El secreto del murci¨¦lago
Los ¨²nicos mam¨ªferos que vuelan y muerden son un reservorio de virus emergentes
Cuando yo era un chaval hab¨ªa murci¨¦lagos en eso que los madrile?os llamamos r¨ªo Manzanares, que en la ¨¦poca parec¨ªa m¨¢s bien un colector del alcantarillado. Al cruzar el puente Segovia de noche los ve¨ªas aleteando bajo las farolas para darse un fiest¨®n de mosquitos frescos, lo que era muy de agradecer por los vecinos del barrio. Me volv¨ª a topar con los murci¨¦lagos en los dosmiles, cuando se hicieron sospechosos de habernos trasmitido el ¨¦bola y el SARS (el primer SARS; el de ahora es el SARS-CoV-2). El vir¨®logo Luis Enjuanes me dio entonces una clave importante: los murci¨¦lagos son mam¨ªferos, vuelan y muerden. ?Qu¨¦ m¨¢s puede pedir un virus? Que sean mam¨ªferos les hace pr¨®ximos a nosotros; que vuelen les permite propagar un virus y el tema de los mordiscos no necesito explicarlo.
Los cient¨ªficos han hallado m¨¢s claves en a?os recientes. Para empezar, saben ahora que las principales enfermedades virales que han emergido en los ¨²ltimos tiempos ¨DHendra, Nipah, Marburg, ?bola, SARS, MERS, covid-19¡ª apuntan a los murci¨¦lagos como sospechosos ¨²ltimos, no necesariamente porque te hayan dado un mordisco en el cuello, sino tal vez a trav¨¦s de una especie intermediaria.
Los murci¨¦lagos viven mucho para tener tan poco cuerpo, y pese a ello apenas padecen c¨¢ncer. Eso apuntar¨ªa a un fuerte sistema inmune, que es el que tiene a raya los tumores en los mam¨ªferos. Sin embargo, nuestros primos vol¨¢tiles soportan sin enfermar una descomunal cantidad de virus. Es una peque?a paradoja que solo puede resolverse entendiendo la peculiar evoluci¨®n del sistema inmune de los murci¨¦lagos. Si un mam¨ªfero ha sido capaz de echar a volar, ?por qu¨¦ no va a serlo de adaptar sus defensas a ese mundo dif¨ªcil de ah¨ª fuera? Hay m¨¢s virus en el entorno que estrellas en el cielo nocturno, y cada especie tiene que encontrar alguna forma de gestionarlos si no quiere extinguirse. Es la evoluci¨®n, amigo.
Se suele comparar al sistema inmune con un ej¨¦rcito que lucha con todos sus medios letales para exterminar al agente infeccioso. La comparaci¨®n es imperfecta. El sistema inmune se parece m¨¢s al cuerpo diplom¨¢tico que al esp¨ªritu castrense
Se suele comparar al sistema inmune con un ej¨¦rcito que lucha con todos sus medios letales para exterminar al agente infeccioso. La comparaci¨®n es imperfecta. El sistema inmune se parece m¨¢s al cuerpo diplom¨¢tico que al esp¨ªritu castrense. Tiene la capacidad real de destruirnos desde dentro ¨Dla artritis, el lupus, la diabetes I y otras 50 enfermedades autoinmunes lo atestiguan¡ª, pero no lo suele hacer porque maneja un equilibrio exquisito entre defensa y tolerancia. Ambos son t¨¦rminos t¨¦cnicos, por cierto, pero su sentido vern¨¢culo expresa la idea muy bien. Esa sutil balanza ha evolucionado en los murci¨¦lagos hasta convertirlos en el reservorio ideal de los virus emergentes.
Los 14 pobres expertos que la OMS ha enviado a Wuhan (el foco de la pandemia) se han tirado dos semanas de cuarentena al dar positivo dos de ellos en un control de Singapur, pero ya han cumplido esa obligaci¨®n, como informa Macarena Vidal Liy desde Wuhan. Tienen un mont¨®n de cosas que hacer, como estudiar el mercado de marisco desde el que emergi¨® el brote, pero tarde o temprano un murci¨¦lago aparecer¨¢ en su camino. Est¨¢ en su naturaleza.
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