25 a?os de la Estaci¨®n Espacial Internacional: cumplida ya su vida ¨²til, no hay un plan para retirarla
Las tensiones de Rusia con EE UU y Europa dificultan el acuerdo sobre el final del mayor proyecto de cooperaci¨®n internacional en el espacio, que seguir¨¢ operativo al menos hasta 2030
La Estaci¨®n Espacial Internacional cumple hoy lunes 25 a?os, en medio de algunas preocupaciones de seguridad sobre su funcionamiento actual y con muchas dudas sobre su futuro, que la NASA no vislumbra m¨¢s all¨¢ de 2030. Un cuarto de siglo de cooperaci¨®n internacional en el espacio en este proyecto, liderado por dos superpotencias como EE UU y Rusia que rivalizan en la Tierra, es un ¨¦xito in¨¦dito en la historia de la humanidad; pero esas bodas de plata se est¨¢n viendo ensombrecidas por recientes aver¨ªas, como las recurrentes fugas de gases t¨®xicos en los radiadores de uno de los m¨®dulos rusos.
El pasado 9 de octubre se detectaron copos de amon¨ªaco helado, que se usa como refrigerante, emanando de un radiador exterior del m¨®dulo Nauka. La NASA asegur¨® a las pocas horas, en un comunicado, que pese a esa emanaci¨®n muy t¨®xica ¡°la tripulaci¨®n de la estaci¨®n nunca estuvo en peligro¡± y, dos semanas despu¨¦s, los rusos Oleg Kononenko y Nikolai Chub lograron aislar la fuga durante un paseo espacial. Adem¨¢s de estos dos cosmonautas, viven ahora en la ISS (siglas en ingl¨¦s de la Estaci¨®n Espacial Internacional) dos mujeres estadounidenses, un japon¨¦s, otro ruso y, al frente de la tripulaci¨®n, el comandante dan¨¦s Andreas Mogensen. Un total de 7 astronautas, que componen la denominada Expedici¨®n 70.
El radiador con esa reciente fuga de amon¨ªaco hab¨ªa sido transferido el pasado mes de abril desde otro m¨®dulo de la estaci¨®n, y el problema se suma a dos incidentes similares en los ¨²ltimos meses, que la agencia espacial rusa Roscosmos achac¨® a impactos de micrometeoritos. Uno de ellos afect¨® en diciembre de 2022 a una nave Soyuz destinada a llevar de vuelta a tres cosmonautas, que tuvieron que permanecer otros seis meses m¨¢s en la ISS. Normalmente, cada tripulante pasa en la estaci¨®n seis meses.
Esos radiadores son la ¨²ltima fuente de preocupaci¨®n, tras varias fugas de aire en 2020 y un fallo de software en el m¨®dulo Nauka, que provoc¨® un cambio de inclinaci¨®n de toda la estaci¨®n espacial al acoplarse a ella en julio de 2021. Nauka es la ¨²ltima secci¨®n a?adida a la ISS, cuya construcci¨®n comenz¨® el 20 de noviembre de 1998, cuando el primer m¨®dulo, el ruso Zarya, fue colocado en ¨®rbita. Dos semanas despu¨¦s se le acopl¨® el m¨®dulo estadounidense Unity y el 2 de noviembre de 2000 lleg¨® la tripulaci¨®n de la Expedici¨®n 1. As¨ª comenz¨® una presencia humana ininterrumpida en la estaci¨®n, que contin¨²a 23 a?os despu¨¦s.
El proyecto sigue en marcha a pesar de la invasi¨®n rusa de Ucrania iniciada en febrero 2022. De hecho, es una de las pocas l¨ªneas de colaboraci¨®n ruso-estadounidense que contin¨²an abiertas desde entonces. Las sanciones internacionales a Rusia, derivadas de ese conflicto, son un motivo de tensi¨®n a?adida con EE UU y el resto de socios de la ISS ¡ªla Agencia Espacial Europea (ESA) y las de Jap¨®n y Canad¨¢¡ª, que hace dif¨ªcil planificar el futuro del proyecto.
Sin embargo, ya un a?o antes de comenzar la guerra de Ucrania, Rusia hab¨ªa apuntado que su intenci¨®n era retirarse de la ISS a partir de 2025 debido a que su per¨ªodo de operaci¨®n ya hab¨ªa expirado y su estado dejaba mucho que desear. Concebida inicialmente para estar operativa durante 15 a?os, finalmente duplicar¨¢ esa vida ¨²til si se cumplen los planes de la NASA, que se ha asegurado tener financiaci¨®n para mantenerla en funcionamiento hasta 2030.
El reto de desorbitar la estaci¨®n
La ISS continuar¨ªa as¨ª, hasta el final de esta d¨¦cada, siendo un enorme laboratorio internacional en ¨®rbita, como destac¨® en diciembre de 2021 el administrador de la NASA, Bill Nelson, al anunciar la extension del proyecto: ¡°La Estaci¨®n Espacial Internacional es un faro de colaboraci¨®n cient¨ªfica pac¨ªfica; y durante m¨¢s de 20 a?os, ha retornado una enorme cantidad de desarrollos cient¨ªficos, tecnol¨®gicos y educativos en beneficio de la humanidad¡±. Adem¨¢s, Rusia no ha llegado a comunicar formalmente a sus socios que deja el proyecto; m¨¢s bien, al contrario, ha apuntado que podr¨ªa seguir hasta 2028 si prospera el programa de vuelos compartidos, para que cosmonautas rusos puedan volar a la ISS en naves estadounidenses (y los astronautas de EE UU, en cohetes rusos).
El final de la ISS ser¨¢ un reto in¨¦dito, igual que su construcci¨®n, que lo ha convertido en la cosa m¨¢s cara jam¨¢s creada por la humanidad. Debido a su tama?o, con una longitud de m¨¢s de 100 metros y un peso de 94 toneladas, est¨¢ totalmente descartado dejarla caer sin control, como se hace con los sat¨¦lites y con otras estaciones espaciales menores (por ejemplo, la Skylab de EE UU en 1978). Los planes actuales de la NASA pasan por operaci¨®n similar a la de la reentrada de la estaci¨®n rusa Mir en 2001. Igual que en esa ocasi¨®n, la ISS acabar¨¢ sumergida en el oc¨¦ano Pac¨ªfico, pero con la dificultad a?adida de que es cuatro veces mayor. Para descender con seguridad la Estaci¨®n Espacial Internacional habr¨¢ que construir una nave espec¨ªfica, cuyo coste total est¨¢ estimado en 1.000 millones de d¨®lares a lo largo de esta d¨¦cada. De momento, la NASA solo ha comenzado a tantear a la industria aeroespacial de EE UU en busca de propuestas para abordar este colosal proyecto.
A¨²n menos claro est¨¢ el plan para la transici¨®n hacia las estaciones espaciales privadas, en la que est¨¢n trabajando EE UU y Europa. De hecho, un comit¨¦ de seguridad de la NASA acaba de expresar su preocupaci¨®n sobre los tiempos y la sostenibilidad financiera de los proyectos privados, que est¨¢n destinados a producir y operar las varias estaciones que ser¨¢n necesarias para sustituir a la ISS. ¡°Esta transici¨®n requiere un marco de trabajo de alto nivel y un cronograma muy apretado. Preocupa la ausencia de un plan de negocio claro y robusto para las estaciones comerciales, lo que compromete la viabilidad y la seguridad de todo el plan de la NASA para la ¨®rbita terrestre baja¡±, afirm¨® David West, miembro del comit¨¦ de la NASA reunido el pasado 26 de octubre.
Las herederas: estaciones privadas
La agencia espacial estadounidense est¨¢ financiando el dise?o de varios proyectos de estaciones privadas, para poder seguir manteniendo de manera ininterrumpida a sus astronautas en ¨®rbita. Uno de ellos es Orbital Reef, una iniciativa conjunta de Blue Origin (la empresa espacial de Jeff Bezos, presidente de Amazon) y Sierra Space, que prometen tener su estaci¨®n operativa en 2027; sin embargo, ambas compa?¨ªas han mostrado desacuerdos p¨²blicos, est¨¢n dando prioridad a otros proyectos espaciales y ni siquiera tienen un equipo contratado para este. Orbital Reef (arrecife orbital, en ingl¨¦s) ser¨ªa un centro de negocios espacial. Rivaliza con ese proyecto la Starlab, un centro de investigaci¨®n orbital que est¨¢ planeado para empezar a operar en 2028, y al que se acaba de sumar la Agencia Espacial Europea (ESA).
Ambos proyectos pretenden explotar la oportunidad de negocio que supone tener f¨¢bricas y laboratorios de investigaci¨®n en gravedad cero. Tambi¨¦n es el caso de Axiom, otra compa?¨ªa que tiene una colaboraci¨®n a¨²n m¨¢s estrecha con la NASA. Ha creado el traje espacial para los astronautas de las pr¨®ximas misiones Artemis a la Luna; y adem¨¢s, en 2022, Axiom ya llev¨® a la Estaci¨®n Espacial Internacional la primera misi¨®n de astronautas privados, que permanecieron all¨ª dos semanas de turismo espacial. Axiom tiene previsto a?adir cuatro m¨®dulos a la ISS, a partir de 2026. M¨¢s adelante, esos m¨®dulos se desacoplar¨¢n de la estaci¨®n antes de que sea enviada a hundirse en el oc¨¦ano Pac¨ªfico y comenzar¨¢n a operar como una estaci¨®n espacial independiente.
Seg¨²n este proyecto, la Estaci¨®n Espacial Internacional tendr¨ªa una hija justo antes de morir. Pero a la ISS a¨²n puede quedarle una vida extra. En un simposio celebrado al pasado 2 de noviembre, Ken Bowersox, administrador asociado de la NASA para operaciones espaciales, dej¨® caer que ¡°no es obligatorio retira la estaci¨®n espacial en 2030. Nuestra intenci¨®n es cambiar a las nuevas estaciones comerciales cuando est¨¦n disponibles¡±. Es un indicio m¨¢s de que la NASA no ve suficientemente avanzados los proyectos para relevar la ISS.
De hecho, la NASA tambi¨¦n contempla la posibilidad de que su veh¨ªculo para desorbitarla no est¨¦ listo hasta 2035. Mientras acaban de concretarse los planes de la agencia espacial estadounidense para desorbitar la ISS, surgen otras propuestas. Al final de la intervenci¨®n de Bowersox, un experto en pol¨ªtica espacial le sugiri¨® la idea contraria: elevar a una ¨®rbita estable la Estaci¨®n Espacial Internacional cuando acabe su vida ¨²til, para que quede como un monumento a la cooperaci¨®n espacial, visible desde la Tierra como una d¨¦bil estrella artificial.
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