Subnivium: un mundo secreto repleto de vida bajo la nieve
El ecosistema que se forma en el hemisferio norte, entre el suelo y la capa de nieve, da cobijo a muchos organismos
Cada invierno, la nieve cubre gran parte del hemisferio norte. Su manto puede llegar a extenderse a lo largo de 40 millones de kil¨®metros, generando, cuando las condiciones son las adecuadas, un vasto y ef¨ªmero ecosistema: el subnivium. Es el nombre con el cual se conoce a la peque?a ¨¢rea que se forma entre la capa de nieve y el suelo; un espacio tan bien aislado t¨¦rmicamente, que puede mantenerse estable alrededor de los 0?C durante semanas, aunque las temperaturas exteriores caigan por debajo de los 20 o los 30 grados bajo cero.
Para ello debe formarse una capa de nieve de unos veinte cent¨ªmetros que no sea muy densa. Cuanto m¨¢s ligera y esponjosa mejor. As¨ª aumenta su capacidad aislante. A medida que la nieve se asienta en el suelo, el aire c¨¢lido del suelo se eleva, convirtiendo las capas de nieve m¨¢s profundas en vapor de aire. Cuando este se condensa se congela hasta formar el techo helado de un peque?o espacio de unos pocos cent¨ªmetros sobre el suelo. El subnivium es un extenso y complejo ecosistema de peque?as grutas y corredores de hielo fin¨ªsimo que ofrecen refugio a plantas y animales. Muchas especies dependen de su formaci¨®n para sobrevivir a los duros inviernos del norte.
Aqu¨ª es posible encontrarse a escarabajos, col¨¦mbolos, ara?as e incluso diferentes tipos de moscas activos durante todo el invierno. No importa que fuera las temperaturas hayan ca¨ªdo por debajo de los cero grados y haya fuertes r¨¢fagas de viento helado. Bajo la nieve, el invierno parece haberse detenido. No hay viento y la temperatura es estable, pese a que ronda el punto de congelaci¨®n, se mantiene invariable. No es un mundo oscuro, de hecho, se puede filtrar tanta luz a trav¨¦s de la nieve como para que los musgos y arbustos de hoja perenne sigan realizando la fotos¨ªntesis. Algunas plantas incluso llegan a florecer bajo la nieve.
Bajo sus t¨²neles abovedados tambi¨¦n se mueven musara?as y ratones. Tampoco las comadrejas tienen problemas en adentrarse en ellos para correr tras los roedores, mientras que zorros y glotones pueden llegar a zambullirse en la nieve para acurrucarse en las bases m¨¢s c¨¢lidas del subnivium.
Un vasto y ef¨ªmero ecosistema: el subnivium, una peque?a ¨¢rea entre la capa de nieve y el suelo, que ofrece refugio a plantas y animales
Entre la hojarasca capturada bajo la nieve es posible encontrar a ranas hibernando, aguardando tiempos mejores. Existe en Norteam¨¦rica una serie de ranas que destacan por su extrema adaptaci¨®n al fr¨ªo. Mientras que la mayor¨ªa de las ranas sobreviven los inviernos hibernando en las profundidades de los lagos o arroyos, donde las temperaturas nunca descienden por debajo del punto de congelaci¨®n, estas ranas siguen una estrategia radicalmente distinta.
Una de ellas es Lithobates sylvaticus, que cuando llega el invierno se acurruca entre la hojarasca bajo el subnivium, protegi¨¦ndose de las temperaturas extremas, pero no del punto de congelaci¨®n. De hecho, estas ranas se convierten durante d¨ªas en poco m¨¢s que cubitos de hielo. Se les llegan a congelar dos tercios del agua del cuerpo sin padecer da?os. Sobrevivir a una congelaci¨®n no es normal. A¨²n estamos lejos de poder congelarnos para hacer viajes intergal¨¢cticos por los peligros que comporta, aunque quiz¨¢ podamos aprender algo de estas ranas. Cuando un cuerpo se congela se forman cristales de hielo que perforan los vasos sangu¨ªneos, las c¨¦lulas se deshidratan fracturando sus paredes celulares y desmontando su estructura interior, adem¨¢s de que una vez se ha congelado la sangre, no hay manera de transportar el ox¨ªgeno y nutrientes a los ¨®rganos vitales. Para la inmensa mayor¨ªa de animales, la congelaci¨®n supone inmensos da?os internos y la muerte. No para algunas ranas. Ellas pueden estar hasta ocho meses congeladas y volver a la vida con la primavera.
Para ello, las ranas producen grandes cantidades de glucosa en el h¨ªgado en cuanto llega el fr¨ªo. Esta soluci¨®n azucarada se concentra en el interior de las c¨¦lulas actuando como un anticongelante que evita la deshidrataci¨®n de las c¨¦lulas y que se forme hielo en su interior. Por otro lado, el torrente sangu¨ªneo est¨¢ cargado de nucleoprote¨ªnas que potencian la formaci¨®n de hielo, as¨ª, cuando las temperaturas rozan los cero grados, los l¨ªquidos que envuelven las c¨¦lulas y los ¨®rganos vitales se congelan. El animal queda tieso. Durante meses no tienen movimiento muscular. Su coraz¨®n no late. No respira. Los ojos se ven blancos porque el cristalino se ha congelado. Es un bloque de hielo tallado en forma de rana. Pero est¨¢ vivo. Las ranas permanecen bajo el subnivium en un estado de animaci¨®n suspendida. Solo hay que esperar a la primavera.
Con el calor, primero empezar¨¢ a latir el coraz¨®n, despu¨¦s se activar¨¢ la actividad cerebral y, finalmente, mover¨¢ las extremidades. Solo despertarse empezar¨¢ a andar hacia un lugar adecuado donde reproducirse. Ser¨¢n los primeros anfibios en hacerlo, mucho antes que otras especies. No se sabe a¨²n qu¨¦ hace que el coraz¨®n se active tras haber estado detenido durante tanto tiempo. Ni por qu¨¦ no sufren los problemas de los diab¨¦ticos cuando sus niveles en sangre alcanzan niveles 100 superiores a lo normal. Quiz¨¢ bajo el ecosistema ef¨ªmero del subnivium haya respuestas a la diabetes, al mantenimiento de ¨®rganos para trasplantes o c¨®mo tratar sistemas circulatorios que se han detenido temporalmente tras un ataque card¨ªaco o un derrame cerebral.
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