El centro del mundo se desmigaja como una galleta
Siete cient¨ªficos y dos periodistas de EL PA?S aterrizan en un campamento cercano al Polo Sur con una misi¨®n trascendental: averiguar el futuro de la humanidad. La Ant¨¢rtida ya sufre olas de calor que superan los 18 grados y se deshace por sus bordes
La Ant¨¢rtida es el centro del mundo. Lo constata un chocante mapamundi concebido en 1942 por el cart¨®grafo sudafricano Athelstan Spilhaus. Sus hielos dictan el clima, las corrientes marinas y el nivel del mar de todo el planeta.
Siete cient¨ªficos y dos periodistas de EL PA?S han viajado a la Ant¨¢rtida profunda, al campamento chileno Glaciar Uni¨®n, para intentar entender qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en el continente.
En la Ant¨¢rtida hab¨ªa un equilibrio: ganaba con las nevadas tanto hielo como perd¨ªa por los glaciares que terminan en el mar. El calentamiento global cambi¨® todo hace unos 15 a?os. Los bordes de la Ant¨¢rtida se est¨¢n desmigajando como una galleta.
El continente ha alcanzado un r¨¦cord de temperatura, m¨¢s de 18 grados, en la base argentina de Esperanza. El 19 de mayo de 2021 se desprendi¨® un iceberg del tama?o de la isla de Mallorca. Estos d¨ªas, el hielo marino se ha derretido hasta un m¨ªnimo hist¨®rico.
175 km
A76
Filchner-Ronne
Plataforma de hielo
Pen¨ªnsula
Ant¨¢rtica
Imagen del iceberg A76 poco despu¨¦s de su desprendimiento.
Los descomunales icebergs flotan hasta aguas c¨¢lidas y se derriten. La Ant¨¢rtida pierde cada a?o tanto hielo como para llenar 47 millones de piscinas ol¨ªmpicas. El nivel del mar puede subir dos metros este siglo.
Rutas de deriva de los grandes icebergs desprendidos de la masa principal desde 1989.
Dos aeroplanos militares cumplen la orden de transportar a un ¨²nico cient¨ªfico a trav¨¦s del fin del mundo. Su nombre es Ricardo Ja?a, pero todos le llaman Hielo. Por la ventanilla se contempla el yermo vac¨ªo blanco ant¨¢rtico al que cant¨® el poeta Pablo Neruda: ¡°All¨ª termina todo y no termina: all¨ª comienza todo¡±. El Polo Sur queda algo m¨¢s all¨¢ del horizonte. Las aeronaves, de la Fuerza A¨¦rea de Chile, vuelan de dos en dos porque abajo, escondidas bajo la nieve, hay grietas monstruosas, capaces de engullir un avi¨®n entero. El aterrizaje sobre el infinito manto helado, sin embargo, es suave, y Ja?a desciende con decisi¨®n por la escalerilla, escoltado por dos exploradores militares que responden a temibles nombres de combate: Inmortal y Prometeo. El investigador, con una vara de bamb¨² en la mano, tiene una misi¨®n trascendental: buscar pistas sobre el futuro de la humanidad.
Hielo, un glaci¨®logo que lleva tres d¨¦cadas estudiando el continente, se ha encontrado con una Ant¨¢rtida inesperada e inquietante. El hielo marino se derriti¨® hasta un m¨ªnimo hist¨®rico el 13 de febrero. Las olas de calor ya son habituales. Hace tres a?os, una base argentina registr¨® un r¨¦cord ins¨®lito de temperatura: m¨¢s de 18 grados. Los expertos, agrupados en la Iniciativa Internacional para el Clima de la Criosfera, se desga?itan ante la pasividad pol¨ªtica: ¡°No podemos negociar el punto de fusi¨®n del hielo¡±. El nivel del mar subir¨¢ dos metros de aqu¨ª al final del siglo si se mantienen las emisiones de CO? actuales, seg¨²n los actuales modelos inform¨¢ticos. Y puede que las predicciones sean demasiado optimistas.
¡°Los cambios se est¨¢n acelerando¡±, advierte Ja?a, del Instituto Ant¨¢rtico Chileno, de pie en medio de la nada. Su silueta es una manchita insignificante al comienzo de la mayor plataforma de hielo del mundo, la de Filchner-Ronne. Es una superficie blanca casi del mismo tama?o que Espa?a. Con la vara de bamb¨² de cuatro metros en su mano, y las h¨¦lices de los dos aeroplanos Twin Otter detr¨¢s, Ja?a parece Don Quijote arremetiendo contra los molinos. Con destreza, levanta su lanza y la clava una y otra vez en el hielo, hasta que solo asoma la mitad. El a?o que viene, volver¨¢ volando a este mismo lugar para buscar la vara de bamb¨² y medir cu¨¢nto se ha desplazado. Algunos glaciares de la Ant¨¢rtida occidental han aumentado su velocidad m¨¢s de un 40% en el ¨²ltimo cuarto de siglo, seg¨²n la Agencia Espacial Europea. El hielo encerrado en el continente durante miles de a?os est¨¢ acelerando su ca¨ªda al mar.
Siete investigadores, con Ricardo Ja?a al frente, y dos periodistas de EL PA?S aterrizaron a comienzos de diciembre en un avi¨®n militar C-130 H¨¦rcules en una pista de hielo azul en la Ant¨¢rtida profunda, en la estaci¨®n cient¨ªfica chilena Glaciar Uni¨®n, la base m¨¢s cercana al Polo Sur tras la estadounidense Amundsen-Scott y la china Kunlun. Es un campamento austero, en medio del infierno. La ventisca golpea los rostros como cuchillas afiladas y zarandea una veintena de tiendas de campa?a. El term¨®metro alcanza a menudo los 15 grados bajo cero. Las Fuerzas Armadas de Chile apoyan a la expedici¨®n, organizada por el Instituto Ant¨¢rtico Chileno. Hay cinco militares por cada cient¨ªfico. El lugar es tan remoto y hostil que a todos los uniformados se les extirp¨® previamente el ap¨¦ndice intestinal para evitar urgencias por apendicitis.
El glaci¨®logo, de 61 a?os, es suficientemente veterano como para haber detectado con sus propios ojos la transformaci¨®n de la Ant¨¢rtida. ¡°Me ha tocado ver con asombro los cambios. La reducci¨®n de algunos glaciares se puede observar a escala humana. No esperaba verlo tan r¨¢pido¡±, lamenta. Hielo, siempre con un caf¨¦ caliente en la mano, fue uno de los investigadores que en 1993 busc¨®, sin ¨¦xito, los restos del San Telmo, el legendario nav¨ªo de guerra espa?ol que desapareci¨® en 1819 con 644 tripulantes a bordo, cuando navegaba por el cabo de Hornos camino de Per¨². Algunas piezas halladas en el siglo XIX sugieren que aquellos espa?oles fueron por accidente las primeras personas que pisaron la Ant¨¢rtida. Si es cierto, no sobrevivieron para contarlo.
El mapa del continente parece la cabeza de un rinoceronte de perfil. El cuerno es la pen¨ªnsula ant¨¢rtica, uno de los lugares del planeta m¨¢s afectados por el calentamiento global. La temperatura all¨ª ha aumentado tres grados en apenas medio siglo. El campamento chileno se levanta en el hocico del rinoceronte, la Ant¨¢rtida occidental, a solo 1.000 kil¨®metros del Polo Sur. El 19 de mayo de 2021, un iceberg del tama?o de la isla de Mallorca se desprendi¨® en la vecina plataforma de hielo de Filchner-Ronne, a la que Ja?a acude en aeroplano para clavar su vara de bamb¨². La formaci¨®n de icebergs descomunales es un fen¨®meno natural, pero el glaci¨®logo advierte de que ocurrir¨¢ m¨¢s a menudo por el cambio clim¨¢tico, aumentando el nivel del mar y amenazando el tr¨¢fico mar¨ªtimo.
El glaci¨®logo estadounidense Chad Greene, de la NASA, lo resume de forma elocuente. ¡°Los bordes de la Ant¨¢rtida se est¨¢n desmigajando como una galleta¡±, alerta en un mensaje de correo electr¨®nico. Su equipo acaba de publicar un estudio que muestra que las milenarias plataformas de hielo que rodean el continente han perdido casi un 2% de su superficie en el ¨²ltimo cuarto de siglo, un ¨¢rea similar a la de toda Suiza. Es el doble de lo esperado. Este hielo frente a las costas act¨²a como una presa que contiene el avance de los glaciares hacia el mar. Sin ese obst¨¢culo, los colosales r¨ªos helados aceleran su camino hacia el oc¨¦ano, advierte Ja?a. ¡°Es como quitarle el corcho a una botella de champ¨¢n¡±.
Tasa media de cambio (2018-2022)
Metros de espesor
–3 m
–0,25
0
0,25
3
?reas que est¨¢n
ganando espesor
Mar de Weddell
Base O’Higgins
Filchner-Ronne
Plataforma de hielo
Glaciar Uni¨®n
Polo Sur
Mar de
Amundsen
Base Vostok
Glaciar Thwaites
Base Concordia
Base McMurdo
?reas que
est¨¢n perdiendo
espesor
Ross
Plataforma de hielo
1.000 km
Tasa media de cambio (2018-2022)
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ganando espesor
Mar de Weddell
Base O’Higgins
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Glaciar Uni¨®n
Polo Sur
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Base Concordia
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ganando espesor
Villa las
Estrellas
Base O’Higgins
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Plataforma de hielo
Glaciar Amery
Ant¨¢rtida
Este
Glaciar Uni¨®n
Polo Sur
Ant¨¢rtida
Oeste
Base Vostok
Glaciar Thwaites
Ross
Plataforma de hielo
Base Concordia
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est¨¢n perdiendo
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Ross
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Amundsen
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Tasa media de cambio (2018-2022)
Metros de espesor
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ganando espesor
Villa las
Estrellas
Base O’Higgins
Mar de Weddell
Filchner-Ronne
Plataforma de hielo
Glaciar Amery
Ant¨¢rtida
Este
Glaciar Uni¨®n
Polo Sur
Montes Ellsworth
Ant¨¢rtida
Oeste
Sin datos
Base Vostok
Glaciar Thwaites
Base Concordia
?reas que est¨¢n
perdiendo espesor
Ross
Plataforma de hielo
Base McMurdo
Mar de
Amundsen
Mar de
Ross
1.000 km
En la costa ant¨¢rtica ya hay aut¨¦nticos pueblos, como la base estadounidense McMurdo, en la que hasta 1.200 habitantes tienen acceso a edificios de tres plantas, cajeros autom¨¢ticos, gimnasios, restaurantes, un supermercado e incluso dos bares. El campamento chileno es muy diferente. Es un lugar extremo en la Ant¨¢rtida profunda. Las tiendas de campa?a se alzan sobre una capa de m¨¢s de mil metros de hielo. Los cient¨ªficos y sus colegas militares duermen acurrucados en sacos de dormir, a temperaturas cercanas al cero incluso dentro de las carpas. No hay comodidades. Hay que defecar en una bolsa que se guarda en un bid¨®n y orinar en un barril diferente, en dos operaciones separadas que son m¨¢s f¨¢ciles de enunciar que de ejecutar. El objetivo es no dejar ning¨²n residuo en la Ant¨¢rtida.
Incluso bajo la ventisca, el ingeniero Sebasti¨¢n Alfaro, de 31 a?os, y el t¨¦cnico Basti¨¢n Oyarce, de 32, cavan cada d¨ªa en la nieve del campamento de Glaciar Uni¨®n para instalar una nueva estaci¨®n meteorol¨®gica. Metidos hasta el cuello en una fosa de hielo y con sus respiraciones congeladas en sus barbas, parece que estuvieran cavando sus propias tumbas. La Ant¨¢rtida no es de nadie, pero siete pa¨ªses reclaman porciones triangulares, como si fuera una pizza. Chile considera suya la parte m¨¢s cercana a su territorio, hasta el Polo Sur. El Instituto Ant¨¢rtico Chileno quiere instalar en esta franja helada 21 estaciones meteorol¨®gicas. Es una tarea endiablada. La primera estaci¨®n, colocada hace un a?o en Glaciar Uni¨®n, dej¨® de funcionar a los cuatro meses. Las temperaturas pueden caer hasta los 50 grados bajo cero, provocando fallos en las bater¨ªas. Y la energ¨ªa solar no sirve: en invierno, la noche dura unos cinco meses.
La sede del Instituto Ant¨¢rtico Chileno se encuentra en Punta Arenas, una ciudad portuaria vinculada a la edad heroica de la exploraci¨®n polar. Un cartel en la fachada recuerda que, en este mismo lugar, en 1904, el capit¨¢n brit¨¢nico Robert Falcon Scott deposit¨® 400 cartas para anunciar al mundo que regresaba sano y salvo de su primera expedici¨®n a la Ant¨¢rtida. Morir¨ªa congelado ocho a?os despu¨¦s, tras quedar segundo en la carrera para conquistar el Polo Sur. El explorador noruego que lleg¨® primero, Roald Amundsen, describi¨® el continente como ¡°un monstruo¡± y lo desafi¨® en sus notas: ¡°Hemos o¨ªdo tu llamada y acudiremos. Tendr¨¢s tu beso, aunque tengamos que pagar por ello con nuestras vidas¡±.
La hostilidad del monstruo ha impedido conocerlo durante dos siglos, seg¨²n admite el paleont¨®logo Marcelo Leppe, director del Instituto Ant¨¢rtico Chileno. ¡°Nuestra comprensi¨®n de los fen¨®menos que est¨¢n ocurriendo en la Ant¨¢rtida es paup¨¦rrima¡±, advierte en su despacho. El Gobierno de Chile pretende conectar las 21 futuras estaciones ant¨¢rticas con una red similar en su territorio americano, aprovechando que el pa¨ªs es tan alargado que recorre todo tipo de ecosistemas, desde el desierto de Atacama a la h¨²meda Patagonia, pasando por la cordillera de Los Andes. Leppe afirma que ser¨¢ ¡°el sensor de cambio clim¨¢tico m¨¢s largo del mundo¡±. M¨¢s de 8.000 kil¨®metros separan la frontera norte chilena y el campamento ant¨¢rtico de Glaciar Uni¨®n, la misma distancia que hay entre Madrid y Bogot¨¢.
Las plataformas de hielo
se derriten desde abajo
1. Disminuci¨®n de la
acumulaci¨®n de nieve
2. Con menos hielo,
se refleja menor
radiaci¨®n solar
3. Entradas de
aire templado del
Pac¨ªfico tropical
4. Al haber menos
plataforma de hielo,
el glaciar se acelera
6. Cambios en el
h¨¢bitat del kril
y el plancton
5. Mayor
derretimiento
de la superficie
Antes
Ahora
7. Se retrasa la zona de apoyo de los glaciares
8. Masas de agua templada y salada se cuelan bajo las plataformas de hielo facilitando a¨²n m¨¢s el derretimiento
Corriente
templada
profunda
(salada)
Corriente
circumpolar
profunda
Superficie m¨ªnima de hielo marino
alrededor de la Ant¨¢rtida
El 13 de febrero de 2023, la superficie baj¨® hasta los 1,91 millones de kil¨®metros cuadrados, el m¨ªnimo desde que comenzaron los registros por sat¨¦lite, en 1979
4 millones de km2
3
2
1
0
1980
1990
2000
2010
2020
Fuentes: NSIDC, NOAA, USNIC y NASA/SCP
(Gobierno de Estados Unidos)
Las plataformas de hielo
se derriten desde abajo
1. Disminuci¨®n de la
acumulaci¨®n de nieve
2. Con menos hielo,
se refleja menor
radiaci¨®n solar
3. Entradas de
aire templado del
Pac¨ªfico tropical
4. Al haber menos
plataforma de hielo,
el glaciar se acelera
6. Cambios en el
h¨¢bitat del kril
y el plancton
5. Mayor
derretimiento
de la superficie
Antes
Ahora
7. Se retrasa la zona de apoyo de los glaciares
8. Masas de agua templada y salada se cuelan bajo las plataformas de hielo facilitando a¨²n m¨¢s el derretimiento
Corriente
templada
profunda
(salada)
Corriente
circumpolar
profunda
Superficie m¨ªnima de hielo marino
alrededor de la Ant¨¢rtida
El 13 de febrero de 2023, la superficie baj¨® hasta los 1,91 millones de kil¨®metros cuadrados, el m¨ªnimo desde que comenzaron los registros por sat¨¦lite, en 1979
4 millones de km2
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2010
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Fuentes: NSIDC, NOAA, USNIC y NASA/SCP
(Gobierno de Estados Unidos)
Las plataformas de hielo se derriten desde abajo
1. Disminuci¨®n de la
acumulaci¨®n de nieve
2. Con menos hielo,
se refleja menor
radiaci¨®n solar
3. Entradas de
aire templado del
Pac¨ªfico tropical
4. Al haber menos
plataforma de hielo,
el glaciar se acelera
6. Cambios en el
h¨¢bitat del kril
y el plancton
5. Mayor
derretimiento
de la superficie
Corriente
templada
profunda
(salada)
Antes
Ahora
7. Se retrasa la zona de apoyo de los glaciares
8. Masas de agua templada y salada se cuelan bajo las plataformas de hielo facilitando a¨²n m¨¢s el derretimiento
Corriente
circumpolar
profunda
Superficie m¨ªnima de hielo marino alrededor de la Ant¨¢rtida
4 millones de km2
El 13 de febrero de 2023, la superficie baj¨® hasta los 1,91 millones de kil¨®metros cuadrados, el m¨ªnimo desde que comenzaron los registros por sat¨¦lite, en 1979
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1980
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2000
2010
2020
Fuentes: NSIDC, NOAA, USNIC y NASA/SCP (Gobierno de Estados Unidos)
Las plataformas de hielo se derriten desde abajo
1. Disminuci¨®n de la
acumulaci¨®n de nieve
3. Con menos hielo,
se refleja menor
radiaci¨®n solar
4. Entradas de
aire templado del
Pac¨ªfico tropical
2. Al haber menos
plataforma de hielo,
el glaciar se acelera
6. Cambios en el
h¨¢bitat del kril
y el plancton
5. Mayor
derretimiento
de la superficie
Antes
Ahora
Corriente
templada
profunda
(salada)
Corriente
circumpolar
profunda
7. Se retrasa la zona de apoyo de los glaciares
8. Masas de agua templada y salada
se cuelan bajo las plataformas de hielo facilitando a¨²n m¨¢s el derretimiento
Superficie m¨ªnima de hielo marino alrededor de la Ant¨¢rtida
4 millones de km2
El 13 de febrero de 2023, la superficie baj¨® hasta los 1,91 millones de kil¨®metros cuadrados, el m¨ªnimo desde que comenzaron los registros por sat¨¦lite, en 1979
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Fuentes: NSIDC, NOAA, USNIC y NASA/SCP (Gobierno de Estados Unidos)
Este a?o, gracias a los sat¨¦lites de Elon Musk, internet ha llegado por primera vez al campamento, inaugurado hace una d¨¦cada. Todo parece menos inh¨®spito ahora. El bi¨®logo Jorge Gallardo, curtido en una quincena de expediciones ant¨¢rticas, es un nost¨¢lgico de los viejos tiempos. Se niega a conectarse, para no distraerse. ¡°Es parte de la m¨ªstica de la Ant¨¢rtida. Aqu¨ª una mala decisi¨®n te puede costar la vida. Todos los errores de la ¨¦poca heroica de la exploraci¨®n ant¨¢rtica se cometieron por subestimar a la Ant¨¢rtida. Ernest Shackleton dijo: ¡®Ese hielo marino no va a crecer¡¯. Y su barco, el Endurance, se qued¨® all¨ª atrapado. La Ant¨¢rtida siempre es peligrosa. Yo me acuesto cada d¨ªa pensando en qu¨¦ voy a hacer la ma?ana siguiente¡±, explica apesadumbrado, al ver por primera vez a muchos habitantes del campamento ensimismados en sus tel¨¦fonos m¨®viles.
Los cient¨ªficos m¨¢s veteranos, como sus colegas militares, tienen un nombre de combate. A Gallardo, de 51 a?os, le llaman Galgo, porque es flaco y camina raudo por las monta?as heladas. Corri¨® una media marat¨®n por la Ant¨¢rtida en una hora y media. Su cometido es arriesgado. Escoltado por tres exploradores militares, trepa por las cimas de los Montes Ellsworth en busca de seres vivos. A tan solo 1.000 kil¨®metros del Polo Sur, no hay focas ni ping¨¹inos ni insectos. Ni siquiera pasan aves por el cielo. No hay nada. El explorador noruego Roald Amundsen y cuatro compa?eros lograron conquistar el Polo en 1911 porque iban en trineos de perros y se los fueron comiendo por el camino.
¡°Aterrizar en la Ant¨¢rtida profunda es como aparecer en otro planeta¡±, sentencia Galgo. ¡°Esta es la ¨²nica vida visible en cientos de kil¨®metros a la redonda¡±, explica mientras muestra l¨ªquenes de vistosos colores ¡ªnaranjas, verdes, negros¡ª en las rocas desnudas de la cumbre del pico Charles. Es un cerro de apenas 1.000 metros, pero en estas latitudes es como ascender por una cima de 6.000. Con vientos a 20 grados bajo cero, el bi¨®logo se ha tenido que quitar sus guantes de abrigo y ponerse unos de l¨¢tex, para recoger as¨¦pticamente muestras de sedimentos con microorganismos. ¡°?Casi pierdo la mano!¡±, grita a sus compa?eros durante el descenso.
Galgo, de la Universidad de Talca, subraya que la Ant¨¢rtida ha estado 30 millones de a?os aislada del resto del planeta por las fr¨ªas corrientes marinas y las masas de aire g¨¦lido. ¡°Todas las hip¨®tesis dec¨ªan que nada entraba ni sal¨ªa de la Ant¨¢rtida¡±, recalca. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Barcelona, dirigido por la bi¨®loga Conxita ?vila, descubri¨® hace dos a?os que unos animales marinos potencialmente invasores ¡ªbriozoos, diminutos seres con tent¨¢culos¡ª hab¨ªan llegado a las costas ant¨¢rticas sobre algas a la deriva. Con el calentamiento global, las invasiones ser¨¢n cada vez m¨¢s probables. Galgo, junto a su colega Thais Luarte, intenta averiguar si tambi¨¦n hay bacterias potencialmente nocivas que est¨¢n colonizando el continente por el aire.
Luarte, de 33 a?os, no tiene dudas: los microbios de otros continentes ya est¨¢n utilizando rutas a¨¦reas para entrar en la Ant¨¢rtida. La bi¨®loga, de la Universidad Andr¨¦s Bello, acaba de analizar para su tesis doctoral la llegada de contaminantes org¨¢nicos persistentes a trav¨¦s de estas autopistas atmosf¨¦ricas. En la isla ant¨¢rtica Rey Jorge, ha hallado trazas del insecticida DDT, residuos de f¨¢bricas de pintura y compuestos derivados del petr¨®leo. Tambi¨¦n ha detectado una concentraci¨®n creciente de hexaclorobenceno, un fungicida prohibido, utilizado durante d¨¦cadas para evitar los hongos en las semillas de trigo. ¡°Alguien en alguna parte sigue us¨¢ndolo¡±, advierte Luarte.
En diciembre es verano en la Ant¨¢rtida y hay 24 horas de luz cada jornada. El Sol da vueltas en el cielo una y otra vez y no anochecer¨¢ hasta finales de febrero. El d¨ªa en Glaciar Uni¨®n durar¨¢ unas 3.000 horas. El ingeniero f¨ªsico Jos¨¦ Jorquera, de 34 a?os, y su colega holandesa Veronica Tollenaar, de 30, miden constantemente la radiaci¨®n solar reflejada por la nieve o el hielo en los alrededores del campamento. La nieve m¨¢s pura del planeta se encuentra en el entorno del Polo Sur, as¨ª que los cient¨ªficos utilizan estos datos como referencia para el resto del mundo. El porcentaje de radiaci¨®n reflejada aqu¨ª supera el 90%. El calor del Sol rebota. Es un escudo contra el calentamiento.
Jorquera, apodado Joker, reflexiona en su tienda de campa?a llena de aparatos. La Ant¨¢rtida acaba de vivir otro r¨¦cord negativo. El hielo marino alcanz¨® un m¨ªnimo hist¨®rico el 13 de febrero, bajando de dos millones de kil¨®metros cuadrados por segunda vez desde que comenzaron los registros por sat¨¦lite, en 1979. La primera vez fue el a?o pasado. La comunidad cient¨ªfica no sabe si es un episodio de variabilidad natural o si se trata del inicio de un deshielo constante, como ya ocurre en el ?rtico desde hace d¨¦cadas. Esta segunda posibilidad ser¨ªa desastrosa. ¡°Cuanto menos hielo hay, menos radiaci¨®n solar se refleja, m¨¢s calor se queda en la superficie y todav¨ªa m¨¢s hielo se derrite¡±, advierte Jorquera, de la Universidad de Santiago de Chile. Es un c¨ªrculo vicioso llamado retroalimentaci¨®n del albedo: el calentamiento provoca m¨¢s calentamiento.
La hipot¨¦tica desaparici¨®n del hielo marino podr¨ªa tener otros efectos catastr¨®ficos. Las ballenas, las focas y los ping¨¹inos se alimentan de kril, un peque?o crust¨¢ceo parecido a un camar¨®n. Y el kril se nutre de las algas que viven bajo el hielo marino. Un deshielo masivo provocar¨ªa un efecto domin¨® en todo el ecosistema de la Ant¨¢rtida: menos algas, menos kril, menos ballenas, menos focas, menos ping¨¹inos.
El equipo de Joker intenta este a?o determinar el umbral de temperatura a partir del cual las plataformas de hielo flotantes pueden sucumbir a las olas de calor. En sus expediciones lejos del campamento, los cient¨ªficos tienen que ir escoltados por miembros de la Unidad de Exploraci¨®n Terrestre Ant¨¢rtica del Ej¨¦rcito. Estar solo aqu¨ª es muy peligroso. Ricardo Ja?a muestra un espeluznante v¨ªdeo de una m¨¢quina pisanieves siendo devorada por una inmensa grieta en el hielo, en las inmediaciones del campamento. Pone los pelos de punta.
El l¨ªder de los exploradores es el teniente coronel Fernando Inostroza, alias Inmortal, un herc¨²leo militar de 42 a?os curtido en la Ant¨¢rtida y en operaciones de rescate en tsunamis y erupciones volc¨¢nicas. Fue jefe de la base O¡¯Higgins, una instalaci¨®n ubicada en un islote que en invierno se queda aislada del mundo durante meses cuando se congela el mar. El propio Inmortal ha elegido a sus cinco hombres: Nitro, Prometeo, Rex, Face y Alacr¨¢n. A algunos los conoci¨® en Cabo Haitiano, la segunda ciudad de Hait¨ª, cuando patrullaban sus inflamables calles como cascos azules, con un fusil de asalto SIG 542 siempre listo en las manos.
En la Ant¨¢rtida, un continente consagrado a fines pac¨ªficos, los militares van desarmados. Los exploradores recorren hasta 25 kil¨®metros en motos de nieve, sorteando grietas en el hielo, y trepan por traicioneras cumbres heladas para recoger simplemente unos pocos gramos de sedimento con microbios. ¡°Siempre hay riesgo¡±, reconoce Inmortal. Hace cuatro a?os, otro H¨¦rcules de la Fuerza A¨¦rea de Chile cay¨® al mar con 38 tripulantes a bordo camino de la Ant¨¢rtida. No hubo supervivientes.
El gran enigma de la Ant¨¢rtida es su regi¨®n oriental: el cr¨¢neo y el cuello del rinoceronte. El continente custodia el 70% del agua dulce del planeta. Si se derritiera todo este hielo, el nivel del mar subir¨ªa 58 metros: 52 proceder¨ªan de la vasta parte oriental. Nadie espera que esto ocurra en los pr¨®ximos siglos.
La Ant¨¢rtida oriental es la regi¨®n m¨¢s fr¨ªa e inaccesible del mundo. La base rusa Vostok, en medio de esta planicie helada, tiene el r¨¦cord de la temperatura m¨¢s baja registrada en el planeta: m¨¢s de 89 grados bajo cero, el 21 de julio de 1983. Los cient¨ªficos repiten la met¨¢fora del ¡°gigante dormido¡± porque esta inimaginable masa de hielo parec¨ªa ajena al calentamiento global, pero ya hay se?ales intranquilizadoras.
La base Vostok alcanz¨® un r¨¦cord de temperatura m¨¢xima, unos 18 grados bajo cero, en marzo del a?o pasado. Son 15 m¨¢s de lo habitual en esas fechas. Y en la estaci¨®n italofrancesa Dome Concordia, tambi¨¦n en la Ant¨¢rtida oriental profunda, se rozaron los 10 grados bajo cero, casi 40 m¨¢s de lo normal. Los cient¨ªficos europeos incluso se hicieron una foto sin camiseta y en pantal¨®n corto, como si estuviesen en la playa. Durante esa ola de calor, la plataforma de hielo Conger se despedaz¨®. Nunca se hab¨ªa observado algo as¨ª en la g¨¦lida Ant¨¢rtida oriental. Incluso llovi¨® en algunos puntos de la costa, un hecho inaudito.
La ocean¨®grafa Laura Herr¨¢iz, una madrile?a de 43 a?os que trabaja en la agencia australiana CSIRO, intenta entender qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en aquella regi¨®n ant¨¢rtica. Su equipo ha detectado que los fuertes vientos del oeste, caracter¨ªsticos de esas latitudes, se han desplazado hacia el sur por el cambio clim¨¢tico y ahora mueven corrientes marinas m¨¢s c¨¢lidas hacia las costas de la Tierra de Wilkes. La temperatura del oc¨¦ano en esta regi¨®n ha aumentado entre dos y tres grados desde comienzos del siglo XX. ¡°Es much¨ªsimo y es alarmante. Antes se pensaba que no ten¨ªamos que preocuparnos de la Ant¨¢rtida oriental¡±, advierte Herr¨¢iz por tel¨¦fono.
Uno de los lugares m¨¢s extra?os en la Ant¨¢rtida es la Villa Las Estrellas. Durante la dictadura de Pinochet, en 1984, Chile levant¨® este pueblo en la isla Rey Jorge, llevando all¨ª a familias con ni?os, para reivindicar su soberan¨ªa en el territorio. En esta aldea ant¨¢rtica, con escuela y oficina de correos, incluso nacieron tres beb¨¦s, entre focas y ping¨¹inos. Muy lejos de all¨ª, en el inh¨®spito campamento de Glaciar Uni¨®n, el glaci¨®logo Ricardo Ja?a, con un caf¨¦ caliente en la mano, rememora que, en un promontorio de la Villa Las Estrellas, se alza la iglesia cristiana de Santa Mar¨ªa Reina de la Paz. Cuando trabaja en la isla, a menudo sube a la iglesia a rezar. Ja?a musita una frase b¨ªblica, del Antiguo Testamento: ¡°Por el soplo de Dios se forma el hielo¡±. En los bordes de la Ant¨¢rtida, parece que los dioses est¨¢n dejando de soplar.
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