Cuando los elefantes se mueren de sed
Los expertos alertan de que la subida de temperaturas causada por el cambio clim¨¢tico ya est¨¢ trastocando los patrones de conducta de los animales en ?frica
Elefantes que mueren de sed en Zimbabue, inusuales enjambres de millones de langostas en Etiop¨ªa y Somalia que devastan los cultivos, ?¨²es y cebras que ven alteradas sus migraciones entre Kenia y Tanzania, tortugas marinas que solo tienen cr¨ªas de un mismo sexo, ballenas jorobadas que se desplazan en grandes grupos en aguas de Sud¨¢frica en busca del alimento que ya no encuentran en la Ant¨¢rtida o cocodrilos practicando el canibalismo en las escasas charcas disponibles en Ben¨ªn. Los expertos alertan de que la subida de temperaturas provocada por el cambio clim¨¢tico ya est¨¢ provocando modificaciones en los patrones de conducta de los animales en ?frica. Algunas especies desaparecer¨¢n, y sobrevivir¨¢n las que puedan adaptarse.
No hace falta acudir a los grandes parques naturales, los m¨¢s tur¨ªsticos y conocidos, para apreciar la fuerza de la naturaleza en Sud¨¢frica. Al caer la tarde en la reserva de Dinokeng, sobre una plataforma situada en el r¨ªo, miles de ruidos se adue?an del lugar. El particular sonido de los hipop¨®tamos, a los que tanto cuesta divisar a pesar de su volumen, se mezcla con los graznidos de los p¨¢jaros salvajes que han variado sus rutas migratorias. Algunos de ellos se est¨¢n viendo obligados a recorrer largas traves¨ªas sin posibilidad de descansar, beber agua y alimentarse por las extremas temperaturas. Los cambios en los patrones de alimentaci¨®n, al no encontrar suministro donde sol¨ªan hacerlo, ponen en riesgo su supervivencia.
All¨ª, rodeada de perros, un gato, gallinas, p¨¢jaros salvajes (c¨¢laos y turacos), ardillas, ant¨ªlopes de roca que campan a sus anchas y un poco m¨¢s all¨¢ dos elegantes guepardos rescatados de la caza furtiva que se est¨¢n recuperando, Fabiola Quesada, veterinaria especializada en fauna salvaje con m¨¢s de diez a?os de experiencia en Sud¨¢frica y fundadora de la ONG Wild Spirit, no duda al apuntar que en el origen est¨¢ el impacto de la huella humana, que incluye la deforestaci¨®n, la contaminaci¨®n, la caza indiscriminada y, por supuesto, el cambio clim¨¢tico.
¡°Nos estamos enfrentando a la sexta extinci¨®n masiva, la primera desde los dinosaurios, porque antes hubo otras. Seg¨²n la ONU, en los ¨²ltimos 50 a?os hemos perdido el 60% de la fauna salvaje, mientras que en ese mismo per¨ªodo se ha multiplicado la poblaci¨®n humana. Pero es la primera vez que una extinci¨®n masiva es causada por una especie: el Homo sapiens¡±, explica.
El continente africano, donde los efectos del calentamiento global se muestran con toda su crudeza en forma de lluvias torrenciales, inundaciones, sequ¨ªas y aumento de las temperaturas, es un escenario privilegiado para observar la intensidad con la que se est¨¢ viviendo esta gran transformaci¨®n. Las especies naturales menguan en una proporci¨®n similar a la que aumenta la presencia humana. ¡°El impacto en los animales de todo el planeta, en los tr¨®picos, la sabana o los polos, no es algo localizado, sino global, en los distintos ecosistemas¡±, a?ade Quesada.
Daniel Serralta, propietario de Ankawa Safari, lleva dos d¨¦cadas en el continente, tiempo suficiente para observar estos cambios en los animales m¨¢s buscados por los turistas. ¡°Hace 15 a?os, y siempre hab¨ªa sido as¨ª, empezabas a ver a los ?¨²es y cebras en la reserva nacional de Masai Mara en el mes de junio disfrutando de pasto fresco, ahora no aparecen hasta agosto o septiembre. En el corredor del Kalahari, entre Zimbabue y Botsuana, la sequ¨ªa ha sido brutal y muchos elefantes han muerto de sed, encontramos sus cad¨¢veres¡±, asegura Serralta, que ha creado la fundaci¨®n Tribu Kifaru para defender a los animales de la caza furtiva. ¡°Lo que he observado son cambios extremos: durante el invierno austral hay temperaturas muy altas por el d¨ªa, de hasta 30 grados, y luego mucho fr¨ªo por la noche. Antes no era tan radical¡±, concluye.
Un elemento a?adido es que se incrementa la competencia por los recursos entre la fauna salvaje y el ser humano. Quesada lo explica: ¡°En los parques naturales tambi¨¦n viven personas y cuando ese territorio se ve sometido a mucha presi¨®n por una sequ¨ªa los animales intentan moverse y en sus recorridos hist¨®ricos encuentran zonas habitadas por seres humanos. As¨ª surge el conflicto. En 2016 hubo una gran mortalidad en el parque Kruger de Sud¨¢frica. Pero, sobre lo que debemos reflexionar es que ante una sequ¨ªa los animales pueden sobrevivir, pero ahora los factores son m¨²ltiples y es la combinaci¨®n de todos ellos lo que est¨¢ llevando a las especies a la extinci¨®n¡±.
Entre tres y seis grados m¨¢s
Un informe de Greenpeace publicado el pasado mes de noviembre establece que la temperatura aumentar¨¢ en ?frica al menos una media de dos grados durante el presente siglo, pero que si las emisiones de CO? contin¨²an al ritmo actual este incremento ser¨¢ de entre tres y seis grados. ¡°La frecuencia, intensidad y duraci¨®n de los episodios de calor extremo aumentar¨¢n, siguiendo las tendencias ya observadas en ?frica austral, oriental y septentrional¡±, asegura el citado informe. Las evidencias de este cambio y su impacto sobre los animales est¨¢n por todas partes.
En 2020, el Cuerno de ?frica sufri¨® una de las peores invasiones de langostas de los ¨²ltimos 70 a?os. En su origen se encuentra una inusual temporada de ciclones en el oc¨¦ano ?ndico motivada por una subida an¨®mala de la temperatura del agua: las lluvias torrenciales que cayeron en zonas des¨¦rticas de la pen¨ªnsula ar¨¢biga favorecieron el crecimiento de hierbas y plantas que est¨¢n detr¨¢s de la explosi¨®n demogr¨¢fica de las langostas. Los enjambres, impulsados por el viento, penetraron en ?frica y arrasaron decenas de miles de hect¨¢reas de cultivos.
Mientras en la Ant¨¢rtida desciende dr¨¢sticamente la poblaci¨®n de ping¨¹inos rey o los arrecifes de coral mueren en el Pac¨ªfico, en ?frica ya se observan cambios en la reproducci¨®n de las especies, como las tortugas marinas, cuyos huevos se est¨¢n rompiendo con m¨¢s facilidad y salen ¨²nicamente hembras o machos en una puesta. ¡°Porque los anfibios son animales tremendamente sensibles a los cambios de temperatura por la metamorfosis, por la evoluci¨®n que tienen cuando son peque?os. Los anfibios (ranas) y los insectos (mosquitos y garrapatas) son las especies m¨¢s afectadas por el cambio clim¨¢tico¡±, apunta Quesada.
Es la ¨¦poca de lluvias en el Sahel, al sur del desierto del S¨¢hara. Bajo la roma vegetaci¨®n florece un in¨¦dito verdor fruto de las ¨²ltimas precipitaciones y miles de vacas ramonean aqu¨ª y all¨¢. ¡°Es el extra?o y feliz momento del a?o en que volvemos a casa¡±, asegura el pastor Omar Diallo cerca de Podor, en el norte de Senegal. ¡°Cuando yo era ni?o mi padre se iba dos o tres meses en busca de pastos. Ahora yo me paso casi todo el a?o yendo muy lejos con el ganado para encontrar hierba suficiente¡±, a?ade.
Nathalie Kpera, doctora en Ciencias Agron¨®micas y Ecolog¨ªa Aplicada beninesa, lleva m¨¢s de una d¨¦cada investigando la distribuci¨®n geogr¨¢fica de serpientes y cocodrilos en Ben¨ªn. Sin embargo, desde hace unos cinco a?os percibe que el orden natural se ha alterado por el calor. ¡°El aumento de unos pocos grados en la temperatura est¨¢ provocando ya la desaparici¨®n de muchas charcas durante buena parte del a?o debido a una mayor evaporaci¨®n y los cocodrilos las necesitan para vivir. Lo que estamos viendo es que estos animales se concentran en los pocos lugares donde queda agua y esto provoca dos fen¨®menos: aumenta el canibalismo entre ellos y para los furtivos es m¨¢s f¨¢cil cazarlos¡±, asegura.
La fragilidad de las especies
La Regi¨®n Floral del Cabo, situada en Sud¨¢frica, cuenta con 5.682 plantas y 53 vertebrados end¨¦micos y es una aut¨¦ntica joya para la biodiversidad mundial. Sin embargo, es muy fr¨¢gil. Todos los modelos planteados por los cient¨ªficos sobre la base de un aumento de dos grados cent¨ªgrados de la temperatura prev¨¦n la extinci¨®n de al menos un centenar de especies de plantas, algunos hablan de hasta 2.000, con un impacto brutal sobre la fauna, seg¨²n el informe de Greenpeace. En las monta?as Bale de Etiop¨ªa la p¨¦rdida de especies estimada se mueve en un rango de entre el 9% y el 57% si las emisiones de CO? contin¨²an al ritmo actual.
En 2011 se detect¨® por primera vez en Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica) a supergrupos de ballenas jorobadas (entre 20 y 200 animales juntos) nadando en su emigraci¨®n estacional. El descenso de nutrientes en las aguas de la Ant¨¢rtida est¨¢ detr¨¢s de este inusual comportamiento. ¡°Se baraja que los individuos aprovechen la migraci¨®n para alimentarse. Es un fen¨®meno que se ha seguido observando y no est¨¢ clara la raz¨®n, porque son animales solitarios¡±, explica Jan-Lukas Menzel Barraqueta, director general de European Ecological Consulting. Con el cambio de la temperatura del agua en las zonas de reproducci¨®n de las ballenas jorobadas, Menzel Barraqueta augura que ¡°la industria relacionada con el avistamiento de ballenas cambiar¨¢ porque ellas se desplazar¨¢n para buscar la temperatura que necesitan¡±.
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