Las ratas olfateadoras que ayudan a detectar el tr¨¢fico ilegal de fauna silvestre
Una organizaci¨®n internacional demuestra la utilidad de los roedores gigantes en la localizaci¨®n de pangolines y marfil de elefante para combatir el contrabando en ?frica
Betty tiene un olfato desarrollado. Su cuerpo peludo se escabulle entre la tierra, tal como ha aprendido durante meses de entrenamiento en Tanzania. Se mueve de un lado a otro, escudri?a cada rinc¨®n y escanea con sus peque?os ojos negros los escombros a su paso. Su trabajo no es f¨¢cil, pero gracias a su nariz ha aprendido a detectar el olor de las escamas de pangol¨ªn, el marfil o el palo negro africano, un valioso arbusto que puede alcanzar los 18 metros de altura. Ella, despu¨¦s de todo, es una rata gigante (Cricetomys ansorgei) que vive en un pa¨ªs al sureste de ?frica en el que la tala ilegal ronda el 96% y la poblaci¨®n de elefantes se ha reducido en un 90% en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Un nuevo estudio, publicado este mi¨¦rcoles en la revista Frontiers in Conservation Science, revela c¨®mo Betty y ocho de sus compa?eras podr¨ªan ayudar a luchar contra el tr¨¢fico il¨ªcito de flora y fauna silvestre.
Los investigadores, dirigidos por Isabelle Szott de la Fundaci¨®n Okeanos, instruyeron en un principio a un grupo de 11 ratas en la ciudad de Morogoro, espec¨ªficamente en la sede de APOPO, una organizaci¨®n sin fines de lucro belga con 25 a?os de trayectoria que ofrece soluciones humanitarias de bajo costo. Aunque en el pasado estos animales han sido entrenados para detectar minas antipersonales y la tuberculosis en Camboya, Angola y Zimbabue, ahora los expertos les han ense?ado a olfatear especies amenazadas y en peligro de extinci¨®n. ¡°Las ratas pueden oler cosas que los humanos no. Son curiosas y les gusta aprender, lo que hace que sea m¨¢s f¨¢cil para nosotros entrenarlas¡±, explica Szott.
Las ratas africanas suelen medir unos 90 cent¨ªmetros de largo y pesan en promedio cuatro kilos. Estos roedores end¨¦micos tienen la resistencia necesaria para desplazarse en grandes ¨¢reas y tambi¨¦n son lo suficientemente ¨¢giles para moverse en un lugar tan estrecho como un contenedor de carga. El tr¨¢fico ilegal ¨Dque genera entre 7.000 y 23.000 millones de d¨®lares al a?o¨D ocurre en puertos mar¨ªtimos internacionales muy transitados. Pese a los esfuerzos de las autoridades por contener este problema, los procedimientos actuales son caros y lentos.
Es as¨ª como en las sesiones de entrenamiento que empezaron en 2020, Betty aprendi¨® a taparse la nariz para aprender a distinguir los olores. Cuando lo hac¨ªa correctamente, recib¨ªa un snack. Las ratas que llegaron hasta el final del experimento fueron expuestas a otros olores como cables el¨¦ctricos, granos de caf¨¦ y detergente, que se utilizan con frecuencia para enmascarar los rastros de la fauna silvestre en la vida real. ¡°Si no quieren trabajar, lo intentamos una hora despu¨¦s, tampoco las castigamos si hacen algo mal. Su seguridad es nuestra m¨¢xima prioridad¡±, cuenta Szott.
Las ratas, en cambio, fueron capaces de recordar los olores meses despu¨¦s del entrenamiento y obtuvieron puntuaciones de retenci¨®n casi perfectas. Los cient¨ªficos sugieren que su rendimiento cognitivo se asemeja al de los perros, pero a diferencia de los canes ¨Dcuya capacitaci¨®n cuesta entre 20.000 y 30.000 d¨®lares¨D, ellas son f¨¢ciles de trasladar, y con los cuidados necesarios tienen una vida ¨²til de nueve a?os, asegura la cient¨ªfica.
Al final del entrenamiento, ocho ratas pudieron identificar cuatro especies silvestres v¨ªctimas usuales del contrabando entre ¡°146 sustancias no objetivo¡±, afirma el estudio. En general, el an¨¢lisis demuestra la utilidad potencial de emplear a estos animales en la detecci¨®n del tr¨¢fico de vida silvestre, pero seg¨²n los autores se necesitan m¨¢s investigaciones para establecer la viabilidad de su implementaci¨®n.
Chalecos y c¨¢maras
Mientras tanto, el siguiente paso de los cient¨ªficos ser¨¢ crear mecanismos de comunicaci¨®n para los roedores. ¡°Ya hemos hecho pruebas en el puerto mar¨ªtimo de Dar es Salaam (Tanzania), pero los resultados de ese trabajo a¨²n no se han publicado¡±, adelanta Isabelle Szott. Es por ello que Betty junto a sus pares ser¨¢n equipadas con chalecos hechos a medida. ¡°Necesitamos que las ratas nos avisen cuando encuentran algo, porque si pensamos en un puerto no las podremos ver entre todos los paquetes¡±, explica.
Los cient¨ªficos agregar¨¢n a los chalecos una peque?a pelota de goma con un microinterruptor que emitir¨¢ un pitido, para que las ratas puedan comunicarse. Tambi¨¦n est¨¢n trabajando en el desarrollo de una mochila con c¨¢mara, para ver hacia donde se mueve el roedor al inspeccionar un contenedor.
Las ocho especies de pangolines que existen en el mundo (cuatro de ellas en el continente africano), todos los tipos de elefantes (Tanzania ha perdido la mitad de ellos) y rinocerontes est¨¢n incluidos como amenazados en la Lista Roja de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza. Los pangolines se trafican internacionalmente para obtener de ellos carne y escamas, porque son considerados como productos de lujo. La Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que entr¨® en vigor en 1975, ha servido para proteger a muchas especies que estaban al borde de la extinci¨®n, pero con el transcurso de los a?os, el comercio global se ha ido desarrollando.
Laura Moreno, responsable del Programa de Especies Amenazadas de WWF Espa?a, explica que el tr¨¢fico silvestre en general no es considerado por las autoridades como un delito grave. ¡°Esto hace que sea un negocio seguro porque es muy lucrativo. Est¨¢ al mismo nivel del tr¨¢fico de armas, drogas e incluso de personas¡±, comenta la experta, que no particip¨® de la investigaci¨®n. Un m¨¦todo de inspecci¨®n com¨²n tanto en aeropuertos como en puertos es el esc¨¢ner de rayos X. Se trata de una tecnolog¨ªa ¨²til, pero incapaz de distinguir distintos tipos de material org¨¢nico.
¡°Las capacidades humanas en cuanto a recursos humanos y econ¨®micos son limitadas para vigilar este tipo de delitos, por lo que est¨¢ claro que necesitamos algo m¨¢s¡±, comenta Moreno. El comercio ilegal es la segunda mayor amenaza para la biodiversidad, seg¨²n la ONG, despu¨¦s de la destrucci¨®n y p¨¦rdida de h¨¢bitat.
Espa?a, de acuerdo a un informe de WWF, tiene un rol como importador y exportador de flora y fauna silvestre por su localizaci¨®n geogr¨¢fica, principalmente desde Algeciras, Valencia y Canarias. El pa¨ªs es un ¡°territorio de tr¨¢nsito¡± y hay muchas redes de comercio desde Am¨¦rica Latina, ?frica e incluso el continente asi¨¢tico hacia otras zonas. Para Moreno, hace falta much¨ªsima formaci¨®n y sensibilizaci¨®n para reducir la demanda en los pa¨ªses. ¡°Tenemos una campa?a que se llama Stop Tr¨¢fico de Especies que intentamos utilizar para sensibilizar a la ciudadan¨ªa de este problema, porque a veces este problema ocurre por desconocimiento tambi¨¦n¡±, dice.
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