Cara, cruz o canto
?Hasta qu¨¦ punto es despreciable la probabilidad de que una moneda caiga de canto?
En las ¨²ltimas semanas hemos hablado de los dados, sus distintos tipos, la distribuci¨®n de los n¨²meros en sus caras y las probabilidades que entran en juego (nunca mejor dicho) al lanzar un par de dados a la vez.
Como vimos, junto al dado c¨²bico de toda la vida, con las caras numeradas del 1 al 6, han surgido dados c¨²bicos at¨ªpicos, como los de Sicherman, y dados poli¨¦dricos de 4, 8, 12, 20¡ caras, que han proliferado debido al auge de los juegos de rol. Y, desde siempre, la tradicional moneda que se lanza al aire para decidir algo ¡°a cara o cruz¡±, ha oficiado como dado de dos caras.
Pero en realidad una moneda tiene tres ¡°caras¡±: el anverso, el reverso y el canto. En la pr¨¢ctica, la probabilidad de que una moneda caiga de canto es despreciable; pero no en la teor¨ªa. En condiciones ideales (suelo perfectamente horizontal y liso, ausencia de vibraciones y microcorrientes de aire), una moneda de dimensiones convencionales podr¨ªa caer de canto del orden de una de cada 10.000 veces, aunque en el mundo real sea pr¨¢cticamente imposible.
Obviamente, la probabilidad de que una moneda cayera de canto aumentar¨ªa si las monedas fueran m¨¢s gruesas. Una moneda de 1 euro tiene 23.25 mil¨ªmetros de di¨¢metro y 2.125 mil¨ªmetros de grosor, y esta relaci¨®n de aproximadamente 10 a 1 es habitual en las monedas de uso com¨²n. ?Qu¨¦ grosor deber¨ªa tener una moneda de 1 euro para que la probabilidad de que cayera de canto no fuera despreciable?
Nuestro comentarista habitual Luca Tanganelli va un paso m¨¢s all¨¢ y se pregunta qu¨¦ grosor deber¨ªa tener una moneda, en relaci¨®n con su di¨¢metro, para que la probabilidad de sacar ¡°canto¡± fuera equivalente a la de sacar cara o cruz (con lo que la ¡°moneda gorda¡± podr¨ªa servir como dado de tres caras). Ser¨ªa ingenuo pensar que para ello bastar¨ªa que la superficie lateral del cilindro-moneda fuera igual a la de sus bases, pues ni siquiera en un dado poli¨¦drico de caras desiguales la probabilidad es proporcional a la superficie. No es una cuesti¨®n puramente geom¨¦trica, sino un complejo problema de f¨ªsica.
Una soluci¨®n fermiana
Como coment¨¦ en su d¨ªa al hablar de los ¡°problemas de Fermi¡±, el gran f¨ªsico italiano era famoso por su habilidad para llegar a soluciones muy aproximadas a partir de datos insuficientes, y sol¨ªa estimular la creatividad de sus estudiantes invit¨¢ndolos a hacer lo propio. Por ejemplo, en una ocasi¨®n les pidi¨® que hicieran una estimaci¨®n razonable de cu¨¢ntos afinadores de pianos hab¨ªa en Chicago.
Aplicando el ¡°m¨¦todo de Fermi¡± al problema de la moneda gorda, podemos partir de la evidencia de que un cilindro cuya altura fuera el doble que su di¨¢metro rara vez caer¨ªa de pie al lanzarlo al aire. Por tanto, la relaci¨®n grosor-di¨¢metro de la moneda de canto equiprobable ha de estar, en principio, entre 1/10 (moneda convencional que nunca cae de canto) y 2/1 (cilindro que casi siempre cae de canto), por lo que una primera aproximaci¨®n podr¨ªa ser la moneda-cilindro de raz¨®n 1/1.
De hecho, pegando entre s¨ª ocho monedas de 5 c¨¦ntimos he fabricado una ¡°moneda gorda¡± con una relaci¨®n grosor-di¨¢metro de 3/4 (y una superficie lateral el triple que la de cada cara), y al lanzara repetidas veces obtengo una proporci¨®n de cantos similar a la de caras y cruces. Invito a mis sagaces lectoras/es a repetir el experimento con un n¨²mero creciente de monedas pegadas, y a sacar sus propias conclusiones.
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos ¡®Maldita f¨ªsica¡¯, ¡®Malditas matem¨¢ticas¡¯ o ¡®El gran juego¡¯. Fue guionista de ¡®La bola de cristal¡¯.
Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.