Parecidos por fuera y por dentro: personas desconocidas con caras similares comparten un ADN semejante
Un estudio muestra que los dobles, sin v¨ªnculo familiar posible, tienen un genoma cercano, aunque difieren en su epigenoma y su microbioma. El hallazgo, apuntan los investigadores, puede tener implicaciones dentro de las ciencias forenses
El rostro es nuestra carta de presentaci¨®n, lo que fija ¡ªentre otras cosas¡ª la identidad de uno y, de un vistazo, lo que nos diferencia de los dem¨¢s. Pero incluso en las caras de unos y otros hay m¨¢s parecidos de los que pensamos: algunos, a simple vista, como cuando uno se encuentra con los llamados dobles. Son personas id¨¦nticas, sin v¨ªnculo familiar posible, pero con los que tambi¨¦n puede haber similitudes moleculares. Un grupo de investigadores espa?oles ha descubierto que detr¨¢s de esos gemelos sin v¨ªnculo de esos desconocidos con caras muy parecidas, hay tambi¨¦n similitudes gen¨¦ticas. ¡°Lo que m¨¢s les une es su secuencia de ADN¡±, apunta el cient¨ªfico principal, Manel Esteller, que ha publicado este martes sus hallazgos en Cell Reports. Su epigenoma y su microbioma, eso s¨ª, es diferente. ¡°La gen¨®mica los agrupa y el resto los separa¡±, sentencian los autores.
El trabajo revel¨® que esas similitudes gen¨¦ticas no se traducen solo en parecidos faciales, sino tambi¨¦n en h¨¢bitos o comportamientos semejantes. Los resultados de su investigaci¨®n, sopesa Esteller, pueden tener a largo plazo implicaciones dentro de las ciencias forenses.
Los cient¨ªficos reclutaron 32 parejas de dobles a trav¨¦s de las obras del fot¨®grafo Fran?ois Brunelle, un artista canadiense que lleva m¨¢s de 20 a?os tomando im¨¢genes de personas parecidas en todo el mundo. Los pasaron por tres programas de reconocimiento facial para que estos algoritmos constataran su parecido ¡ªla mitad de los pares ten¨ªan un parecido en los tres sistemas de reconocimiento, con puntuaciones similares a las que obtienen unos gemelos id¨¦nticos¡ª y tomaron muestras biol¨®gicas de los 64 participantes, adem¨¢s de someterlos a un cuestionario exhaustivo sobre sus h¨¢bitos y su estilo de vida.
¡°En 2005 descubrimos que los gemelos id¨¦nticos, llamados monocig¨®ticos, ten¨ªan el mismo ADN y diferencias en el epigenoma. As¨ª que decid¨ª mirar el otro lado de la moneda: gente que se parec¨ªa pero no eran gemelos. Quer¨ªa saber cu¨¢nto [de ese parecido] estaba en la naturaleza o en el ambiente que los rodeaba¡±, explica Esteller.
Los investigadores miraron el genoma, pero tambi¨¦n el epigenoma, que son esos elementos que se pegan a los genes y, aunque no modifican su secuencia, s¨ª provocan cambios en sus funciones, como una especie de interruptores que, condicionados por el entorno o los h¨¢bitos de vida de cada uno, apagan o encienden la actividad de los genes. Los cient¨ªficos analizaron, adem¨¢s, el microbioma de los participantes, esto es, el ecosistema de microorganismos que pueblan el ser humano. ¡°Encontramos que lo que m¨¢s une [a cada pareja de dobles] es su secuencia de ADN, su genoma. Por azar, se acaban produciendo genomas similares y eso es porque hay tanta gente en el mundo que se va repitiendo el ADN¡±, apunta el cient¨ªfico principal.
No son id¨¦nticos, pero comparten similitudes, concreta Esteller: ¡°Similitudes en su genoma explican la similitud de estas parejas; la diferente composici¨®n de su epigenoma (la metilaci¨®n del ADN) y el microbioma (el contenido y el tipo de bacterias y virus en sus organismos) ayuda a diferenciarlos¡±.
La investigaci¨®n arroja pistas sobre el entorno gen¨¦tico asociado al aspecto facial. Por ejemplo, las variaciones gen¨¦ticas que compart¨ªan los dobles estaban asociadas a caracter¨ªsticas f¨ªsicas como el labio, el color de ojos, la circunferencia de la cadera, la altura, el ¨ªndice de masa corporal o el cabello, entre otros. Pero la cosa no se queda ah¨ª. La investigaci¨®n sugiere que esas similitudes moleculares halladas influyen m¨¢s all¨¢ de la construcci¨®n del rostro, y existe, apuntan, una correlaci¨®n con ciertos atributos f¨ªsicos, de h¨¢bitos o de comportamientos: ¡°Vimos que hay m¨¢s determinaci¨®n gen¨¦tica en si eran m¨¢s zurdos o diestros, o en la capacidad de ser adictos, por ejemplo: los dos eran fumadores o no fumadores¡±. A trav¨¦s del cuestionario de estilo de vida y par¨¢metros biom¨¦tricos, el art¨ªculo apunta que, en cuestiones como la altura, el peso, el nivel de educaci¨®n o el h¨¢bito tab¨¢quico, tambi¨¦n los dobles parecidos est¨¢n m¨¢s cerca que los que no se parecen.
Los autores admiten en el art¨ªculo que los pares, en su mayor¨ªa, ¡°no comparten un microbioma¡±. Pero matizan: ¡°El microbioma oral se relaciona con la obesidad y la grasa en la cara podr¨ªa relacionarse con similitudes. Descubrimos que las diferencias de peso entre pares eran m¨¢s peque?as entre los pares ultraparecidos en comparaci¨®n con los pares no ultraparecidos. Por lo tanto, es posible que el microbioma oral, a trav¨¦s de su relaci¨®n con el contenido de grasa, contribuya a que los fenotipos se parezcan¡±. Asimismo, ejemplifica Esteller, el epigenoma, a pesar de sus diferencias, sigue siendo m¨¢s parecido entre los dobles que en comparaci¨®n con el resto de la poblaci¨®n: ¡°La edad biol¨®gica es similar si son pares, aunque tengan edades cronol¨®gicas diferentes¡±.
Implicaciones forenses
Queda mucha investigaci¨®n por hacer en este campo y los autores asumen algunas limitaciones en su estudio, como el n¨²mero reducido de participantes, que la mayor¨ªa eran europeos o que las fotos eran en blanco y negro y falta definici¨®n de tonos de piel o rasgos muy concretos. Pero Esteller asegura que, aun as¨ª, este estudio abre una nueva puerta en la comunidad cient¨ªfica y apunta a dos derivadas posibles: ¡°Puede tener implicaciones forenses porque a partir de un genoma desconocido, puedes empezar a hacer una cara. Y, por otra parte, a partir del rostro tambi¨¦n podremos empezar a deducir el genoma de la persona y, por ejemplo, si tiene tal cara, tendr¨¢ m¨¢s o menos riesgo cardiovascular¡±.
?ngel Carracedo, genetista del Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela, que no ha participado en la investigaci¨®n, asegura que el estudio es ¡°interesante¡±, aunque no tiene aplicaci¨®n directa ahora mismo en el ¨¢mbito forense: ¡°Es un trabajo muy interesante, con una idea excelente: el ver si caras parecidas comparten caracter¨ªsticas gen¨¦ticas o epigen¨¦ticas similares. Aunque es un trabajo de ciencia b¨¢sica, puede ayudar a la investigaci¨®n forense para explorar los genes que encontraron asociados y ver si pueden ser ¨²tiles en la predicci¨®n¡±.
Es, por lo pronto, un trabajo ¡°exploratorio¡±, arguye, y est¨¢n a¨²n ¡°lejos del retrato robot¡± a partir de los genes, pero el estudio ¡°abre perspectivas¡± en el campo forense, que usa algunos biomarcadores, dice, como una especie de ¡°testigos biol¨®gicos¡± en las fases de investigaci¨®n policial (no en el proceso judicial) para facilitar las pesquisas. ¡°En este momento las caracter¨ªsticas f¨ªsicas que pueden ser determinadas con un buen nivel de predicci¨®n con fines forenses son la pigmentaci¨®n (especialmente el color de los ojos y de la piel), la forma del pelo y poco m¨¢s, por lo que nuevos genes o marcadores de metilaci¨®n son muy oportunos para explorar otras caracter¨ªsticas f¨ªsicas faciales¡±. El experto, que lidera un proyecto europeo para dise?ar t¨¦cnicas que determinen las caracter¨ªsticas f¨ªsicas, el origen biogeogr¨¢fico y la edad de una persona a partir de su ADN, insiste, no obstante, en que todo ello hay que seguir estudi¨¢ndolo y replic¨¢ndolo, y validarlo con est¨¢ndares forenses.
Para Mar¨ªa del Carmen de Andr¨¦s, bi¨®loga y l¨ªder de la Unidad de Epigen¨¦tica del Instituto de Investigaciones Biom¨¦dicas de A Coru?a (Inibic), la investigaci¨®n de Esteller, en la que no ha participado, tambi¨¦n resulta ¡°interesante¡±, a pesar de las limitaciones que han identificado los propios autores. ¡°Hay una determinaci¨®n gen¨¦tica en los parecidos, y las implicaciones de esto en medicina forense est¨¢n claras: cuando hacen la ruta de los genes [coincidentes], est¨¢n relacionados con la morfolog¨ªa de la cara, as¨ª que podr¨ªas llegar a determinar, a trav¨¦s de una muestra de sangre, sus facciones generales¡±. La investigadora insiste, no obstante, en que ¡°hay que tomarlo con precauci¨®n, porque se necesitar¨ªa un tama?o muestral bastante grande¡± para consolidar los resultados y en este estudio la muestra es muy limitada.
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