¡®Flora¡¯, la bonoba que se enfrent¨® a un leopardo para impresionar a la jefa
Un grupo de primat¨®logos observa por primera vez a este pac¨ªfico pariente de los chimpanc¨¦s en una escaramuza in¨¦dita con el peligroso felino
La bonoba Flora ascendi¨® por el ¨¢rbol hasta acercarse peligrosamente al leopardo que amenazaba al grupo desde lo alto. Flora golpe¨® las ramas cercanas y trat¨® de espantar al depredador, que respondi¨® mostrando amenazante sus blancos colmillos. El encontronazo entre la comunidad de bonobos y el leopardo, el primero que se describe, pudo ser grabado fugazmente por los primat¨®logos que observan a este grupo en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Un ¨²nico enfrentamiento que, sin embargo, ofrece algunas claves sobre c¨®mo es la vida en una comunidad de bonobos, estos matriarcados por lo general pac¨ªficos, tan distintos de sus parientes los chimpanc¨¦s, patriarcales y m¨¢s violentos.
El grupo que observ¨® el encuentro estaba liderado por la cient¨ªfica Barbara Fruth, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, que considera que este hito al que asistieron ¡ªcuyos detalles han publicado en la revista Primates¡ª abre m¨¢s preguntas de las que resuelve, aunque tambi¨¦n aporta lecturas inesperadas. Por ejemplo, que todos los bonobos se agruparan para hacer frente a la amenaza real del leopardo (ya que hay registros de leopardos que se han comido bonobos), en lugar de disolverse y huir, como cab¨ªa esperar de este animal que por lo general evita el conflicto.
¡°La participaci¨®n de una joven inmigrante fue inesperada, pero es algo que puede resultarle beneficioso en una sociedad dominada por hembras¡±Barbara Fruth, Instituto Max Planck de Comportamiento Animal
¡°La participaci¨®n de una joven inmigrante fue inesperada, pero es algo que puede resultarle beneficioso en una sociedad dominada por hembras¡±, explica la primat¨®loga sobre el papel protagonista de Flora. Entre los bonobos, las hembras llegadas de otras comunidades suelen tener un estatus bajo dentro de la jerarqu¨ªa de la comunidad. Para solucionarlo, suelen intentar buscar proximidad con hembras mayores de alto rango con las que asociarse y buscar coaliciones. Y esto es lo que pudo estar pasando aquella ma?ana del 17 de julio de 2020, cuando Flora corri¨® a defender del leopardo a su comunidad, formada por unos cincuenta individuos. La joven bonoba no se amedrent¨® a pesar de que el toma y daca se prolong¨® un par de horas, con el leopardo amenazando varias veces con atacar, saltando a por ella y espant¨¢ndola.
Flora tomaba la delantera al hacer frente al joven leopardo, apoyada en su empuje por otros dos machos adultos. Se trata de dos bonobos de bajo rango, por carecer de madres que los respalden en este matriarcado, y probablemente trataban de impresionarla con la intenci¨®n de ganarse su aprecio para un futuro apareamiento. Mientras, a escasos metros de all¨ª, observaba tranquila la escena una de las jefas del grupo. La hembra Paula com¨ªa pl¨¢cidamente hojas sin inmutarse por la presencia del leopardo. Esta fiera es una de las principales amenazas para la supervivencia de estos grandes simios, siempre por detr¨¢s de los furtivos humanos. En algunas poblaciones de chimpanc¨¦s, se considera a los leopardos responsables de casi el 40% de los casos de mortalidad de adultos.
Las bonobas viven en un matriarcado y la hembra adulta pudo haber aprovechado la situaci¨®n para examinar a la joven Flora, para mejorar su integraci¨®n en la comunidad
Fruth explica que Paula es una hembra adulta (en la cuarentena) muy especial ¡ª¡°es conocida por hacer lo que le plazca independientemente de la corriente principal¡±¡ª de gran inter¨¦s para las hembras venidas de fuera del grupo y que buscan proximidad a una de alto rango. Paula pudo saber, por su experiencia, que la situaci¨®n no era tan peligrosa como aparentaba. ¡°Yo interpretar¨ªa su comportamiento como que ella pudo haber sido consciente de que el leopardo, de alguna manera, estaba atrapado en el follaje y no era realmente peligroso dadas las endebles ramas y los individuos que lo rodeaban¡±, especula la primat¨®loga. Y de este modo, elucubra Fruth, aprovech¨® la situaci¨®n para examinar a la joven Flora: ¡°Pudo haberlo tomado como una prueba de idoneidad de esta hembra para la futura integraci¨®n en esta comunidad¡±.
En general, el grupo de bonobos se mostr¨® m¨¢s beligerante de lo esperado, por lo que encontraron muchas m¨¢s similitudes de las que supon¨ªan entre su reacci¨®n y la que tienen los chimpanc¨¦s, m¨¢s guerreros. ¡°Los bonobos tienen la reputaci¨®n de ser pac¨ªficos y podemos esperar que desaparezcan despu¨¦s de algunas llamadas de alarma que indiquen la detecci¨®n de su enemigo. Aqu¨ª, sin embargo, invirtieron tiempo y energ¨ªa para continuar acosando y exhibiendo un esp¨ªritu de lucha que angusti¨® visiblemente al leopardo¡±, explica Fruth, que tambi¨¦n es profesora de la Universidad John Moores de Liverpool.
Eso s¨ª: reconocen en el estudio que no pueden excluir la posibilidad de que el leopardo se distrajera con la presencia de los humanos o que le hiciera replantearse el ataque; los bonobos ya est¨¢n acostumbrados a los cient¨ªficos, pero no el depredador. Seg¨²n la primat¨®loga, parec¨ªa que este leopardo no pod¨ªa huir, ya que todas las rutas de escape aparentaban estar bloqueadas. ¡°No pod¨ªa juzgar el peligro que emanaba de estos observadores humanos en el suelo. Imagina que hab¨ªa planeado un salto hacia Flora, empuj¨¢ndola, saltando al suelo para escapar... Incluso si supiera que los bonobos no ten¨ªan ninguna posibilidad de seguirle, ?qu¨¦ pasa con los humanos?¡±, reflexiona Fruth.
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