Un equipo de investigadores estudia c¨®mo los primates perciben las verbalizaciones para entender la evoluci¨®n del lenguaje humano
El ¨²ltimo ancestro com¨²n de humanos y macacos ya pose¨ªa un precursor del ¨¢rea cerebral encargada de los sonidos orales hace 20 millones de a?os
El habla y el lenguaje son capacidades exclusivas del ser humano moderno. A pesar de que esta habilidad ha evolucionado durante millones de a?os, es imposible hallar vestigios del proceso en los registros f¨®siles, ya que no deja huellas tangibles. No obstante, para desentra?ar los secretos de esta misteriosa capacidad podemos volver a examinar los modos de comunicaci¨®n de nuestros parientes vivos m¨¢s cercanos.
El hecho de que estos parientes, los hom¨ªnidos, no puedan hablar, hace a¨²n m¨¢s insondable este misterio. Algunos cient¨ªficos consideran que en los primates vivos pueden hallarse m¨¢s claves de la evoluci¨®n de nuestras habilidades ling¨¹¨ªsticas de lo que se pensaba hasta ahora.
¡°Siempre se ha pensado que, aunque los hom¨ªnidos sean nuestros parientes vivos m¨¢s cercanos, no son de utilidad para estudiar la aparici¨®n del lenguaje y el habla porque su comportamiento verbal es muy distinto del nuestro¡±, se?ala Adriano Lameira, primat¨®logo de la Universidad de Warwick, Reino Unido. ¡±Es algo autom¨¢tico, fruto de un reflejo, de un instinto ciego¡±.
Durante los a?os que dedic¨® a estudiar a los orangutanes en su medio selv¨¢tico natural, Lameira descubri¨® que los orangutanes salvajes pueden verbalizar sonidos nuevos y variados, y recientemente plante¨® que este hecho depende de la densidad de la poblaci¨®n local. La novedad es esencial cuando un individuo necesita destacar, de manera que los hominoideos que viven en ¨¢reas densamente pobladas expresan su individualidad articulando sonidos m¨¢s distintivos y variables.
S¨¢banas con estampado de tigre
En Indonesia, Lameira realiz¨® un experimento consistente en desplazarse a cuatro patas por la selva oculto bajo una s¨¢bana con un estampado de piel de tigre. Lameira grab¨® las reacciones de los hominoideos de la selva y descubri¨® que las hembras de orangut¨¢n que llevan consigo a una cr¨ªa permanecen en silencio cuando identifican ¡°un tigre¡± que permanece en su campo de visi¨®n durante dos minutos. Una vez que el tigre se ha marchado, reprimen las llamadas de alerta hasta veinte minutos.
De este comportamiento dedujo que la verbalizaci¨®n inmediata habr¨ªa puesto en peligro a la cr¨ªa de orangut¨¢n. ¡°Un tigre de Sumatra puede trepar hasta diez metros por el tronco de un ¨¢rbol en un segundo¡±, explica Lameira. ¡°Puede ser muy peligroso revelar tu ubicaci¨®n, especialmente, cuando llevas contigo a una cr¨ªa¡±.
Al articular un sonido cuando el tigre se ha marchado, la madre alerta a la cr¨ªa del peligro y le ayuda a realizar la asociaci¨®n adecuada. Lo m¨¢s curioso de este comportamiento es que la hembra de orangut¨¢n comunica de este modo un acontecimiento ya pasado, no algo que est¨¢ ocurriendo en el lugar y el momento presentes. ¡°Esto no encaja en absoluto con lo que se pensaba hasta la fecha¡±, se?ala Lameira.
Se trata de un indicio de que los orangutanes son capaces de comunicar acontecimientos pasados, y quiz¨¢s tambi¨¦n futuros. Si poseen esta habilidad, se abren infinitas posibilidades de intercambio de informaci¨®n. ¡°Esta capacidad de comunicar acontecimientos que no suceden en el lugar y el momento presentes bien podr¨ªa ser un rasgo compartido por nuestro ¨²ltimo antecesor com¨²n¡±.
Es posible que tambi¨¦n otros hominoideos tengan esta capacidad, m¨¢s o menos desarrollada. ¡°Aunque la comunicaci¨®n sobre el pasado ¡ªo el futuro¡ª solo abarque veinte minutos, puede reportar beneficios¡±, indica Lameira. ¡°La selecci¨®n natural solo requiere un empujoncito para hacer de las suyas y estimular avances¡±. Es posible que los hominoideos puedan comunicar que en un ¨¢rbol determinado crece tal fruta o tal otra, aunque aqu¨ª entramos en el terreno de la especulaci¨®n.
El habla de los monos
En el sur de Francia, Pascal Belin estudia a macacos y tit¨ªes en cautividad para investigar su percepci¨®n de las verbalizaciones. ¡°El objetivo de la investigaci¨®n es comprender mejor la evoluci¨®n del cerebro humano¡±, afirma Belin, un neurocient¨ªfico de la Universidad de Aix-Marsella (Francia). ¡°Estudiamos a humanos y a otros tres tipos de primates ¡ªtit¨ªes, macacos y babuinos¡ª para hallar diferencias y similitudes entre ellos, en particular en lo referente a la comunicaci¨®n oral¡±.
Uno de los experimentos consisti¨® en ense?ar a tres macacos a permanecer inm¨®viles en una m¨¢quina de IRM para poder escanear sus cerebros mientras escuchaban docenas de sonidos, incluidas voces de otros macacos.
¡°El cerebro de los macacos y los tit¨ªes, al igual que el de los humanos, parece tener regiones especialmente sensibles a los sonidos orales conspec¨ªficos, esto es, emitidos por individuos de la misma especie¡±, explica Belin. Las resonancias magn¨¦ticas muestran ¨¢reas que se activan cuando los macacos oyen a otros macacos, pero no cuando se trata de sonidos de la naturaleza, de tit¨ªes o de otro tipo. En nuestro cerebro se activa un ¨¢rea similar cuando escuchamos voces humanas.
Si se activa la misma zona del cerebro en macacos y humanos cuando escuchan a otro miembro de su especie, ello indica que dicha zona relacionada con las expresiones orales evolucion¨® antes de que tomaran distintas ramas del ¨¢rbol evolutivo.
La hip¨®tesis que plantea Belin es que la regi¨®n del cerebro de los primates que se encarga de procesar la informaci¨®n oral es bastante similar a la nuestra y, por tanto, procede de un ancestro com¨²n anterior al momento en que los antiguos humanos como el Homo erectus aparecieron en ?frica hace entre dos y tres millones de a?os.
¡°Esto apunta a que el ¨²ltimo ancestro com¨²n de humanos y macacos ya pose¨ªa un precursor de esta ¨¢rea cerebral encargada de los sonidos orales hace veinte millones de a?os¡±, se?ala Belin.
Est¨¢ previsto realizar nuevos experimentos consistentes en implantar quir¨²rgicamente electrodos en los macacos para dilucidar qu¨¦ neuronas exactamente se activan cuando oyen a otro macaco, pero no cuando oyen a otros monos u otros tipos de ruidos o sonidos.
Incluso podr¨ªan compararse los resultados de tit¨ªes y de macacos con los de humanos a los que se haya implantado este tipo de electrodos por razones m¨¦dicas, como es el caso de algunas personas epil¨¦pticas que no responden al tratamiento, a las que se les implantan para que los neurocirujanos puedan ver peque?as ¨¢reas del cerebro que pueda ser necesario extirpar.
Se tratar¨ªa de solicitar a estas personas que escuchasen los mismos noventa y seis sonidos que los tit¨ªes y los macacos mientras se les monitoriza en un hospital, para estudiar la respuesta del cerebro.
Contactos conson¨¢nticos
No solo las similitudes son interesantes, tambi¨¦n lo son las diferencias. Los hom¨ªnidos pueden articular sonidos voc¨¢licos, como es el caso de los monos, con la laringe. Sin embargo, solo los hom¨ªnidos y los humanos pueden emitir sonidos conson¨¢nticos, que dependen menos del tracto vocal y m¨¢s de los labios.
Los orangutanes cuentan con un rico repertorio de pedorretas y chasquidos con los labios, que combinan con gru?idos y otros sonidos voc¨¢licos. ¡°Combinan las llamadas verbales y las no verbales, del mismo modo que se alternan las vocales con las consonantes¡±, afirma Lameira. ¡°Creemos que esta comuni¨®n entre dos tipos distintos de llamadas es muy especial y potente, tanto, que todos los idiomas se basan en esta f¨®rmula de consonante seguida de vocal¡±.
Seg¨²n intuye Lameira, este repertorio constituye la base esencial sobre la que nuestros ancestros comenzaron a desarrollar lo que hoy conocemos como el habla y el lenguaje humanos. Estos rasgos compartidos, argumenta Lameira, nos permiten desandar el camino evolutivo que culmin¨® en el habla y el lenguaje humanos y comprender los pasos m¨¢s determinantes que tomaron nuestros ancestros en el terreno de la expresi¨®n oral y la evoluci¨®n del cerebro.
Lameira anima a la comunidad cient¨ªfica a estudiar a los gorilas, los bonobos y los chimpanc¨¦s en busca de rasgos similares, como las combinaciones de sonidos conson¨¢nticos y voc¨¢licos, o pruebas de comunicaci¨®n sobre acontecimientos recientes. Investigar a nuestros parientes primates podr¨ªa ayudarnos a descubrir vestigios de nuestros ancestros humanos y los or¨ªgenes del habla y el lenguaje modernos.
La investigaci¨®n descrita en este art¨ªculo se financi¨® con fondos de la UE.
Art¨ªculo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Puede leer la versi¨®n en ingl¨¦s aqu¨ª.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.