El alzh¨¦imer sentencia al s¨ªndrome de Down
Un estudio revela la historia natural de la dolencia neurodegenerativa en personas con este trastorno gen¨¦tico: es m¨¢s prevalente y aparece m¨¢s pronto
El alzh¨¦imer acecha al s¨ªndrome de Down desde la cuna. O antes, incluso. En el cromosoma 21, que las personas con down tienen triplicado, nace el estrecho v¨ªnculo entre la dolencia degenerativa y el trastorno gen¨¦tico: ah¨ª est¨¢ el gen precursor del amiloide, una mol¨¦cula esencial en el desarrollo del alzh¨¦imer y presente en forma de placas en el cerebro cuando se manifiesta la enfermedad. ¡°Fabricamos amiloide desde que nacemos y lo eliminamos. Las personas con down, sin embargo, fabrican un 30% m¨¢s, pero los mecanismos para eliminarla son los mismos que tenemos todos, as¨ª que acumulan esta prote¨ªna de forma anormal¡±, explica Rafael Blesa, director de la unidad de Neurolog¨ªa del Hospital Sant Pau. Su equipo ha liderado un estudio publicado en The Lancet que revela la historia natural del alzh¨¦imer en personas con s¨ªndrome de down: en esencia, es la misma enfermedad que afecta a la poblaci¨®n general, solo que en este colectivo es much¨ªsimo m¨¢s prevalente y se desarrolla de forma m¨¢s temprana.
A mediados del siglo XX, el s¨ªndrome de Down era una condena a muerte temprana: apenas 12 a?os era la esperanza de vida en la d¨¦cada de los cuarenta, seg¨²n la Fundaci¨®n Iberoamericana Down21. Las cardiopat¨ªas diezmaban a este colectivo desde muy joven y no fue hasta el desarrollo de la cirug¨ªa card¨ªaca, entre otras cosas, que pudieron hacerse mayores. Hoy, su pir¨¢mide poblacional ha dado un vuelco: nacen muy pocos (269 en 2015), pero alrededor de la mitad de todos los afectados ¡ªunos 35.000 en Espa?a¡ª tiene entre 20 y 40 a?os. El aumento de la esperanza de vida en las personas con Down, sin embargo, ha revelado otra piedra en el camino: una sentencia casi ineludible de alzh¨¦imer precoz.
Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), el alzh¨¦imer es el tipo de demencia m¨¢s com¨²n (el 80%) y se estima que afecta a entre un 5% y un 8% de la poblaci¨®n general de 60 a?os o m¨¢s. En el s¨ªndrome de Down, sin embargo, la incidencia y el da?o es mucho mayor. ¡°Es la principal causa de muerte en los adultos con down¡±, atestigua Blesa.
Pero las personas con este s¨ªndrome nunca han contado para los ensayos cl¨ªnicos sobre el alzh¨¦imer. ¡°Hay un estigma por su discapacidad. En los ¨²ltimos 20 a?os han sido excluidos sistem¨¢ticamente de todos los ensayos para f¨¢rmacos terap¨¦uticos. Estaban dejados de la mano de Dios, o de la investigaci¨®n¡±, lamenta el neur¨®logo. Su ensayo es el primero que describe la historia natural del alzh¨¦imer en este colectivo.
¡°El alzh¨¦imer es la principal causa de muerte en los adultos con downRafael Blesa, neur¨®logo
El Sant Pau ha sido pionero en montar, junto a la Fundaci¨®n Catalana de S¨ªndrome de Down ¡ªque tiene 2.400 personas censadas¡ª una unidad espec¨ªfica de s¨ªndrome de Down y alzh¨¦imer. Y de ah¨ª salieron buena parte de las 388 personas con down que participaron en el estudio. ¡°Hab¨ªa que hacer un estudio multimodal y tener toda la franja de edad y estado cognitivo de gente con down. El 60% de los participantes no ten¨ªan ning¨²n deterioro cognitivo¡±, revela Blesa. En el estudio se incorporaron tambi¨¦n como grupo de control 242 personas sin down.
El estudio, que se hizo en colaboraci¨®n con la Universidad de Cambridge y el apoyo de la Fundaci¨®n La Caixa, analiz¨® biomarcadores bioqu¨ªmicos, de neuroimagen y cognitivos de los participantes y revel¨® que el alzh¨¦imer empieza a dejar su huella 20 a?os antes de que manifieste sus s¨ªntomas. Como en la poblaci¨®n general, pero en el caso del down, los tempos se precipitan. ¡°El dep¨®sito de beta amiloide en l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo y de neurofilamentos [otro marcador de neurodegeneraci¨®n] en plasma aparecen en la tercera d¨¦cada de vida¡±, admite Blesa. Es decir, dos d¨¦cadas antes de lo que se apreciar¨ªan en la poblaci¨®n general.
A partir de ah¨ª, la enfermedad avanza en pocos a?os: a los 40, el amiloide ya aparece en el cerebro, seg¨²n el estudio del Sant Pau. ¡°Al final de la cuarta d¨¦cada y principios de los 50 a?os, el metabolismo cerebral empieza a descender y empiezan a destruirse las neuronas¡±, a?ade el neur¨®logo. La prote¨ªna TAU, otro de los biomarcadores que caracterizan el alzh¨¦imer, ya se deja ver en l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo y comienza la atrofia del hipocampo, la zona del cerebro encargada de la memoria. ¡°Ah¨ª ya empiezan los cambios objetivos. Pero podemos encontrar amiloide o TAU dos d¨¦cadas antes de que la persona se demencie¡±, apunta Blesa. A los 60 a?os, m¨¢s del 90% de las personas con down tienen ya alzh¨¦imer. ¡°La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer sintom¨¢tica aument¨® con la edad en las personas con s¨ªndrome de Down, llegando al 90-100% en la s¨¦ptima d¨¦cada de la vida¡±, concluye el estudio.
El ensayo ¡°abre una ventana de oportunidad¡± para tratar precozmente la enfermedad en este colectivo
El ensayo del Sant Pau ¡°abre una ventana de oportunidad¡± para abordar precozmente la enfermedad e incorporar a este colectivo en los ensayos cl¨ªnicos con f¨¢rmacos para frenar el deterioro cognitivo, se?ala el neur¨®logo. ¡°A los 50 a?os, las personas con s¨ªndrome de down desarrollar¨¢n alzh¨¦imer y este no puede ser un estigma. Es una enfermedad y hay que investigar para tratarlo¡±, zanja el facultativo.
Blesa insta a preparar el sistema sociosanitario para abordar este reto, pues la repercusi¨®n en las familias de un diagn¨®stico temprano de alzh¨¦imer ser¨¢ muy fuerte. Las personas con down se encontrar¨¢n con una enfermedad degenerativa cuando sus padres, que eventualmente ser¨ªan sus cuidadores, ya tienen edades avanzadas y, probablemente, est¨¢n cursando sus propias dolencias vinculadas al envejecimiento. ¡°Todo esto es una realidad que no se hab¨ªa mirado. Esta poblaci¨®n, a partir de los 40 a?os, va a empezar a desarrollar alzh¨¦imer. Y es una doble carga porque adem¨¢s del alzh¨¦imer, empeorar¨¢n de su discapacidad. Hay que preparar a las familias y a la sociedad para detectarlo en fases tempranas e intentar frenar la enfermedad¡±, avisa Blesa.
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