El universo se muere
Hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, el telescopio espacial ¡®Hubble¡¯ nos comenz¨® a mostrar el destino de las estrellas, las galaxias y, por extensi¨®n, del universo. No es nada halag¨¹e?o, nuestro universo se diluye sin remedio
El universo se muere. Una o varias cosas han estado conspirando para matarlo. Y nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, est¨¢ moribunda, no se libra. El proceso no es nuevo, empez¨® hace bastante tiempo, pero parece irremediable. Es el fin del universo tal y como lo conocemos, parafraseando la canci¨®n de REM. Nos encaminamos, muy muy lentamente para las escalas de tiempo que maneja la humanidad, pero sin vuelta atr¨¢s, al ocaso de nuestro universo que dar¨¢ paso a otro completamente diferente, que podr¨ªamos calificar de bastante hostil y oscuro para lo que nos gusta. Lo explicamos.
Algunos datos. El Universo tiene unos 14.000 millones de a?os de edad. Hoy se sabe que ya exist¨ªan galaxias cuando el universo solo ten¨ªa unos 400 millones de a?os o un 3% de su edad actual. Desde entonces, las galaxias y las estrellas que las forman han dominado el cosmos durante casi toda su existencia. M¨¢s datos: la V¨ªa L¨¢ctea, una galaxia normalita que contiene unos 100.000 millones de estrellas, hoy por hoy forma aproximadamente una estrella como el Sol cada a?o. ?Eso es mucho o poco?
En astrof¨ªsica, en f¨ªsica en general, y casi dir¨ªa que en la vida, lo mejor es afrontar un problema haciendo primero lo que los anglosajones llaman una cuenta en el reverso de un sobre y nosotros solemos llamar la cuenta de la vieja, es decir, operaciones sencillas pero que encierran tambi¨¦n mucho conocimiento y sabidur¨ªa. Luego ya puedes hacer cosas m¨¢s complicadas, pero una primera estimaci¨®n de lo que involucra un problema siempre ayuda a resolverlo. Por ejemplo, sin necesidad de saber f¨ªsica, si quisi¨¦ramos saber cu¨¢nto tardar¨ªamos en coche, a una velocidad media de 100 kil¨®metros por hora, en llegar de Madrid a Valencia, que distan unos 360 kil¨®metros, dividimos una cantidad entre otra y nos da 3,6 horas. Esa es la distancia que me separa ahora mismo de un arroz como mandan los c¨¢nones. Si lo aplicamos a la V¨ªa L¨¢ctea y hacemos la cuenta de la vieja: al ritmo actual de una estrella tipo Sol por a?o, tardar¨ªamos 100.000 millones de a?os en formar todas las estrellas de nuestra galaxia. ?Pero el universo es mucho m¨¢s joven que eso! Una cuenta sencilla nos est¨¢ diciendo algo muy importante sobre el universo.
En dos segundos y con una simple divisi¨®n (y unos datos que me he sacado de la manga, esa es la sabidur¨ªa y la experiencia del viejo), concluimos que la historia de nuestra casa debi¨® ser mucho m¨¢s interesante en el pasado. De hecho, la mayor parte de las galaxias que nos rodean dejaron atr¨¢s su ¨¦poca de esplendor hace bastante tiempo. Es m¨¢s, para las galaxias m¨¢s grandes que conocemos, como la gigantesca Messier 87, casi 100 veces m¨¢s grande que la V¨ªa L¨¢ctea, m¨¢s del 90% de sus estrellas se formaron en el primer 20% de la vida del universo, y desde entonces esta galaxia est¨¢ bastante parada, muerta decimos los astrof¨ªsicos. Por analog¨ªa con una persona que vive 80 a?os, todo lo que hizo esta galaxia lo concentr¨® antes de cumplir los 17; vivi¨® a tope y luego se dej¨® llevar, al menos en lo que a la formaci¨®n de estrellas se refiere.
Y si ahora consideramos no ya una o dos galaxias sino todas las que existen (he aqu¨ª el trabajo del d¨ªa al d¨ªa del astrof¨ªsico extragal¨¢ctico: considerar todas las galaxias que existen a pesar de no haberlas visto todas o incluso si el universo fuera infinito), podemos decir que el universo estaba mucho m¨¢s vivo hace 9.000 millones de a?os que hoy, era mucho m¨¢s interesante cuando ten¨ªa menos de la mitad de la edad que tiene ahora. En esa ¨¦poca se formaban estrellas en el universo 20 veces m¨¢s r¨¢pido que hoy, abundaban los agujeros negros supermasivos que crec¨ªan y crec¨ªan trag¨¢ndose gas, estrellas, planetas y lo que pillaran por delante. Quiz¨¢s esos monstruos son los responsables de matar las galaxias, o de envenenarlas para que mueran poco a poco. El hecho es que desde esa ¨¦poca la actividad c¨®smica de formaci¨®n de estrellas y galaxias no ha dejado de decaer. En otras palabras, hace tiempo que las galaxias ya no son lo que eran, su actividad est¨¢ bajando irremediablemente y ya no forman estrellas en abundancia, como en el pasado, as¨ª que se precipitan hacia su extinci¨®n.
Esta crisis gal¨¢ctica es algo que aprendimos hace tan solo 25 a?os, nos lo ense?¨® el Hubble y desde entonces hemos estado estudiando los detalles del galacticidio con detenimiento. Ahora, con el lanzamiento del nuevo telescopio espacial, el James Webb, que ya ha sido recargado de combustible para ser lanzado en unos d¨ªas, seguiremos indagando por qu¨¦ el universo se est¨¢ muriendo, buscando al o a los culpables.
Quiz¨¢s me he dejado llevar por mi antropocentrismo cuando habl¨¦ de que el universo se muere. Algo parecido hacemos con el cambio clim¨¢tico, que no acabar¨¢ con el planeta, sino que se cargar¨¢ nuestras vidas tal y como las conocemos (ojal¨¢ reaccionemos y no sea as¨ª). El universo no se va a terminar tampoco porque las galaxias y las estrellas desaparezcan. Simplemente, algo est¨¢ acabando con ellas. Quiz¨¢s los agujeros negros supermasivos, o quiz¨¢s la energ¨ªa oscura. El hecho es que, como en La historia interminable, la Nada est¨¢ arrasando todo y no hay Atreyu ni Basti¨¢n que la pare. La luz se extingue. La edad de las estrellas acabar¨¢ y de ella se pasar¨¢ a un nuevo universo, diferente, m¨¢s oscuro, fr¨ªo, dominado por energ¨ªas que nos parecen extra?as y que ni siquiera conocemos, m¨¢s hostil para la humanidad, que se habr¨¢ extinguido o evolucionado enormemente para cuando llegue el momento.
Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez es investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (CAB/CSIC-INTA)
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de un ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa; Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez, profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); y Eva Villaver, investigadora del Centro de Astrobiolog¨ªa.
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