Las ¡®apps¡¯ nutricionales o c¨®mo comer bien no deber¨ªa depender de uno mismo
Aplicaciones como MyRealFood o Yuka han llegado con fuerza, pero no pueden convertirse en la herramienta principal de la salud p¨²blica para promover una alimentaci¨®n saludable
Yago lleva m¨¢s de media hora perdido entre los pasillos del supermercado. Hace una semana ya habr¨ªa terminado de hacer la compra, pero ahora escanea el c¨®digo de barras de cada producto antes de decidir si meterlo en la cesta. Algo distinto es que pueda entender, o interpretar, lo que lee en la pantalla de su m¨®vil: ?qu¨¦ implican las cantidades se?aladas por la app de grasas saturadas, az¨²cares, sal, u aditivos varios?
El procedimiento es sencillo: basta con escanear el producto con el tel¨¦fono m¨®vil para que una app como MyRealFood o Yuka nos diga si es saludable. Sin embargo, no todas utilizan los mismos criterios por lo que un mismo producto puede ser valorado de forma distinta seg¨²n la que utilicemos. Algunas se basan en el sistema NutriScore, otras valoran el grado de procesamiento mediante Nova, y otras combinan ambos algoritmos. Otra opci¨®n es que valoren lo sano que es un producto por sus aditivos, o en funci¨®n de si es bio. En este sentido, cabe recordar que los aditivos son seguros ¨C que no quiere decir necesarios ¨C en las dosis permitidas. Tampoco un producto por ser bio, que s¨ª puede ser m¨¢s sostenible, es m¨¢s saludable. Es decir que, en su af¨¢n por simplificar la labor de hacer la compra, estas aplicaciones pueden generar a¨²n m¨¢s confusi¨®n entre la ciudadan¨ªa. Y eso que para elegir los productos m¨¢s saludables puede que lo m¨¢s f¨¢cil sea identificar aquellos sin c¨®digo de barras.
No obstante, como Yago, muchas personas usan estas aplicaciones. Y desde el ¨¢mbito de la salud p¨²blica muchas acciones tambi¨¦n se han centrado en mejorar el etiquetado nutricional. Sin embargo, lo importante no es si una app u otra es m¨¢s fiable, sino dejar de trasladar ¨C una vez m¨¢s ¨C la responsabilidad al individuo. Es muy importante no culpabilizar a la gente porque, m¨¢s all¨¢ de la elecci¨®n individual, son muchos otros los factores que condicionan nuestra dieta. Hay unos determinantes comerciales de la salud que son muy importantes.
Los determinantes comerciales de la salud
Las apps nutricionales pueden servir como una buena herramienta a la hora de elegir en el momento de hacer la compra; sin embargo, no pueden convertirse en la herramienta principal de la salud p¨²blica para promover una alimentaci¨®n saludable. Cualquier intervenci¨®n que obvie la interrelaci¨®n entre la estructura social, el contexto, y la salud, ser¨¢ poco efectiva a nivel poblacional. De hecho, el desaf¨ªo que supone la alimentaci¨®n no deja de aumentar: una de cada cinco muertes se debe a una dieta no saludable. A escala global, comer mal ya mata m¨¢s que el tabaco.
Por ello, desde la comunidad cient¨ªfica se insta a considerar un enfoque diferente hacia los determinantes comerciales de la salud. Es decir, tener siempre presente que la industria utiliza estrategias y enfoques para promover productos y elecciones que son perjudiciales para la salud. Las mismas estrategias que ya emple¨® la industria del tabaco, y que funcionan. Y de ah¨ª, en gran medida, la carga de enfermedad que supone la obesidad, la hipertensi¨®n, o la diabetes.
La industria alimentaria ejerce su influencia corporativa por medio de cuatro canales distintos: 1) marketing, para mejorar la conveniencia y la aceptabilidad de productos no saludables; 2) acciones de grupos de presi¨®n, para evitar acciones pol¨ªticas en contra de sus intereses; 3) estrategias de responsabilidad social corporativa, para desviar la atenci¨®n y blanquear reputaciones; y 4) amplias cadenas de suministro, para facilitar el acceso de estos productos no saludables donde sea. Es decir, que las empresas utilizan sus t¨¦cnicas de publicidad, sus medios econ¨®micos, su responsabilidad social corporativa, y sus influencias en las instituciones y gobiernos para modificar las preferencias de consumo de la poblaci¨®n. Y ante esto, no podemos defendernos con apps nutricionales ni seguir planteando la nutrici¨®n como una cuesti¨®n exclusivamente individual.
Acciones de salud p¨²blica
En consecuencia, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud plante¨®, ya en 2013, una bater¨ªa de diferentes acciones y pol¨ªticas de salud p¨²blica a los diferentes territorios. Por ejemplo, aplicar un impuesto a las bebidas azucaradas de un 20%, e invertir lo recaudado en programas para reducir su consumo. Si la comida basura fuese m¨¢s cara, la gente la consumir¨ªa menos. En Espa?a, el grupo de nutrici¨®n de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa se?al¨® algunas de estas propuestas como prioritarias y urgentes para Espa?a. Se trata de ponerlo lo m¨¢s dif¨ªcil posible, y, sin embargo, casi todo lo que puede comprarse en los supermercados son alimentos ultraprocesados. Adem¨¢s, las pol¨ªticas en nuestro pa¨ªs siguen basadas en la autorregulaci¨®n de la industria y en las colaboraciones p¨²blico-privadas, lo que mantiene los intereses econ¨®micos por encima de la salud de la poblaci¨®n.
Sin medidas radicales continuaremos con el statu quo que est¨¢ impulsando esta pandemia de enfermedades no transmisibles (como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, o el c¨¢ncer).
Julia D¨ªez (@JuliaDiez91) es doctora en Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica e investiga sobre desigualdades, alimentaci¨®n y salud.
NUTRIR CON CIENCIA es una secci¨®n sobre alimentaci¨®n basada en evidencias cient¨ªficas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho m¨¢s que un placer y una necesidad: la dieta y los h¨¢bitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud p¨²blica que m¨¢s puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de c¨¢ncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudar¨¢ a conocer mejor la importancia de la alimentaci¨®n y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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