El riesgo de quiebra h¨ªdrica de Ir¨¢n: no todo es culpa del cambio clim¨¢tico
Este verano se reportaron m¨¢s de ocho muertos en protestas por la falta de agua en este pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo, una de las regiones m¨¢s secas del planeta
Este verano, a la vez que en distintas partes del mundo se registraban r¨¦cords de temperatura, incendios y otros eventos extremos, en Ir¨¢n murieron al menos ocho manifestantes en distintas protestas que reclamaban agua. Las movilizaciones ocurrieron principalmente en Juzest¨¢n, en el sudoeste del pa¨ªs, desde mediados de julio hasta las primeras semanas de agosto. Bautizadas por algunos medios opositores al sistema isl¨¢mico como ¡°el levantamiento de los sedientos¡±, estas protestas se extendieron a diferentes ciudades y fueron contestadas con violencia por las fuerzas de seguridad, al mismo tiempo que se endurec¨ªan las restricciones de movimiento con la excusa de la pandemia. La poblaci¨®n que sali¨® a la calle reivindicaba su cuota de agua, que denunci¨® que hab¨ªa sido enviada de forma irregular al desierto central de Ir¨¢n para abastecer a industrias y agricultura.
En un pa¨ªs semi¨¢rido o ¨¢rido en un 90% de su superficie, con una precipitaci¨®n media de 250 mil¨ªmetros al a?o (bastante menos de la mitad que el promedio en Espa?a), el aumento de las temperaturas por el cambio clim¨¢tico en esta zona del mundo resulta tr¨¢gico. Como destaca Mohammad Reza Peyrovan, catedr¨¢tico del Instituto de Investigaciones del Suelo y el Agua, ¡°un tercio del pa¨ªs corre el riesgo de convertirse en desierto¡±. Sin embargo, el caso del agua en Ir¨¢n muestra tambi¨¦n el riesgo de responsabilizar de todos los males al calentamiento del planeta, pues puede ocultar otras claves importantes. As¨ª lo piensa Kaveh Madani, investigador de la Universidad de Yale y antiguo vicepresidente de la Organizaci¨®n de la Conservaci¨®n del Medio Ambiente de Ir¨¢n, que considera que la mala gesti¨®n de este recurso est¨¢ llevando al pa¨ªs a una situaci¨®n de ¡°quiebra h¨ªdrica¡±. Para este experto ambiental, Ir¨¢n no solo est¨¢ utilizando m¨¢s agua de la que se renueva anualmente de forma natural, sino tambi¨¦n dilapidando sus reservas subterr¨¢neas.
La mayor parte de la poblaci¨®n del altiplano iran¨ª se concentra en las zonas del interior, lejos de las costas, usando hist¨®ricamente los desiertos y las altas cordilleras como defensa natural ante las invasiones. En los ¨²ltimos 50 a?os y en especial tras la guerra contra Irak (1980-1988), tambi¨¦n se ha desarrollado en el interior una industria basada fundamentalmente en petroqu¨ªmicas, siderurgias y, de forma reciente, instalaciones nucleares, con unas necesidades de agua considerables. El traslado de este recurso a estas regiones m¨¢s secas del centro del pa¨ªs, unido a olas de calor con temperaturas de m¨¢s de 50 grados, el incremento de la evaporaci¨®n de los embalses y el aumento de la salinidad de r¨ªos como el Karun ¡ªel m¨¢s caudaloso de Ir¨¢n¡ª, est¨¢ detr¨¢s de la crisis que hizo estallar las protestas en Juzest¨¢n, al poner en peligro la supervivencia de los cultivos en esta regi¨®n.
En una econom¨ªa como la iran¨ª tan dependiente de los hidrocarburos y de sus derivados petroqu¨ªmicos, el sector agr¨ªcola representa apenas el 10% del PIB y genera empleos solo para el 17% de la poblaci¨®n activa. Sin embargo, la ideolog¨ªa revolucionaria siempre ha buscado la autarqu¨ªa alimentaria y las constantes sanciones han intensificado su importancia. Tanto es as¨ª que, como incide Seyed Ali Seyedzadeh, representante de la Compa?¨ªa de Agua y Aguas Residuales de Ir¨¢n, ¡°el sector agr¨ªcola del pa¨ªs consume el 90% del agua, cuando deber¨ªa ser el 30%¡±.
¡°Un tercio del pa¨ªs corre el riesgo de convertirse en desierto¡±, asegura Mohammad Reza Peyrovan, catedr¨¢tico del Instituto de Investigaciones del Suelo y el Agua
El jefe del Centro Nacional de la Sequ¨ªa y la Gesti¨®n de agua del pa¨ªs, Ahad Vazifeh, es claro: ¡°Seg¨²n las estad¨ªsticas meteorol¨®gicas de los ¨²ltimos 50 a?os la temperatura de Ir¨¢n ha subido 0,4 por d¨¦cada, muy por encima de la media global¡±. El calentamiento del planeta est¨¢ cambiando ya el mundo que conocemos, pero aqu¨ª en Oriente Pr¨®ximo la subida de las temperaturas pone en peligro el delicado equilibrio que hace posible la vida en unos territorios ya de partida en condiciones extremas. El complicado panorama que se abre en esta parte del mundo con el cambio clim¨¢tico deber¨ªa obligar a extremar las precauciones con el uso del agua. Sin embargo, desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas los gobiernos de diferentes tendencias pol¨ªticas han optado de forma un¨¢nime por desarrollar megaproyectos para trasladar el agua de las cuencas hidrogr¨¢ficas a las aglomeraciones urbanas e industriales del centro de Ir¨¢n, ignorando las advertencias de los expertos de medio ambiente y desoyendo las protestas de los habitantes del sudoeste del pa¨ªs.
Grandes incendios
En los ¨²ltimos a?os m¨¢s de 14.000 hect¨¢reas de bosques iran¨ªes han sido pasto de las llamas al a?o y los ecologistas advierten de que las cifras de 2021 ser¨¢n mucho peores. No hay datos que muestren qu¨¦ porcentaje se debe a la intervenci¨®n humana, pero las olas de calor y su prolongaci¨®n han intensificado este problema. La mayor¨ªa de estos incendios tienen lugar en los bosques de robles de los montes Zagros donde se encuentran los nacimientos de los r¨ªos m¨¢s caudalosos de Ir¨¢n que riegan las f¨¦rtiles llanuras de Juzest¨¢n. Y de aqu¨ª parten las infraestructuras construidas para llevar el agua al interior del pa¨ªs, como los t¨²neles de Langan o los de Kuhrang, del que se est¨¢ construyendo ahora mismo una nueva ramificaci¨®n que se espera concluir a finales de 2021.
Mientras tanto, en la regi¨®n de Juzest¨¢n que clama por el agua, hace muchos a?os que el arroz se ha convertido en uno de los cultivos m¨¢s rentables. El gobierno nunca lo ha autorizado, pero tampoco ha tomado medidas serias para impedirlo y ha ido ganando peso en la econom¨ªa agr¨ªcola del sudoeste iran¨ª. Con la falta de recursos para regar, este a?o muchas familias han perdido una de sus mayores fuentes de ingresos.
La ca?a de az¨²car es otro cultivo pol¨¦mico de la regi¨®n, ya que requiere de grandes cantidades de agua y provoca tambi¨¦n mucha contaminaci¨®n. Desde hace unos a?os ha dejado de ser rentable, los grandes complejos agroindustriales de ca?a de az¨²car que llevan m¨¢s de medio siglo de actividad ya son incapaces de pagarles el sueldo a los trabajadores, que han llevado a cabo muchas manifestaciones de protesta. Para Reza Hajikarim, miembro de la mesa directiva de la empresa Barfabriz, ¡°al cultivar arroz y ca?a de az¨²car en Juzest¨¢n hemos sobreexplotado los recursos de agua y hemos provocado la crisis h¨ªdrica de hoy¡±.
Al contrario que el arroz o la ca?a de az¨²car, los palmerales de Juzest¨¢n llevan en la regi¨®n m¨¢s de 4.000 a?os, pero la ca¨ªda del caudal de los r¨ªos y el aumento de la salinidad debido al avance del agua del mar, en concreto en el golfo P¨¦rsico, tambi¨¦n est¨¢n pasando factura a este s¨ªmbolo agr¨ªcola. No solo se ha reducido la producci¨®n de d¨¢tiles, sino que cerca del 70% de los palmerales de Abad¨¢n, una de las ¨¢reas m¨¢s importantes para este producto, est¨¢ a punto de secarse. Esta planta es tan importante en la cultura iran¨ª que en persa se denomina ¡°nafar¡±, que significa ¡°persona¡±.
La ganader¨ªa tambi¨¦n se ha visto afectada por los problemas h¨ªdricos. Una de las fuentes de ingresos de los campesinos en Juzest¨¢n es la cr¨ªa del b¨²falo de agua. Este bovino necesita sumergirse en aguas poco profundas para protegerse del calor. Durante los ¨²ltimos meses han muerto cerca de 140 b¨²falos de las 12.000 cabezas existentes por las altas temperaturas y la sequ¨ªa. De hecho, durante las protestas de julio, los v¨ªdeos de los b¨²falos atrapados en charcos de lodo se convirtieron en virales, como muestra de la agonizante situaci¨®n ecol¨®gica de la regi¨®n.
Las autoridades no est¨¢n sabiendo c¨®mo enfrentarse a esta crisis h¨ªdrica. Si cambian el patr¨®n de cultivo, temen que se incremente el desempleo. Y, si siguen con los modelos antiguos, la situaci¨®n terminar¨¢ por colapsar e intensificar¨¢ la ola de migraci¨®n ambiental hacia las grandes ciudades, aumentado los problemas de suministro de agua y electricidad.
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