En el lugar m¨¢s seco del mundo tambi¨¦n hay vida
Hallan bacterias, hongos y virus en ¨¢reas del desierto de Atacama donde no llueve en a?os
En marzo de 2015, azuzada por el fen¨®meno clim¨¢tico de El Ni?o, la lluvia cay¨® en el desierto de Atacama (Chile) como no lo hab¨ªa hecho en 40 a?os. Fueron unos pocos mil¨ªmetros que no le quitaron la categor¨ªa de lugar m¨¢s seco del planeta (dejando aparte la Ant¨¢rtida). Pero sirvieron a un grupo de cient¨ªficos para confirmar la existencia de microorganismos aut¨®ctonos bajo la superficie. Encontraron bacterias, hongos y virus. Los investigadores piensan que si la vida resurge en un lugar tan extremo como el Atacama, ?por qu¨¦ no la va a haber en Marte?
"Ya ten¨ªamos decidida la misi¨®n, tomando muestras desde las zonas m¨¢s h¨²medas [en la costa del Pac¨ªfico] hasta las m¨¢s ¨¢ridas. Pero tuvimos la extraordinaria suerte de que llovi¨®", dice el microbi¨®logo del Centro de Astrobiolog¨ªa (CAB) y coautor del estudio, V¨ªctor Parro. Investigadores de este centro, dependiente tanto del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (INTA) como del CSIC, junto a expertos chilenos en organismos extrem¨®filos y cient¨ªficos de otras instituciones, aprovecharon la fuente de vida que siempre es el agua para estudiar la que hab¨ªa en el Atacama.
El desierto chileno, de m¨¢s 100.000 km2 de extensi¨®n, recibe una precipitaci¨®n media anual de 20 mm de agua, lo que provoca un espectacular florecimiento en sus m¨¢rgenes. Pero hay zonas donde la lluvia aparece de d¨¦cada en d¨¦cada. La radiaci¨®n ultravioleta es tambi¨¦n muy elevada. Adem¨¢s, a lo largo de millones de a?os, la desecaci¨®n y la atm¨®sfera han provocado que la tierra casi sude sal. M¨¢s a¨²n, aunque hay mucho mineral, apenas hay materia org¨¢nica de la que puedan vivir los microorganismos.
Los investigadores han encontrado evidencias de la existencia de fagos, los virus de las bacterias
"Pero la vida aprovecha el evento m¨¢s peque?o de humedad para regenerarse", comenta Parro. En efecto, los investigadores identificaron la presencia de bacterias, arqueas y hongos. Incluso, hallaron bacteri¨®fagos, virus de bacterias. Todo un ecosistema. Aunque en el pasado se hab¨ªan encontrado pistas de actividad bacteriana en los suelos hiper¨¢ridos del Atacama, se desconoc¨ªa si estas c¨¦lulas muertas eran aut¨®ctonas o hab¨ªan sido llevadas hasta all¨ª por el viento, como se ha comprobado en otras ocasiones y latitudes. "El reto era verlas metab¨®licamente activas all¨ª", a?ade el astrobi¨®logo del CAB.
Los autores del estudio, publicado en la revista PNAS, tomaron muestras de seis zonas del desierto un mes despu¨¦s de las lluvias. Comprobaron que tanto la abundancia como la diversidad bacterianas eran mayores en las arenas recogidas junto al mar y que ambas iban reduci¨¦ndose a medida que la sequedad aumentaba. Pero incluso en las localizaciones de Mar¨ªa Elena o Yungay, con humedades relativas de menos del 15%, encontraron diversas especies de bacterias. Los investigadores regresaron a los mismos lugares en 2016 y 2017. Aunque la actividad ha descendido de forma notable, a¨²n hay restos de vida.
La secuenciaci¨®n del material gen¨¦tico bacteriano obtenido en los suelos del Atacama permiti¨® identificar una serie de genes relacionados con estrategias para mitigar el estr¨¦s h¨ªdrico y la radiaci¨®n ultravioleta. Algunas de las bacterias tienen una gran capacidad para reparar el ADN. Y otras, como varias pertenecientes al filo de las Firmicutes, dan paso a la siguiente generaci¨®n por medio de esporas que pueden permanecer latentes pero viables durante miles de a?os.
Los investigadores se refieren a esta capacidad como vida transitoria, un concepto que le parece novedoso a la ec¨®loga de la Universidad de Granada, Isabel Reche. "Los microorganismos se activan ante peque?os eventos de humedad y luego se desactivan tras la p¨¦rdida de la misma", dice esta investigadora, que no ha intervenido en este estudio.
Para el an¨¢lisis de las muestras, adem¨¢s de secuenciaci¨®n masiva de ADN, los cient¨ªficos usaron un chip detector de vida. Desarrollado en el CAB, es un biosensor inmunol¨®gico con m¨¢s de 200 anticuerpos para detectar otros tantos microorganismos. La idea de sus creadores es que este chip acabe a bordo de alguna misi¨®n espacial en b¨²squeda de vida extraterrestre, por ejemplo, en Marte.
"Adem¨¢s de las implicaciones que tienen estos resultados para nuestro conocimiento sobre los l¨ªmites de la vida en ambientes hiper¨¢ridos, los resultados de este estudio indican que el desierto de Atacama puede ser un buen modelo de estudio para abordar la posible presencia de vida microbiana en Marte, donde las condiciones a¨²n son m¨¢s extremas", opina el director del Laboratorio de Ecolog¨ªa de Zonas ?ridas y Cambio Global en la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Maestre, que no ha intervenido en el estudio de Atacama.
Tanto la desecaci¨®n como la radiaci¨®n solar provocan da?os en el ADN similares
A diferencia de en el desierto chileno, en Marte no llueve, aunque s¨ª hay agua bajo la superficie. Adem¨¢s, la radiaci¨®n complica mucho la presencia de vida. Sin embargo, unos cent¨ªmetros por debajo de la superficie ni la mayor parte de la radiaci¨®n ionizante ni el viento solar llegan. Adem¨¢s, como recuerda Maestre, "sabemos que tanto la desecaci¨®n como la radiaci¨®n causan patrones de da?o en el ADN similares, por lo que se ha considerado que los mecanismos celulares que tienen los microorganismos para sobrevivir a los per¨ªodos de desecaci¨®n pueden tambi¨¦n conferirles resistencia adicional a las radiaciones".
Si es as¨ª en la Tierra, tambi¨¦n puede serlo en Marte. "Nuestra investigaci¨®n nos muestra que si la vida puede salir adelante en el ambiente m¨¢s seco de la Tierra, hay muchas opciones de que haya encontrado una manera parecida de hacerlo en Marte", comenta el investigador del Centro de Astronom¨ªa y Astrof¨ªsica de la Universidad T¨¦cnica de Berl¨ªn (Alemania) y principal autor del estudio, Dirk Schulze-Makuch. "Sabemos que hay agua helada en la superficie marciana y recientes investigaciones han sugerido la existencia de nevadas nocturnas y otros eventos de aumento de la humedad", a?ade. Y, como se ha visto en el desierto de Atacama, la vida vuelve con el agua por poca que sea y por mucho tiempo que pase.
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