No hay palabras para describir el universo (ni siquiera el de aqu¨ª al lado)
Empezamos a hablar de algunas palabras que se quedan cortas para describir lo que ocurre en el universo; hoy nos centramos en la lluvia, la nieve y los lagos extraterrestres
Atribuyen a Richard Feynman, un famoso y laureado profesor de f¨ªsica de CalTech, la frase que dice que si no eres capaz de explicar algo en t¨¦rminos sencillos es que no lo entiendes. Una de las grandezas de dar clases es esa, explicar conceptos cient¨ªficos y romperlos en entidades b¨¢sicas que sean f¨¢cilmente transmisibles y entendibles por personas que no han profundizado a¨²n en ese tema. Y eso requiere haber estudiado mucho antes para comprenderlos.
Ahora bien, a veces ense?ar conceptos en astrof¨ªsica (en otras ciencias tambi¨¦n, pero esto es lo m¨ªo) se vuelve bastante dif¨ªcil porque ni siquiera existen palabras que describan la realidad o porque las que existen se usan con un sentido que dista bastante de la entidad f¨ªsica a la que queremos referirnos. Hoy ponemos un ejemplo sencillo de un fen¨®meno c¨®smico, aunque parezca mentira usar ese adjetivo, para el que las palabras de nuestro l¨¦xico se quedan cortas.
El asunto de hoy nos preocupa en Espa?a en los ¨²ltimos meses y puede ir a peor, no soy optimista, en los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas: el cambio clim¨¢tico que nos amenaza en pa¨ªses como el nuestro, entre otros muchos. Y dentro de este tema, en el art¨ªculo quiero hablar de la lluvia, que la RAE define como la ¡°acci¨®n de llover, caer agua de las nubes¡±. De manera an¨¢loga se puede hablar de nieve, que se define como ¡°agua helada¡±. Si decimos que hemos descubierto que llueve no solo en la Tierra, sino tambi¨¦n en Venus, en Saturno, en su luna Tit¨¢n o en el exoplaneta WASP-76b, o que nieva en Marte, nos puede venir a la mente algo que dista bastante de la realidad. Las palabras que usamos normalmente est¨¢n muy limitadas por nuestra experiencia terrestre (y contempor¨¢nea).
Y es que en Venus s¨ª llueve, pero, al menos a ciertas alturas, las gotas no son de agua, son de ¨¢cido sulf¨²rico, porque la atm¨®sfera es muy diferente a la terrestre. El planeta est¨¢ muy caliente y su atm¨®sfera sometida a grandes presiones (casi 100 veces lo que tenemos en nuestro planeta). Su contenido en di¨®xido de azufre y las temperaturas m¨¢s bajas, unos 0 ?C, permiten que a unos 50 kil¨®metros del suelo ese compuesto se combine con el agua tambi¨¦n existente para formar una lluvia tremendamente corrosiva. Ahora bien, esa lluvia ni siquiera llega al suelo porque las temperaturas en superficie llegan a casi 500 grados, la temperatura t¨ªpica de una chimenea cerrada, con lo que la ¡°lluvia¡± se evapora antes de tocar el suelo.
Si en Venus, con una atm¨®sfera muy caliente y densa, se forman nubes de ¨¢cido sulf¨²rico y puede llover, en Saturno lo que llueve es el gas de la risa, helio. Este es un fen¨®meno no directamente observado, pero parece la explicaci¨®n m¨¢s plausible para interpretar un efecto curioso: el planeta saturnino emite m¨¢s energ¨ªa de la que recibe del Sol. Como la existencia de un m¨®vil perpetuo se considera imposible, la energ¨ªa que emite Saturno debe salir de alg¨²n sitio, y la explicaci¨®n es que el planeta gigante de los preciosos anillos todav¨ªa est¨¢, en cierto sentido, contray¨¦ndose, proceso en el que se libera energ¨ªa (gravitatoria, se dice). Ese proceso estar¨ªa gobernado por la formaci¨®n de gotas de helio a profundidades nada desde?ables, ?porque es que adem¨¢s Saturno no tiene una superficie rocosa como nos imaginamos en un planeta ¡°normal¡±! El planeta solo tendr¨ªa un n¨²cleo rocoso y/o helado de una masa unas 10-20 veces la de la Tierra y con el doble de tama?o, pero ¡°enterrado¡± bajo otras capas l¨ªquidas (de hidr¨®geno) y gaseosas 5 veces m¨¢s anchas. Las gotas de helio ¡°caer¨ªan¡± hacia el interior del planeta en una lluvia incrementando la masa a radios m¨¢s peque?os, lo que liberar¨ªa energ¨ªa gravitatoria.
Algo parecido a lo explicado para la lluvia ocurre con el hielo y la nieve. Muchas veces habremos le¨ªdo, al menos los que nos gusta esto de la astronom¨ªa, que los casquetes polares de Marte est¨¢n helados. Incluso habremos visto fotograf¨ªas con un manto blanco sobre esas zonas del planeta marciano. Parecen fotograf¨ªas de nuestro propio planeta y sus polos, pero el manto blanco que forma los casquetes de Marte no es agua, es di¨®xido de carbono. Un compuesto que en la Tierra es gaseoso salvo en los extintores contra incendios, en Marte, dado que la temperatura y la presi¨®n de la atm¨®sfera son mucho m¨¢s bajas, puede precipitar en forma de¡ ¡°nieve¡±, ¡°nieve carb¨®nica¡±, eso s¨ª lo hemos o¨ªdo por aqu¨ª gracias a los extintores. De hecho, en Marte existe un ciclo del di¨®xido de carbono hasta cierta medida similar al del agua en la Tierra: el di¨®xido de carbono se evapora, forma nubes (otra palabra ¡°err¨®nea¡± en Marte, no son de agua) muy muy tenues que no se aprecian, y podr¨ªa licuar, pero normalmente sublima para formar nieve carb¨®nica (en realidad las nubes son m¨¢s de cristales de di¨®xido de carbono m¨¢s que de gas licuado) y finalmente cae.
Si en Marte existe un ciclo del di¨®xido de carbono parecido al ciclo del agua en la Tierra, en Tit¨¢n, una luna de Saturno, que ahora est¨¢ a unos 1400 millones de kil¨®metros (esto es 1 hora 17 minutos luz de distancia), ?donde hemos estado, de hecho hemos aterrizado!, hay un ciclo de algo que ahora tambi¨¦n nos preocupa mucho porque no para de subir de precio, nos lo cortan, destruyen los conductos por donde circula y qu¨¦ les voy a contar m¨¢s. Si, estoy hablando de ?metano! En Tit¨¢n hay lagos, pero esa es otra palabra que se queda corta. Son lagos de metano y etano (m¨¢s abundante el segundo). El origen de esos compuestos es bastante diferente a los de la Tierra, donde son combustibles f¨®siles. Y tambi¨¦n debe haber tormentas y lluvia que alimenta esos lagos.
No tenemos tiempo ni espacio para m¨¢s, as¨ª que dejamos una lluvia de hierro para otro art¨ªculo. Y tambi¨¦n buscaremos otras palabras que se quedan cortas para decir todo lo que sentimos, que no hay nada m¨¢s bonito que el firmamento, parafraseando a Seguridad social (tema tambi¨¦n de moda en nuestros tiempos, no la apreciamos ni cuidamos lo suficiente, ni a ella ni a los m¨¦dicos que en parte la sostienen).
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de 1 ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa; Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez, profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); y Eva Villaver, investigadora del Centro de Astrobiolog¨ªa.
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