La coenzima Q10, m¨¢s all¨¢ de la cosm¨¦tica
Una investigaci¨®n advierte del infradiagn¨®stico de la deficiencia de esta mol¨¦cula, clave en todas las funciones vitales, y aporta nuevas formas de analizar su concentraci¨®n
Todo lo que hace el cuerpo humano, desde pensar hasta distribuir la sangre, requiere energ¨ªa, y cualquier interrupci¨®n en su generaci¨®n, funci¨®n que recae principalmente en las mitocondrias (el org¨¢nulo donde tiene lugar la respiraci¨®n celular), est¨¢ relacionada con una amplia gama de enfermedades. En estas factor¨ªas energ¨¦ticas, que transforman el az¨²car y la grasa, la coenzima Q10, una mol¨¦cula popularizada por la industria cosm¨¦tica, juega un papel fundamental, mucho m¨¢s all¨¢ de los presuntos beneficios est¨¦ticos. Un estudio conjunto del Centro Andaluz de Biolog¨ªa del Desarrollo (Universidad Pablo de Olavide -UPO- y CSIC), del Laboratorio de Fisiopatolog¨ªa Celular y Bioenerg¨¦tica (UPO) y el Ciberer del Instituto de Salud Carlos III advierte de que la deficiencia de esta substancia est¨¢ infradiagnosticada y propone nuevas f¨®rmulas para analizar su presencia en la sangre y las necesidades de tratamiento.
La coenzima Q10 (CoQ10), presente de forma natural en las c¨¦lulas, ayuda a las mitocondrias a producir la energ¨ªa necesaria para todas las funciones del cuerpo. ¡°Es esencial en el transporte de electrones¡±, explica Guillermo L¨®pez Lluch, catedr¨¢tico de Biolog¨ªa Celular de la UPO y coautor del estudio, publicado en Biofactors, de la Uni¨®n Internacional de Bioqu¨ªmica y Biolog¨ªa Molecular. La deficiencia de la coenzima genera una insuficiencia energ¨¦tica que puede causar o contribuir a trastornos mitocondriales, enfermedades card¨ªacas, accidentes cerebrovasculares y patolog¨ªas neurodegenerativas, como alzh¨¦imer y p¨¢rkinson. El cerebro, el coraz¨®n y los m¨²sculos son los ¨®rganos que m¨¢s energ¨ªa necesitan y son especialmente vulnerables a un d¨¦ficit de la misma.
El cerebro, el coraz¨®n y los m¨²sculos son los ¨®rganos que m¨¢s energ¨ªa necesitan y son especialmente vulnerables a un d¨¦ficit de la misma
L¨®pez Lluch identifica dos tipos de deficiencias de Q10: ¡°La primaria, que se produce en personas que no pueden sintetizarla, principalmente por causas gen¨¦ticas, y la secundaria, que puede ser causa o consecuencia de enfermedades cr¨®nicas, como la diabetes, neurodegenerativas o por el envejecimiento¡±.
En condiciones normales, las c¨¦lulas sintetizan la coenzima a partir de los alimentos, en especial los grasos, como carne, pescados o aceites. Sin embargo, este proceso, en el que intervienen, seg¨²n explica el bi¨®logo celular, hasta 12 prote¨ªnas, puede ser deficiente en algunas personas. Adem¨¢s, a?ade el investigador, la sangre y ¨®rganos como el h¨ªgado o el ri?¨®n la absorben bien, pero no as¨ª los m¨²sculos y el cerebro.
El infradiagn¨®stico lleva a una equivocada baja prevalencia de la insuficiencia de la CoQ10 en las c¨¦lulas
La investigaci¨®n, liderada por Pl¨¢cido Navas Lloret, tambi¨¦n catedr¨¢tico de Biolog¨ªa Celular de la UPO, advierte que las deficiencias de Q10, en especial las secundarias, est¨¢n ¡°subestimadas, ya que muchas de sus manifestaciones cl¨ªnicas se comparten con otras patolog¨ªas¡± o porque, en el caso de las primarias, no se reportan las mutaciones gen¨¦ticas dominantes responsables de la enfermedad. Este infradiagn¨®stico lleva a una equivocada baja prevalencia de la insuficiencia de la CoQ10 en las c¨¦lulas, ¡°que puede conducir a la enfermedad mitocondrial porque esta mol¨¦cula participa en las funciones celulares vitales¡±, seg¨²n el estudio. L¨®pez Lluch a?ade que la presencia de la enzima en la sangre ayuda con el colesterol, evita da?os en las arterias y tiene beneficios en el sistema inmunol¨®gico, entre otras virtudes.
La investigaci¨®n advierte de que ¡°la deficiencia secundaria de CoQ10 podr¨ªa estar presente en un n¨²mero significativo de pacientes sin manifestaciones cl¨ªnicas t¨ªpicas¡± o que ¡°incluso puede haber pacientes con niveles dentro del rango, pero cerca del umbral inferior¡±. En estos casos, los investigadores aseguran que el diagn¨®stico ser¨ªa posible con m¨¦todos bioqu¨ªmicos y gen¨¦ticos que, adem¨¢s, permitieran conocer el estado de la Q10 en sangre (oxidaci¨®n o reducci¨®n) y diferenciar cuando un defecto en la s¨ªntesis es el origen de la enfermedad o la consecuencia. ¡°Este tipo de an¨¢lisis ayudar¨ªan a mejorar el diagn¨®stico y a comprender los procesos fisiol¨®gicos afectados¡±, concluyen los autores, que declaran la ausencia de conflicto de intereses en el trabajo.
Suplementos de Q10
La importancia del diagn¨®stico es fundamental porque la deficiencia, en la mayor¨ªa de los casos, se puede corregir mediante la dieta o con suplementos espec¨ªficos.
Marni Falk, directora del programa Frontier de medicina mitocondrial del Hospital infantil de Filadelfia y autora de un trabajo publicado en Molecular Genetics and Metabolism, explica que la enfermedad mitocondrial es el resultado de fallos de funcionamiento en las ¡°bater¨ªas¡± generadoras de energ¨ªa que alimentan nuestras c¨¦lulas. ¡°Muchos pacientes¡±, a?ade, ¡°toman vitaminas y suplementos sobre una base emp¨ªrica, confiando en la suposici¨®n de que esto, de alguna manera, beneficia su metabolismo celular alterado. Desafortunadamente, la mayor¨ªa de estos compuestos no est¨¢n actualmente regulados, estandarizados, probados o comparados con otros para determinar cu¨¢l puede ser el m¨¢s seguro, potente y eficaz en cualquier tipo dado de enfermedad mitocondrial¡±. En su investigaci¨®n, dos compuestos de coenzima Q10, uno de ellos espec¨ªficamente dirigido a las mitocondrias, mejoraron algunos indicadores de salud en los gusanos objeto del experimento.
Un ensayo cl¨ªnico de la Universidad de Colorado Boulder, publicado en Hypertension, de la Asociaci¨®n Americana del Coraz¨®n, ha probado durante seis semanas con 20 personas sanas de 60 a 79 a?os un suplemento de 20 miligramos diarios con Q10. El resultado arroj¨® beneficios en el endotelio (el revestimiento de los vasos sangu¨ªneos) y en el aumento del flujo sangu¨ªneo. Seg¨²n el autor principal, Matthew Rossman, del departamento de fisiolog¨ªa integrativa, ¡°este es el primer ensayo cl¨ªnico para evaluar el impacto de un antioxidante espec¨ªfico de las mitocondrias en la funci¨®n vascular en los seres humanos y sugiere que terapias como esta pueden ser una verdadera promesa para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la edad¡±,
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