La cuadratura del c¨ªrculo
C¨®mo convertir el Plan de recuperaci¨®n en un motor de innovaci¨®n para Espa?a
Los habituales de Bruselas saben que el centro de gravedad institucional es el Rond-point Schuman, una glorieta con forma de c¨ªrculo perfecto en la que se ubican dos instituciones claves de la UE: el Consejo y la Comisi¨®n Europea. En la madrugada del 21 de julio el Consejo Europeo alumbr¨® un gran paquete de est¨ªmulo ¡ªconocido como Next Generation EU¡ª que movilizar¨¢ en Espa?a hasta 140.000 millones de euros a comprometer entre el a?o 2021 y el 2023. Una oportunidad que est¨¢ generando las tres reacciones esperables en Espa?a: deslumbramiento inicial, inflaci¨®n posterior de las expectativas, e inquietud final por nuestra capacidad de gesti¨®n administrativa.
El Gobierno present¨® la semana pasada el Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia, un adelanto del documento que se env¨ªa hoy jueves a Bruselas, y que es en realidad un borrador del plan definitivo a remitir a principios de 2021, una vez el acuerdo adquiera ¡ªsi no hay retrasos¡ª el necesario rango de ley europea. Se trata del plan de inversiones y reformas exigido para liberar progresivamente el paquete principal de ayudas, conocido como Mecanismo de recuperaci¨®n y resiliencia. Unos fondos de compleja gesti¨®n por lo in¨¦dito ¡ªdeben reglamentarse adhoc en un tiempo r¨¦cord¡ª y que, en Espa?a, van a exigir un juego de equilibrios tan complejo como tratar de cuadrar la rotonda Schuman. Cuatro equilibrios sobre los que descansa la esperanza de acometer urgentes inversiones productivas y, tambi¨¦n, algunas claves para reforzar la pol¨ªtica de ciencia e innovaci¨®n del pa¨ªs.
El primer reto es lograr que el Plan de Recuperaci¨®n resulte convincente en su balance de inversiones y reformas, puesto que la estricta supervisi¨®n europea no lo ser¨¢ solo en t¨¦rminos de eficacia y eficiencia del gasto, sino tambi¨¦n de la profundidad de las reformas. Las inversiones contemplan un prometedor ¡°Pacto por la ciencia y la innovaci¨®n¡± en el Eje 6 del Plan. Pero en t¨¦rminos de reformas, adem¨¢s de la previsible disputa por el mercado laboral y las pensiones, quiz¨¢ podr¨ªamos atacar algunas debilidades estructurales de nuestro sistema de I+D+i que no pudieron ser abordadas en la Ley de Ciencia de 2011 ni, en la profundidad que se merecen, en el Real-Decreto Ley de medidas urgentes de 2019.
El segundo es de articulaci¨®n institucional. Estamos acostumbrados a cogestionar los fondos estructurales entre la administraci¨®n del Estado y las de las comunidades aut¨®nomas, y debemos encontrar la forma de hacerlas part¨ªcipes, pero tambi¨¦n a los ayuntamientos, cuyo papel en la promoci¨®n de la innovaci¨®n ha sido creciente en la ¨²ltima d¨¦cada. El despliegue de servicios p¨²blicos digitales, el apoyo al emprendimiento tecnol¨®gico o la compra p¨²blica de innovaci¨®n pasan, cada vez m¨¢s, por unas administraciones sin competencias formales en I+D+i y a menudo olvidadas en el dise?o de estas pol¨ªticas. El ejercicio de concertaci¨®n exigido es por tanto may¨²sculo y debe producirse en mitad de una intensa negociaci¨®n de los Presupuestos Generales 2021, inseparables del Plan de Recuperaci¨®n.
Ejecutar eficazmente puede no ser lo mismo que hacerlo de forma eficiente, logrando que cada euro p¨²blico arrastre inversi¨®n privada, genere capacidades sostenidas en la administraci¨®n y produzca nuevos liderazgos empresariales que poder exportar
El tercero es de pura capacidad de gesti¨®n. Se ha dicho con raz¨®n que, incluso considerando solo la partida de 72.000 millones de euros en subvenciones, el volumen de fondos quintuplica la dotaci¨®n anual de FEDER, el pilar de las inversiones europeas en Espa?a en I+D, sostenibilidad y digitalizaci¨®n. Hay por tato un riesgo real de que los nuevos fondos gripen la maquinaria administrativa que licita y otorga ayudas de esta naturaleza. El equilibrio es por tanto entre repartir juego o concentrarlo en aquellas entidades estatales con mayor capacidad de gesti¨®n. Y en acertar con el anunciado Real Decreto-Ley que flexibilizar¨¢ la ejecuci¨®n de los fondos; una flexibilidad que podr¨ªa permitir ensayar modelos de ayudas y contratos p¨²blicos m¨¢s ajustados a la naturaleza de los proyectos de innovaci¨®n p¨²blico-privada. De la digitalizaci¨®n de la sanidad al despliegue de la nueva movilidad en las ciudades, pasando por soluciones biotecnol¨®gicas para hacer m¨¢s sostenible la agricultura, estos proyectos exigen unos modelos de intervenci¨®n p¨²blica diferentes.
El cuarto reto es, precisamente, acertar con el tipo de inversiones y maximizar su capacidad transformadora. Veremos sin duda un equilibrio inestable entre inversiones largamente deseadas ¡ªuna gran apuesta por el talento cient¨ªfico o la digitalizaci¨®n radical de las administraciones¡ª y otras m¨¢s oportunistas, ajustadas a las etiquetas de moda en Bruselas y a las siete prioridades marcadas por la Comisi¨®n. Pero debemos reivindicar un espacio, aunque sea peque?o, para innovar. Para experimentar y, si es preciso, equivocarnos. Puesto que algunos enfoques propios de la innovaci¨®n liderada por lo p¨²blico, como la compra de innovaci¨®n o los sandboxes regulatorios, no pueden concebirse de otra manera.
La paradoja est¨¢ servida. Ejecutar eficazmente puede no ser lo mismo que hacerlo de forma eficiente, logrando que cada euro p¨²blico arrastre inversi¨®n privada, genere capacidades sostenidas en la administraci¨®n y produzca nuevos liderazgos empresariales que poder exportar. Mientras Europa afronta uno de sus mayores desaf¨ªos desde los tiempos fundacionales de Robert Schuman, Espa?a encara uno bien conocido y largamente propuesto: convertir a nuestro sector p¨²blico en un laboratorio de futuro y en un verdadero motor de innovaci¨®n.
Diego Mo?ux Ch¨¦rcoles es socio director y fundador de Science & Innovation Link Office
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.