prevenir lo imprevisible. Parece una contradicci¨®n en t¨¦rminos y un laberinto sem¨¢ntico, pero siempre hay una forma de escapar del laberinto. En nuestro mundo, lo imprevisible sigue pautas. Los economistas no vaticinaron la crisis financiera de 2008, pero si vieran ahora mismo una burbuja de cr¨¦ditos con alto riesgo de morosidad se les erizar¨ªan los cabellos. Los humanos aprendemos de la experiencia, y tambi¨¦n podemos extrapolarla, de modo que no solo abarque a la travesura crediticia sino tambi¨¦n a cualquier otra burbuja. Eso ser¨ªa una forma de prevenir lo imprevisible, ?no? Pues as¨ª mismo para las pandemias. Porque la naturaleza tambi¨¦n sigue pautas y descubrirlas es en el fondo el objetivo de la ciencia.

No hace falta saber cu¨¢l es el virus concreto que nos va a caer encima ni la fecha exacta en que lo har¨¢. Sea cual sea y llegue cuando llegue, deberemos preparar un sistema de salud bien financiado y que pueda adaptarse con rapidez a cualquier amenaza imprevista. La salud general de la poblaci¨®n y la implantaci¨®n de calendarios vacunales eficaces tambi¨¦n ser¨¢n importantes ante cualquier visitante imprevisible. La organizaci¨®n de sistemas de informaci¨®n sanitaria eficaces, transparentes y flexibles ayudar¨¢ a gestionar incluso la situaci¨®n epid¨¦mica m¨¢s inconcebible. La pol¨ªtica de recortes financieros y privatizaciones codiciosas debe cesar, y sustituirse por inyecciones de fondos a la medicina y la ciencia.

Los cenizos somos esc¨¦pticos, porque no vemos c¨®mo el pu?ado de ¨¢tomos al que llamamos coronavirus puede cambiar la psicolog¨ªa humana

El incremento incesante de la desigualdad social es y ser¨¢ un lastre para cualquier intento de gobernanza racional. Prevenir lo imprevisible es dif¨ªcil, s¨ª, pero no por razones cient¨ªficas ni filos¨®ficas, sino por los lastres socioecon¨®micos que sufre nuestro modelo actual del mundo. Hay quien piensa que eso cambiar¨¢ gracias a la pandemia. Los cenizos somos esc¨¦pticos, porque no vemos c¨®mo el pu?ado de ¨¢tomos al que llamamos coronavirus puede cambiar la psicolog¨ªa humana. Ojal¨¢ la inmunidad contra el virus sea de larga duraci¨®n, porque el susto nos va a durar muy poco.

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