Las luces amenazan a las luci¨¦rnagas
El deterioro del h¨¢bitat y la contaminaci¨®n lum¨ªnica, mayores peligros para los insectos bioluminiscentes
Hay tramos del r¨ªo Selangor, en Malasia, donde los ¨¢rboles brillan y parpadean como si fuera Navidad. Las responsables de esta iluminaci¨®n sincronizada son unas luci¨¦rnagas, que encienden el aire en la temporada del cortejo (ver v¨ªdeo).? En los ¨²ltimos a?os, hasta el 40% de estas lucecitas naturales han desaparecido solo en este r¨ªo. Ahora, una investigaci¨®n ha identificado las principales amenazas para estos insectos bioluminiscentes. Empezando por la p¨¦rdida del h¨¢bitat y acabando por el turismo, todas son antropog¨¦nicas. La m¨¢s parad¨®jica quiz¨¢ sea la contaminaci¨®n lum¨ªnica.
A diferencia de lo que sucede con otros insectos como abejas u otros escarabajos (las luci¨¦rnagas son tambi¨¦n cole¨®pteros), la informaci¨®n sobre el estado de los bichos de luz, como tambi¨¦n se los conoce, es mucho m¨¢s escasa. Para cubrir este hueco, miembros del grupo de especialistas en luci¨¦rnagas de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN) llevan desde 2018 recopilando datos sobre las alrededor de 2.000 especies de lamp¨ªridos (lampyridae) que hay en la Tierra, una decena de ellas en Espa?a.
El primer resultado de este grupo de expertos ha sido identificar las principales amenazas, tanto regionales como globales que se ciernen sobre las luci¨¦rnagas. El listado, fruto de un cuestionario enviado a 300 entom¨®logos de todo el planeta, est¨¢ encabezado por el deterioro del h¨¢bitat, un deterioro que puede tener muchas formas, pero que generalmente viene provocado por el avance humano (urbanizaci¨®n, agricultura, sector forestal...) en el entorno natural.
Los pesticidas, el turismo y la contaminaci¨®n del agua tambi¨¦n est¨¢n da?ando a las luci¨¦rnagas
"Una gran cantidad de especies est¨¢n en declive porque sus h¨¢bitats est¨¢n desapareciendo", dice en una nota la bi¨®loga de la Universidad de Tufts (EE UU) y principal autora del estudio Sara Lewis. "As¨ª que no es una gran sorpresa que el deterioro del h¨¢bitat sea considerada la peor amenaza. Algunas luci¨¦rnagas sufren especialmente cuando desaparecen sus h¨¢bitats ya que necesitan condiciones especiales para completar su ciclo vital", a?ade y pone como ejemplo a las del manglar, como las del r¨ªo Selangor.
Como explica en un correo su colega Sony Wong, corresponsable del grupo de especialistas en luci¨¦rnagas de la UICN y coautor del estudio, "son realmente ¨²nicas a la hora del cortejo". Los machos se congregan en una o dos especies de mangles que crecen a lo largo de la ribera de los r¨ªos. Al caer la noche empiezan a emitir sus pulsos de luz. Al principio lo hacen de forma ca¨®tica, pero acaban por sincronizarse. La respuesta de las hembras tambi¨¦n es sincronizada. Tras aparearse, depositan sus huevos en el barro del manglar. All¨ª eclosionaran y vivir¨¢n las larvas, que se har¨¢n pupas, brillando ya el a?o siguiente. "As¨ª que la ribera del manglar, de unos 50 a 100 metros de ancho, es el h¨¢bitat de la luci¨¦rnaga", recuerda Wong.
Pero en la mayor parte del r¨ªo Selangor y otras muchas riberas del sudeste asi¨¢tico, el manglar ha dado paso a parcelas irrigadas, a pozas para la acuicultura y plantaciones de palma. Y las luci¨¦rnagas est¨¢n desapareciendo. Solo en esta parte del mundo, se estima que se han perdido hasta el 38% de las luci¨¦rnagas de manglar, seg¨²n un estudio de la investigadora Veronica Khoo, tambi¨¦n coautora del listado de las mayores amenazas.
El 88% de la superficie europea brilla m¨¢s de lo natural debido a la iluminaci¨®n artificial
En Europa y Am¨¦rica del Norte se dan m¨¢s de 200 especies de luci¨¦rnagas, entre ellas las m¨¢s y mejor estudiadas. En ambas regiones tambi¨¦n se est¨¢ produciendo un declive en diversas poblaciones. Es el caso de la luci¨¦rnaga europea (Lampyris noctiluca). En esta especie son las hembras las que brillan para atraer a los machos. Estudios locales en Suiza y Reino Unido muestran que, cuanto m¨¢s cerca de los campos cultivados o de las ciudades, menos com¨²n es este insecto que antes iluminaba las noches del verano.
Seg¨²n el estudio de amenazas, publicado en la revista especializada BioScience, tanto en Norteam¨¦rica como en Europa el principal peligro es la p¨¦rdida del h¨¢bitat original pero seguido de cerca por otros. En la primera regi¨®n, el siguiente impacto es el uso de los pesticidas. En EE UU, investigaciones recientes han visto que en los campos con semillas tratadas con clotianidina, un neonicotinoide, la abundancia de luci¨¦rnagas adultas era hasta un 70% menor que en las fincas no expuestas.
En Europa, la segunda mayor amenaza es la contaminaci¨®n lum¨ªnica. Siendo la regi¨®n m¨¢s urbanizada del planeta, tambi¨¦n es la m¨¢s inundada de luz. Hasta el 88% de las tierras europeas (el 47% en el caso de EE UU) tienen una luminosidad nocturna al menos un 8% por encima de la natural. El impacto m¨¢s inmediato y mayor es el de la exposici¨®n directa a alguna fuente de luz artificial cercana. Seg¨²n una revisi¨®n de las consecuencias para los insectos, las luces humanas pueden provocar desorientaci¨®n tanto temporal como espacial en las luci¨¦rnagas, que dejan de brillar si la intensidad de la luz artificial supera un umbral que depende de cada especie.
"Las luces artificiales pueden funcionar como un superest¨ªmulo [para los machos] lo que ocasiona que sean atra¨ªdos y no le hagan caso a las luci¨¦rnagas"
"La contaminaci¨®n lum¨ªnica golpea muy duro a todas las especies, ya que se comunican mediante se?ales visuales", explica la investigadora del Instituto de Biolog¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico Tania L¨®pez Palafox. "Las luces artificiales pueden funcionar como un superest¨ªmulo (los machos pueden interpretar est¨¢ gran luz como una superhembra y viceversa) lo que ocasiona que sean atra¨ªdos por las luces artificiales y no le hagan caso a las luci¨¦rnagas. Tambi¨¦n puede ocurrir lo contrario, es decir, si perciben una fuente de luz apagarse y no dirigirse al est¨ªmulo", detalla.
El naturalista espa?ol Jos¨¦ Ram¨®n Guzm¨¢n cuenta que "en Espa?a es dif¨ªcil saber la situaci¨®n de las luci¨¦rnagas". Miembro tambi¨¦n del grupo de expertos de la UICN, pero sin intervenir en el actual estudio, Guzm¨¢n puso en marcha hace 10 a?os?Gusanos de Luz, para conocer el estado de los lamp¨ªridos ib¨¦ricos. Aunque enriquecido por las aportaciones de la plataforma de ciencia ciudadana Biodiversidad Virtual, el proyecto a¨²n necesita m¨¢s tiempo para saber si hay menos luci¨¦rnagas.
La dificultad en conocer el estado de los insectos bioluminiscentes que se dan en Espa?a se debe a una serie de cambios en la vida humana que introducen un fuerte sesgo. "Antes se ve¨ªan m¨¢s luci¨¦rnagas porque hab¨ªa m¨¢s poblaci¨®n rural, la iluminaci¨®n era peor y pas¨¢bamos m¨¢s tiempo en la calle", apunta Guzm¨¢n. Pero, a?ade, "se han producido cambios que nos les vienen bien, hemos sellado los pueblos con urbanizaciones alrededor, la agricultura actual no es tan amigable y vivimos en una sobredosis de iluminaci¨®n".
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