As¨ª se produce vino a 3.600 metros de altura en el lugar m¨¢s seco del mundo
Una cooperativa de productores atacame?os revoluciona el sector vitivin¨ªcola: dos de sus etiquetas han recibido medallas de oro en el Mundial de Vinos Extremos
En el lugar m¨¢s seco del mundo, a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar, un vi?edo irrumpe el paisaje des¨¦rtico de Atacama. La media hect¨¢rea de parra brota en la rec¨®ndita aldea Socaire, enclavada entre quebradas con vistas al salar. La campesina Cecilia Cruz, de 67 a?os, oriunda de la zona, recorre el suelo de arena volc¨¢nica cubierto de hojas secas. Con las manos, moldeadas por el trabajo de la tierra, coge uno de los pocos frutos que hay en el parr¨®n tras la temporada de cosecha: ¡°Nunca en mi vida hab¨ªa visto que se produjera una uva ac¨¢ en la altura¡±, comenta la due?a de la Vi?a Caracoles, la m¨¢s alta de Chile. ¡°Mis vecinos no me cre¨ªan capaz de sacar la fruta. Ahora me piden venir a ver los racimos, a probar las uvas, no lo pueden creer¡±, agrega orgullosa de su haza?a vit¨ªcola. Mientras habla, un zorro merodea alrededor de la vi?a. ¡°Cuando el zorro se come la uva es que est¨¢ buena¡±, apunta un lugare?o.
Como la mayor¨ªa de sus vecinos, Cecilia se dedicaba a cosechar y vender ma¨ªz, habas y alfalfa. En 2010, un hombre la invit¨® a ocupar su terreno en el altiplano para el cultivo de la vid. Tras discutirlo con sus tres hijos, acept¨® ser parte del programa Atacama Tierra F¨¦rtil de SQM (Sociedad Qu¨ªmica y Minera de Chile). Le entregaron las plantas y los palos, y la asesoraron ingenieros y en¨®logos. ?El riego? La aldea se abastece de la nieve derretida en la Cordillera de los Andes que baja por un cauce natural. En los pueblos aleda?os, el agua que llega tiene tal cantidad de minerales y sales que no es apta para el cultivo de la uva. Pero en Vi?a Caracoles, tras cuatro a?os de intentos fallidos, y aplicando el sistema de inundaci¨®n una vez a la semana, los racimos produjeron frutos.
En 2017, Cecilia se uni¨® a la Cooperativa de Vi?ateros de Altura Lickanantay, conformada solo por productores descendientes de los pueblos originarios atacame?os de Socaire, Toconao, Celeste y San Pedro de Atacama. De los cincuenta productores que comenzaron, resisten 18. El resto se fue porque no lograron sacar el fruto debido a las extremas condiciones clim¨¢ticas o no le dedicaron el tiempo y cuidado necesario, afirma Fabi¨¢n Mu?oz, en¨®logo de la vi?a Ayll¨², que agrupa a todos los cooperantes.
¡°En el valle central, la vid est¨¢ en sus condiciones ¨®ptimas de crecimiento. Ac¨¢ es lo contrario, la planta est¨¢ estresada de forma natural. El hecho de que las parras crezcan en suelos rocosos, en altura, con menos ox¨ªgeno, sometidas a bruscos cambios de temperatura y a una alta irradiaci¨®n solar hace que ese estr¨¦s genere un control de calidad por s¨ª solo, la piel de la uva es m¨¢s gruesa y su sabor es m¨¢s intenso. Pero tenemos que estar mucho m¨¢s pendientes de generar las condiciones necesarias para que no se nos muera¡±, explica Mu?oz.
En cada botella de las siete l¨ªneas de Ayll¨² se realiza un ensamblaje del producto de los 18 cooperantes. Dos de sus vinos (Ayllu Moscatel Dulce 2020 y Ayllu Naranja 2020) recibieron medallas de oro en el Mundial de Vinos Extremos del a?o pasado celebrado en Italia. Este a?o ten¨ªan como meta cosechar 18.000 kilos de uva y llegaron a 22.000. El objetivo es aumentar otros 2.000 en la pr¨®xima cosecha. ¡°Cuando comenz¨® la cooperativa nos dedicamos al trabajo agron¨®mico, despu¨¦s al enol¨®gico. El 2020 cambiamos de imagen para enfocarnos en la comercializaci¨®n. Hemos obtenido medallas y ahora estamos en proceso de expandirnos a nivel nacional e internacional¡±, sostiene el en¨®logo. Chile es el cuarto exportador mundial de vino.
Entre pucar¨¢s (fortalezas ind¨ªgenas) y cementerios de los antiguos atacame?os, el ingeniero qu¨ªmico Samuel Varas, de 43 a?os, mont¨® el vi?edo Chajnantor, en Zapar. Es una de las vi?as m¨¢s innovadoras de la cooperativa. ¡°Entre ensayo y error logramos sacar una producci¨®n de uva con m¨¢s tecnolog¨ªa¡±, explica. ¡°Por un tema ecol¨®gico no quer¨ªamos acumular bater¨ªas de agua as¨ª que funcionamos con paneles solares. Estos captan la luz del sol y la transforman en corriente alterna. Esa corriente funciona como las bater¨ªas tradicionales¡±, sostiene entre sus 2.000 parras alimentadas con un sistema automatizado de riego. Parte del financiamiento lo consigui¨® de un programa gubernamental que subsidia proyectos agr¨ªcolas de ind¨ªgenas. El primer a?o de producci¨®n sac¨® 150 kilos. El tercero 500 y para el pr¨®ximo aspira al millar.
En algunas zonas del desierto hay registros de plantaciones de vid desde la ¨¦poca de la colonia. Desde la cooperativa explican que siempre se trabajaron uvas negras, corrientes. La innovaci¨®n consiste en plantar cepas premium como syrah, cabernet, petit verdot, entre otras. H¨¦ctor Espinola, de 71 a?os, lleva casi medio siglo en la viticultura. Comercializaba vino criollo. Tambi¨¦n peras y membrillos, pero en los ¨²ltimos a?os la competencia de otras zonas lo oblig¨® a bajar los precios y ya no le sal¨ªa a cuenta. Por eso, cuando lo invitaron a formar parte de la cooperativa, arranc¨® todas sus plantaciones de fruta y cosech¨® una hect¨¢rea de malbec. Hoy es due?o de la vi?a San Juan en Bosque Viejo, a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar. ¡°Nosotros pasamos la uva y los en¨®logos la convierten en vino. Cada botella la venden a 12 d¨®lares y a mi me dan el 60% de la ganancia. Este a?o saqu¨¦ 500 botellas¡±, afirma con una satisfacci¨®n que no le daban las peras y membrillos.
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