Mariposas que se emborrachan y p¨¢jaros muertos tras volar ebrios: los animales tambi¨¦n consumen alcohol
Desde los primates no humanos hasta los escarabajos, decenas de especies ingieren etanol intencionadamente contando con enzimas para metabolizarlo
La Bicyclus anynana, una mariposa originaria del este de ?frica, obtiene parte de su alimento de n¨¦ctar fermentado de una palma que est¨¢ entre las plantas que m¨¢s alcohol generan. En el otro lado del mundo, en Am¨¦rica del Norte, se han observado vuelos err¨¢ticos y colisiones del ampelis americano. Las necropsias a varios de estos p¨¢jaros detectaron que sus h¨ªgados estaban atrofiados, probablemente por el consumo de frutos del bosque madurados de m¨¢s. Mientras, en el laboratorio se ha comprobado c¨®mo machos y hembras de distintas especies de moscas de la familia Drosohpila se vuelven m¨¢s solitarios o promiscuas tras exponerlos al etanol. Una revisi¨®n de lo que sabe la ciencia sobre la ingesta de alcoholes en el reino animal muestra que est¨¢ m¨¢s extendida de lo que se cre¨ªa. Hay decenas de especies de mam¨ªferos, aves e insectos que prefieren una fruta o n¨¦ctar con alg¨²n que otro grado. Los motivos por los que los animales ingieren una sustancia potencialmente t¨®xica y hasta peligrosa son variados: desde ser una fuente de calor¨ªas hasta, como sucede con las personas, como desinhibidor de la conducta.
Hasta inicios de este siglo, se cre¨ªa, tambi¨¦n entre la comunidad cient¨ªfica, que la ingesta de una sustancia que objetivamente da?a al organismo, como es el alcohol, era una ocurrencia humana. Una ocurrencia universalmente repartida: en yacimientos de las culturas m¨¢s dispares se han encontrado pistas del consumo de cerveza, vino o alguna que otra bebida en la que el az¨²car de alguna fruta se hab¨ªa fermentado para convertirlo en etanol. Pero entonces apareci¨® la hip¨®tesis del mono borracho, que plantea que otras especies de primates tambi¨¦n toman alcohol. Hace una d¨¦cada se relacion¨® este comportamiento con la bajada de los antecesores de orangutanes, chimpanc¨¦s y humanos de los ¨¢rboles, hace unos 10 millones de a?os. De hecho, el ¨²nico gran primate al que no se le ha observado atiborr¨¢ndose de frutos fermentados es al orangut¨¢n, precisamente el que sigue siendo arbor¨ªcola. La l¨®gica de esta idea es que es en el suelo donde se acumulan las frutas m¨¢s maduras, las que son colonizadas por levaduras como la Saccharomyces cerevisiae, las verdaderas art¨ªfices de la conversi¨®n del az¨²car en alcohol.
Pero esta hip¨®tesis deja muchos animales fuera. En un trabajo publicado por la revista cient¨ªfica Trends in Ecology & Evolution, sus autores recopilan casos y m¨¢s casos de especies a las que las ha observado comiendo frutas fermentadas. Aunque los investigadores reconocen que en muchas estas observaciones falta alg¨²n requisito para darles validez cient¨ªfica (como la medici¨®n de la presencia de etanol o su graduaci¨®n en el fruto o la de metabolitos que indiquen que el animal estuvo bajo sus efectos), s¨ª creen que hay suficientes evidencias para sostener que el consumo de esta sustancia est¨¢ muy extendido. As¨ª, entre los mam¨ªferos hay al menos 85 especies que cuentan con adaptaciones gen¨¦ticas para metabolizar el alcohol. Una de estas adaptaciones son variaciones en los genes responsables de una de las enzimas (aldeh¨ªdo deshidrogenasa, ALDH) que intervienen en el metabolismo de determinados alcoholes. Estas mejoras se encuentran tanto en el genoma de primates como de otros animales frug¨ªvoros, como el gran zorro volador, una de las mayores especies de murci¨¦lagos. Mientras, en el pelo de algunas musara?as y la ardilla tricolor se ha detectado la presencia de metabolitos del etanol.
Kimberley Hockings, investigadora de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autora s¨¦nior de esta investigaci¨®n, dijo en una nota que ¡°nos estamos alejando de aquella visi¨®n antropoc¨¦ntrica en la que el etanol era simplemente un asunto de los humanos¡±. Para esta ec¨®loga de la conducta, en realidad, ¡°es mucho m¨¢s abundante en el mundo natural de lo que cre¨ªamos y la mayor¨ªa de los animales que comen frutas azucaradas van a estar expuestos a alg¨²n nivel de etanol¡±.
Con m¨¢s de 325.000 especies de plantas con flores (angiospermas), son muchos los frutos que cuentan con la materia prima, los az¨²cares, para alguno de los alcoholes naturales. Aunque en el registro f¨®sil la planta con flores m¨¢s antigua es de solo hace 130 millones de a?os, los relojes moleculares las remontan a mucho antes. En alg¨²n momento de su evoluci¨®n, las angiospermas desarrollaron mecanismos de protecci¨®n: el geraniol, el metanol, el etanol o el isopropanol tienen propiedades fungicidas. Se calcula que las primeras levaduras aparecieron hace unos 200 millones de a?os. La divulgadora y bi¨®loga Laura Cam¨®n escrib¨ªa en un art¨ªculo que ¡°las levaduras han desarrollado una estrategia para acabar con su competencia: mediante la fermentaci¨®n, convierten el az¨²car en etanol, que es nocivo para las bacterias¡±.
En todos los ecosistemas, desde los bosques fr¨ªos de Finlandia, hasta las selvas de Uganda, pasando por el sudeste asi¨¢tico o los bosques de Norteam¨¦rica, hay frutas, n¨¦ctares o savia con contenido alcoh¨®lico. En su gran mayor¨ªa, su volumen no supera el 1%, como una cerveza ¡®SIN¡¯. Pero este trabajo recoge decenas de especies vegetales que superan esa concentraci¨®n. El caso de la macora (Astrocaryum standleyanum), una palma propia de Costa Rica, Panam¨¢ y amplias zonas de Ecuador y Colombia, cuyo fruto maduro puede contener vol¨²menes de hasta 10,3%, propios de un vino blanco, son excepcionales. De las 61 especies que recogen en este trabajo, solo en una decena se supera aquel 1%. Pero las investigadoras recuerdan que el impacto en el organismo puede ser diferente y habr¨ªa que tener en cuenta el efecto del consumo prolongado.
Aunque no todos los animales cuentan con la enzima ALDH, muchos de ellos s¨ª tienen otra espec¨ªfica para el metabolismo del etanol, la alcohol deshidrogenasa (ADH). Otra cosa es lo generalizado que est¨¦ el consumo de etanol. Adem¨¢s de los primates, humanos o no, el caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el de la mosca de la fruta, tambi¨¦n conocida como mosca del vinagre. Las hembras depositan sus huevos en frutos fermentados con vol¨²menes de hasta un 15%, propio de un vino tinto. Usada como modelo en los laboratorios, de la Drosophila melanogaster se sabe casi todo. Por ejemplo, que usa la ADH para convertir el alcohol en dep¨®sitos de l¨ªpidos. Pero hay pocos estudios sistem¨¢ticos. En uno de ellos se ha comprobado c¨®mo, las abejas de la miel obreras que recolectan n¨¦ctar s¨ª cuentan con esta enzima, pero no as¨ª las obreras encargadas de cuidar de las larvas y que no salen de la colmena. Ambas enzimas est¨¢n presentes en la lengua, es¨®fago y est¨®mago de los primates y otros mam¨ªferos, como varias especies de murci¨¦lagos frug¨ªvoros.
En una serie de experimentos, se ha comprobado como, d¨¢ndoles la opci¨®n de elegir, varias especies de murci¨¦lagos, loris perezosos (un primate) o el h¨¢mster enano de Campbell, prefieren los furtos con mayor presencia de etanol. En el pelo de las musara?as arbor¨ªcolas se han detecado metabolitos que confirman que asimilan cantidades relativamente grandes de alcohol. Incluso se han observado elefantes ebrios. ?Qu¨¦ lleva a los animales a consumir una sustancia que no solo puede ser da?ina, sino suponer un peligro o disminuir la capacidad de sus consumidores ante los depredadores? Los autores del estudio reconocen no tenerlas todas consigo, pero rechazan que se deba a la ingesta accidental (que la puede haber), pero la presencia generalizada de levaduras y etanol, por un lado y de adaptaciones gen¨¦ticas para su metabolizaci¨®n, por el otro, apuntan al consumo m¨¢s o menos consciente.
De hecho, los investigadores afirman que el consumo de etanol podr¨ªa tener varios beneficios para los animales salvajes. En primer lugar, es una fuente de calor¨ªas en s¨ª misma. Adem¨¢s, los vol¨¢tiles producidos durante la fermentaci¨®n podr¨ªan guiar a insectos, aves o mam¨ªferos hasta fuentes de alimento. El etanol tambi¨¦n podr¨ªa tener beneficios medicinales, como demuestra el caso de las moscas de la fruta, que ponen sus huevos en sustancias que contienen alcohol, lo que los protege de los par¨¢sitos. La primera autora de la investigaci¨®n, Anna Bowland, tambi¨¦n de la universidad brit¨¢nica, recuerda que ¡°desde el punto de vista cognitivo, se ha planteado la idea de que el etanol puede activar el sistema de endorfinas y dopamin¨¦rgico, lo que generar¨ªa sentimientos de relajaci¨®n que podr¨ªan tener beneficios en t¨¦rminos de sociabilidad¡±. Por ejemplo, se ha comprobado que entre las Drosophila simulans, moscas muy similares a las de la fruta, el apareamiento es m¨¢s frecuente tras su exposici¨®n al alcohol. Mientras, los machos de sus parientes m¨¢s cercanos, de la D. melanogaster, tienden a buscar esta sustancia tras un intento fallido de aparearse. Pero para confirmar la conexi¨®n entre la sustancia y cambios en la conducta tendr¨ªan, termina Bowland, que saber si el etanol ¡°produce una respuesta fisiol¨®gica en la naturaleza¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.