El mundo se est¨¢ quedando sin insectos
La acci¨®n combinada de agricultura y cambio clim¨¢tico ha reducido las poblaciones de estos animales a la mitad en las zonas m¨¢s alteradas por los humanos
En 1995 la campi?a inglesa vivi¨® la sequ¨ªa m¨¢s intensa en lo que iba de siglo. Entre sus v¨ªctimas estuvo la mariposa de la col, cuyas poblaciones descendieron en un 66%. Pero el declive lleg¨® casi al colapso en las zonas m¨¢s fragmentadas por la agricultura. Una investigaci¨®n publicada 20 a?os despu¨¦s mostr¨® adem¨¢s que en los h¨¢bitats menos alterados estos lepid¨®pteros se hab¨ªan recuperado, no as¨ª en las zonas de cultivo. Ahora, el estudio de 800.000 registros de casi 18.000 especies obtenidos de 6.095 partes del planeta eleva a global el drama de estas mariposas: all¨ª donde coinciden la agricultura intensiva con un mayor cambio clim¨¢tico local, la abundancia de insectos es casi la mitad que en las zonas menos deterioradas por las acciones humanas.
Los entom¨®logos llevan a?os alertando del descenso tanto de la abundancia (densidad de las poblaciones) como de la diversidad (n¨²mero de especies) de los insectos. El declive se ha confirmado para polinizadores como los abejorros y las abejas. Las causas son muchas, la mayor¨ªa humanas, como sucede con el impacto de la contaminaci¨®n lum¨ªnica sobre las luci¨¦rnagas o el de los fertilizantes en las mariposas. Pero tambi¨¦n est¨¢n el avance de la urbanizaci¨®n, la deforestaci¨®n y, en especial el cambio en el uso de la tierra, de natural a cultivada, y el cambio clim¨¢tico.
Ahora, investigadores de la University College de Londres encabezados por la entom¨®loga Charlie Outhwaite han combinado una impresionante base de datos sobre la biodiversidad animal (PREDICTS) con la evoluci¨®n de las temperaturas m¨¢ximas y medias en el ¨²ltimo siglo y el uso dominante de la tierra en las ¨¢reas recogidas en aquella base de datos: que si h¨¢bitat natural, que si agricultura o ganader¨ªa extensiva o si se trata de cultivos intensivos, entendidos estos como los que usan elevadas cantidades de qu¨ªmicos, grandes ¨¢reas de monocultivo o mecanizaci¨®n.
Los resultados de este trabajo, que acaban de ser publicados en la revista Nature, muestran que las zonas con agricultura intensiva y que adem¨¢s han sufrido un mayor calentamiento hist¨®rico han visto c¨®mo la abundancia de insectos es un 49% menor que en las zonas donde a¨²n no hay cultivos y el cambio clim¨¢tico local es relativamente menor. En cuanto a la diversidad, en las zonas m¨¢s alteradas el n¨²mero de especies es un 27% inferior.
¡°Con el mismo nivel de cambio clim¨¢tico, vemos reducciones mayores en la agricultura intensiva en comparaci¨®n con la agricultura de baja intensidad¡±Charlie Outhwaite, entom¨®loga de la University College de Londres
¡°Por lo tanto, los sitios de agricultura intensiva que tambi¨¦n han experimentado un cambio clim¨¢tico sustancial tienen alrededor de un 50 % menos de insectos que los sitios de vegetaci¨®n primaria que no han experimentado un cambio clim¨¢tico destacable¡±, detalla Outhwaite. Las sinergias entre tipo de uso del suelo y calentamiento es la gran novedad de este trabajo. ¡°El porcentaje de la reducci¨®n es el resultado de la interacci¨®n de los dos factores, no medimos cu¨¢nto de este cambio es responsabilidad de cada uno por separado. Lo importante es que ambos [alteraci¨®n clim¨¢tica y cultivos] trabajan juntos para provocar un declive mayor que si trabajaran solos¡±, a?ade. Y lo saben porque ¡°con el mismo nivel de cambio clim¨¢tico, vemos reducciones mayores en la agricultura intensiva en comparaci¨®n con la agricultura de baja intensidad¡±, concluye. De hecho, en la segunda, la reducci¨®n de abundancia se queda en el 30% y la de diversidad en un 23%.
Los insectos llevan peor el cambio clim¨¢tico que otros animales. Una investigaci¨®n de hace dos a?os demostr¨® c¨®mo centenares de especies estaban adelantando su vuelo para acompasarlo con la emergencia de las flores. Desde el punto de vista de la fisiolog¨ªa, muchas de las especies son ectotermos, por lo que tienen que ajustar su temperatura corporal a la ambiental. Otros modulan su conducta seg¨²n el calor que haga. ¡°As¨ª que el aumento de las temperaturas afectar¨¢ directamente a los insectos y tambi¨¦n a la disponibilidad de temperaturas m¨¢s frescas, como en los lugares sombreados¡±, recuerda Outhwaite. Por su parte, el cambio de uso del suelo ¡°tambi¨¦n puede afectar a la disponibilidad de sombra, lo que significa que es m¨¢s probable que los insectos est¨¦n m¨¢s expuestos a temperaturas elevadas¡±, a?ade la entom¨®loga brit¨¢nica.
Hace ahora dos a?os, la revista Science publicaba uno de los trabajos m¨¢s ambiciosos sobre el declive de los insectos hasta la fecha. Aquella investigaci¨®n mostr¨® que, aunque con grandes variaciones entre unos lugares y otros, la abundancia de estos artr¨®podos ha ido desciendo de media en torno a un 10% por d¨¦cada, al menos desde los a?os ochenta. Roel van Klink, del Centro Alem¨¢n para la Investigaci¨®n Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) Halle-Jena-Leipzig, fue el principal autor de esta investigaci¨®n. Sobre el nuevo estudio publicado en Nature valora que sus autores hayan podido probar el impacto de la interacci¨®n entre la agricultura y el cambio clim¨¢tico. ¡°Muestran que la agricultura es mala para los insectos, algo previsible, y que el cambio clim¨¢tico lo ha empeorado¡±, comenta en un correo.
Sin embargo, el trabajo de van Klink tambi¨¦n encontr¨® que los insectos propios de r¨ªos, lagos y embalses no solo estaban en declive, sino que hab¨ªan aumentado sus poblaciones un 11% por d¨¦cada. Aunque las especies acu¨¢ticas son una minor¨ªa, representan una d¨¦cima parte del total, es una buena noticia. Y esta vez, los humanos son los responsables. Lo cuenta van Klink: ¡°Es muy probable que los incrementos, al menos en Europa y Am¨¦rica del Norte, se deban a las mejoras en la calidad de las aguas desde los a?os 70. A menudo olvidamos la p¨¦sima calidad que ten¨ªa el agua. Gracias a las legislaciones [la primera norma ambiental que proteg¨ªa los recursos h¨ªdricos es de 1970 en Estados Unidos] y la construcci¨®n de plantas depuradoras, buena parte de los residuos dejaron de acabar en los r¨ªos¡±. Otra cosa que habr¨ªa ayudado es el cambio clim¨¢tico, ¡°que habr¨ªa ampliado la distribuci¨®n de diversas especies hacia el norte¡±, sostiene van Klink.
¡°Dado que los insectos constituyen una gran proporci¨®n de la biomasa, tambi¨¦n tienen un papel b¨¢sico de sost¨¦n a otras especies en la pir¨¢mide de la vida¡±Roel van Klink, del Centro Alem¨¢n para la Investigaci¨®n Integrativa de la Biodiversidad
Pero el nuevo trabajo muestra que mientras en las ¨¢reas naturales de ¨¢reas templadas los insectos prosperan, no sucede igual en las tropicales. Aqu¨ª las especies estaban acostumbradas a unas oscilaciones t¨¦rmicas m¨¢s peque?as y su elasticidad ante el calentamiento parece menor. De hecho, es en el sudeste asi¨¢tico y Am¨¦rica del Sur donde la sinergia entre agricultura y cambio clim¨¢tico es m¨¢s acusada y donde las reducciones en abundancia y diversidad son mayores.
?Qu¨¦ consecuencias puede tener un descenso generalizado de las poblaciones de insectos? M¨¢s all¨¢ de la funci¨®n polinizadora, son tambi¨¦n agentes de control de plagas: muchas especies son insect¨ªvoras, se comen a otros bichos que, en su ausencia, devorar¨ªan las plantas sin freno. El profesor de Ecolog¨ªa Aplicada de la Universidad de Reading (Reino Unido) Tom Oliver, autor del estudio de las mariposas, recuerda otras funciones: ¡°Son claves para la descomposici¨®n de los residuos y el ciclo de nutrientes. Dado que los insectos constituyen una gran proporci¨®n de la biomasa, tambi¨¦n tienen un papel b¨¢sico de sost¨¦n a otras especies en la pir¨¢mide de la vida, como proporcionar alimento a aves, murci¨¦lagos y peque?os mam¨ªferos.¡±
Lo parad¨®jico es que la agricultura est¨¦ acabando con unos insectos que necesita. Como demostraba una investigaci¨®n en 2019, cuantos m¨¢s insectos, mejores cosechas. El principal autor de aquel trabajo, el bi¨®logo Matteo Dainese, de Eurac Research (Italia), recuerda que no solo se trata de los polinizadores, sino tambi¨¦n de otros insectos importantes para la agricultura. ¡°En particular, me gustar¨ªa resaltar el papel clave de los enemigos naturales de las plagas, como las mariquitas depredadoras, los escarabajos de tierra o los insectos parasitoides que se alimentan de plagas que, de otro modo, da?ar¨ªan o incluso destruir¨ªan los cultivos¡±.
¡°No se protege a los insectos como hacemos con los vertebrados¡±Ignasi Bartomeus, investigador de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD-CSIC)
El investigador de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD-CSIC) Ignasi Bartomeus recuerda que incluso las cucarachas tienen su funci¨®n, siendo las principales limpiadoras biol¨®gicas de los entornos urbanos. Bartomeus fue coautor del trabajo de Dainese sobre insectos y agricultura y no cree que estemos ante un colapso de las poblaciones de insectos, no hay datos, dice, para afirmar algo as¨ª. ¡°Pero s¨ª estamos ante una se?al de alarma muy clara de que podr¨ªa suceder dentro de unas d¨¦cadas¡±. Para Bartomeus, adem¨¢s de las amenazas que rondan a estos animales, tambi¨¦n hay un problema de actitud: ¡°No se protege a los insectos como hacemos con los vertebrados¡±, dice.
Sin embargo, la conservaci¨®n de los insectos ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil que la de otros seres vivos. Dado su menor rango geogr¨¢fico, la actuaci¨®n en microh¨¢bitat podr¨ªa reducir en mucho su merma. El propio estudio de Outhwaite que origina este art¨ªculo encuentra que en las ¨¢reas de agricultura no intensiva y con impacto del cambio clim¨¢tico la reducci¨®n de la abundancia de insectos es mucho menor (en torno del 7%) si hay a su alrededor porciones significativas de paisaje natura no alterado.
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