El estatus social de una persona se puede conocer analizando su pelo
El an¨¢lisis de los is¨®topos del cabello permite reconstruir la dieta de las personas y tambi¨¦n si viven en un barrio caro o cu¨¢nto les cuesta el peluquero
Como en los testigos de hielo que se recogen en las regiones polares se puede reconstruir la historia clim¨¢tica de la Tierra, a trav¨¦s del pelo que dejamos en el suelo de una peluquer¨ªa es posible conocer nuestra dieta. Y con ella, el lugar que ocupamos en la sociedad. Un estudio publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences explica c¨®mo un equipo de cient¨ªficos recogi¨® muestras de pelo de 700 personas en peluquer¨ªas de 65 ciudades de EE UU y de 29 ¨¢reas distintas de la regi¨®n de Salt Lake City, en el estado de Utah. Los autores, investigadores de la Universidad de Utah, observaron que la medici¨®n de los is¨®topos de carbono del cabello permit¨ªa conocer las diferentes dietas de los individuos, que adem¨¢s estaban relacionadas con el coste de vida en cada una de las zonas de Salt Lake donde se hab¨ªan cortado el pelo. Esos is¨®topos tambi¨¦n permit¨ªan estimar el coste de cada corte de pelo.
Hace casi tres d¨¦cadas, James Ehleringer y Thure Cerling, autores del art¨ªculo, comenzaron a investigar el modo en que la dieta de los mam¨ªferos pod¨ªa quedar inscrita en su cabello. Diferentes tipos de comida contienen variantes de los mismos ¨¢tomos con distinto peso (is¨®topos) y cuando con la digesti¨®n los alimentos se descomponen en amino¨¢cidos, esos is¨®topos acaban fijados por todo el cuerpo, tambi¨¦n en el pelo. Con esta t¨¦cnica, adem¨¢s de la dieta, han podido determinar los lugares por los que ha viajado una persona, porque el agua de cada sitio tiene una mezcla de is¨®topos particular. Otros investigadores, como Glen P. Jackson, de la Universidad de Virginia Occidental, han propuesto el uso de estas t¨¦cnicas para identificar a criminales que se han dejado pelos en la escena del crimen a trav¨¦s de los cuales se podr¨ªa reconstruir su estilo de vida para ayudar a capturarlos.
Entre chimipanc¨¦s y bonobos, el an¨¢lisis del pelo tambi¨¦n permite conocer si son individuos dominantes o no
En sus datos, los autores observaron que la se?al isot¨®pica del ma¨ªz qued¨® marcada en el cabello de las personas de ¨¢reas con menor poder adquisitivo. Esto indica que las personas de esas zonas com¨ªan carne de animales alimentados con este tipo de grano, algo que sucede en explotaciones masivas que producen carne m¨¢s barata y de peor calidad. En otra vertiente del estudio, pudieron comprobar que los porcentajes de is¨®topos de carbono y nitr¨®geno tambi¨¦n se pod¨ªan relacionar con tasas de obesidad, m¨¢s elevadas entre las personas m¨¢s pobres.
En un comunicado de la Universidad de Utah, Ehleringer plantea que el an¨¢lisis del cabello puede ser una forma mejor que las habituales encuestas para conocer la dieta de la poblaci¨®n. ¡°Este tipo de medidas no est¨¢n sesgadas por recuerdos personales, o falsos recuerdos, que se habr¨ªan reflejado en las encuestas sobre su dieta. Como medida integrada y a largo plazo de la dieta de un individuo, esta medida se puede emplear para entender las elecciones diet¨¦ticas de personas de distintos grupos de edad y estratos socioecon¨®micos¡±, afirma Ehleringer. Aunque lo que plantea el investigador de Utah tiene sentido, la comparativa entre los resultados de encuestas para conocer las dietas de las personas y el an¨¢lisis isot¨®pico de su pelo, no deja mal a las primeras. En un estudio japon¨¦s de 2016, se observ¨® que hab¨ªa una correlaci¨®n significativa entre los resultados que ofrec¨ªan ambos m¨¦todos.
M¨¦todos como los que ayudaron a desarrollar Ehleringer y Cerling han servido tambi¨¦n para conocer la alimentaci¨®n de individuos a los que no se pod¨ªa pedir elaborar encuestas, como los humanos que murieron hace decenas de miles de a?os o los bonobos y chimpanc¨¦s. Entre estos ¨²ltimos animales, como entre los clientes de las peluquer¨ªas alrededor de Salt Lake City, los is¨®topos del pelo hablan de diferencias sociales. Entre los chimpanc¨¦s, investigadores del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva de Leipzig (Alemania) observaron que unos pocos machos adultos consum¨ªan una cantidad importante de carne en lugar de ce?irse a la fruta y otros frutos que suponen la dieta para hembras, j¨®venes y los machos menos dominantes. Entre los bonobos, junto con los chimpanc¨¦s los animales m¨¢s pr¨®ximos a los humanos, el estatus social tambi¨¦n se ha podido observar en su pelo. Los j¨®venes tienen menos cantidad de nitr¨®geno, algo que se explicar¨ªa porque debido al lugar inferior que ocupan en el escalaf¨®n de su grupo no suelen incluirlos en el reparto de carne. El pelo delata que las diferencias sociales han acompa?ado a los ancestros humanos desde hace millones de a?os.
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