La inc¨®gnita de China: el mayor emisor de CO? del planeta y el mayor inversor en energ¨ªas limpias
El presidente Xi Jinping, que reafirm¨® el compromiso de Pek¨ªn con el medio ambiente en el XX Congreso del Partido Comunista de octubre, se re¨²ne el lunes con Joe Biden
China, con su enorme tama?o, sus 1.400 millones de habitantes y su auge vertiginoso en las ¨²ltimas d¨¦cadas, representa la gran paradoja del clima en el siglo XXI: es el mayor emisor de CO? del planeta (en t¨¦rminos absolutos, no per c¨¢pita), un pa¨ªs responsable de casi un tercio de las emisiones de la Tierra, y a la vez se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en el mayor productor, consumidor y exportador de coches el¨¦ctricos; quema cerca del 50% del carb¨®n del planeta, sus minas batieron registros de extracci¨®n en 2021 y en ellas a¨²n mueren cerca de medio millar de trabajadores al a?o, pero al mismo tiempo es el mayor inversor en energ¨ªas limpias con una apuesta verde que alcanz¨® el a?o pasado los 380.000 millones de d¨®lares (una cantidad casi equivalente en euros), seguida de la Uni¨®n Europea (260.000 millones de d¨®lares) y de Estados Unidos (215.000 millones), seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa.
Las dos caras confluyen cada d¨ªa en sus megaurbes, donde una masa de motos el¨¦ctricas avanza como una colonia de hormigas por sus arterias mientras una nube gris¨¢cea de contaminaci¨®n envuelve los edificios y regresa el aire nocivo de forma demasiado frecuente. El pa¨ªs resume la ambivalencia de la industrializaci¨®n: es la gran f¨¢brica del mundo y a la vez ¡ªo precisamente por ello¡ª el lugar donde arranca la larga huella de carbono que preocupa en las sociedades avanzadas de consumo, donde terminan muchos de sus productos.
La delegaci¨®n china aterriz¨® este a?o en la cumbre del clima de Sharm el Sheij, en Egipto, cubierta por la sombra de las tensiones geopol¨ªticas con Estados Unidos, y con las conversaciones clim¨¢ticas entre ambas potencias en suspenso. Pero tambi¨¦n con una carpeta de buenas noticias bajo el brazo: en 2022 se prev¨¦ que las emisiones de CO? del pa¨ªs caigan un 0,9%, seg¨²n un informe de Global Carbon Project. El dato es en realidad un bache circunstancial relacionado con la estricta pol¨ªtica de cero covid ¡ª que provoca continuos cierres y constri?e la actividad¡ª y con el frenazo del sector de la construcci¨®n. ¡°La mayor contribuci¨®n a la disminuci¨®n total de las emisiones procede de la ca¨ªda de las emisiones de cemento resultante de la importante desaceleraci¨®n de la promoci¨®n inmobiliaria¡±, asegura el informe.
No obstante, Dimitri de Boer, responsable para Asia de la organizaci¨®n Client Earth, cree que hay motivos para el optimismo. El informe presentado en octubre por el presidente Xi Jinping durante el discurso inaugural del XX Congreso del Partido Comunista, en el que revalid¨® su liderazgo por un tercer mandato sin precedentes, confirma que el medio ambiente sigue siendo una prioridad absoluta para Pek¨ªn, cuenta De Boer poco antes de marchar a Egipto desde la capital china, donde reside desde hace a?os (lider¨® el programa de gobernanza medioambiental UE-China). Este analista destaca que dos exministros de medio ambiente han sido ascendidos durante el c¨®nclave comunista al Politbur¨®, el ¨®rgano de 24 miembros que conforma el segundo escalaf¨®n de la pir¨¢mide de poder.
China cuenta con ambiciosos calendarios de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. El objetivo fijado por los l¨ªderes del partido implica tocar techo de emisiones de CO? a finales de esta d¨¦cada y alcanzar la neutralidad clim¨¢tica (llegar a emitir solo lo que pueda ser absorbido con bosques y otros sumideros) en 2060. A la vez, el pa¨ªs cuenta con objetivos obligatorios de reducci¨®n de la intensidad de las emisiones en relaci¨®n al PIB y de descenso en el consumo de energ¨ªa tambi¨¦n por PIB. Eso implica que se viven situaciones bipolares: el pa¨ªs invierte en tecnolog¨ªas de generaci¨®n limpia mientras levanta nuevas plantas intensivas en carb¨®n (el combustible f¨®sil m¨¢s contaminante) para garantizar la seguridad energ¨¦tica y no poner en jaque la actividad industrial, que requiere de una complej¨ªsima reconversi¨®n.
El plan chino, explica De Boer, pretende construir lo nuevo primero para desmantelar lo viejo despu¨¦s. ¡°Como persona ecologista, no quiero que se levanten nuevas centrales el¨¦ctricas de carb¨®n¡±, sopesa. Pero a la vez, a?ade, esto supone sustituir una vieja planta por otra m¨¢s eficiente. ¡°As¨ª que lo que me interesa es el gran dibujo¡±, a?ade de forma pragm¨¢tica. ¡°?Significa esto que China va a emitir m¨¢s emisiones de carbono o que no?¡±. ?l tiene bastante confianza en lo segundo porque el pa¨ªs ha fijado objetivos de emisiones para 2025 ¡°y se est¨¢n haciendo grandes esfuerzos para alcanzarlos¡±.
De Boer suena optimista quiz¨¢ porque asegura haber vivido la transformaci¨®n de la conciencia medioambiental del pa¨ªs. Ha habido lo que denomina un ¡°gran despertar¡± en los ¨²ltimos 10 a?os, sobre todo entre quienes han podido viajar al extranjero. No es tanto una reflexi¨®n al estilo de Greta Thunberg, que gira en torno a la idea del calentamiento antropog¨¦nico hasta convertir la vida en un infierno en la Tierra. ¡°El cambio clim¨¢tico no es algo que comprendan del todo¡±, se?ala. ¡°Pero no les gusta la contaminaci¨®n del aire. Quieren asegurarse de que su comida es segura, de que el agua es segura¡±.
El r¨ªo Liangma, que atraviesa la capital china, era hasta hace poco una cloaca de aguas p¨²tridas a la que los pekineses daban la espalda. Su curso contaminado trazaba un buen resumen del precio a pagar a cambio de d¨¦cadas de hipercrecimiento. China se estaba convirtiendo en la segunda potencia econ¨®mica del planeta, pero con un enorme coste en t¨¦rminos ambientales. Hoy el Liangma se ha transformado en un parque fluvial surcado de paseantes que deambulan por su orilla punteada de sauces y toman una copa al atardecer junto al cauce saneado y ribeteado por algunos centros comerciales y hoteles de lujo. De noche, el r¨ªo se vuelve una burbuja kitsch de rayos l¨¢ser y m¨²sica electr¨®nica por la que se deslizan ferris con turistas locales.
Su recuperaci¨®n, impulsada en la ¨²ltima d¨¦cada, es quiz¨¢ el mejor ejemplo de c¨®mo el Gobierno afronta los retos ambientales: no tanto como una lucha contra el cambio clim¨¢tico sino como un modo de reequilibrar el para¨ªso arrasado en su carrera hacia lo alto; con un toque de dise?o algo hortera y siempre siguiendo los principios del l¨ªder, el oficialmente denominado ¡°Pensamiento de Xi Jinping sobre la civilizaci¨®n ecol¨®gica¡±, un compendio de ideas que incluso han sido recopiladas en un libro que difunden los ¨®rganos de propaganda.
En palabras de Xi: ¡°Hemos actuado con la idea de que las aguas l¨ªmpidas y las monta?as exuberantes son activos de valor incalculable¡±, proclam¨® durante el discurso inaugural del Congreso comunista. ¡°La humanidad y la naturaleza forman una comunidad de vida. Si extraemos de la naturaleza sin l¨ªmites o le causamos da?os, nos enfrentaremos a sus represalias¡±.
El informe presentado por Xi durante el c¨®nclave dedica un cap¨ªtulo entero al ¡°desarrollo ecol¨®gico¡± y la promoci¨®n de la ¡°armon¨ªa entre la humanidad y la naturaleza¡±. El objetivo final es convertirse en una ¡°hermosa China¡±, condici¨®n necesaria para alcanzar el estatus de ¡°gran pa¨ªs socialista moderno¡±, el ideal al que aspira para mediados del siglo XXI. Ese tr¨¢nsito, se?ala, implica la conservaci¨®n y mejora del entorno natural, la reestructuraci¨®n industrial, el freno a la contaminaci¨®n y la respuesta clim¨¢tica. ¡°Promoveremos esfuerzos concertados para reducir las emisiones de carbono¡± con un ¡°desarrollo verde¡± que impulse el ¡°crecimiento econ¨®mico¡±.
En 2021, las emisiones de CO? por unidad de PIB se redujeron un 34,4% en comparaci¨®n con 2012, y la proporci¨®n de carb¨®n en el consumo de energ¨ªa primaria baj¨® del 68,5% al 56%, seg¨²n cifras difundidas en octubre por Zhai Qing, viceministro de Ecolog¨ªa y Medio Ambiente. En la ¨²ltima d¨¦cada, a?adi¨®, China ha crecido a un ritmo medio del 6,6%, mientras que el consumo medio de energ¨ªa lo ha hecho al 3%; el valor medio anual de las part¨ªculas finas (PM2,5) en grandes ciudades se redujo de 46 microgramos por metro c¨²bico en 2015 a 30 microgramos por metro c¨²bico en 2021, la proporci¨®n de d¨ªas con buena calidad de aire ha alcanzado el 87,5%, el porcentaje de aguas superficiales con calidad ¡°excelente¡± es del 84,9% (¡°cerca del nivel de los pa¨ªses desarrollados¡±) y, siempre seg¨²n Zhai, ¡°el riesgo de contaminaci¨®n del suelo se ha controlado b¨¢sicamente en todo el pa¨ªs¡±. En todo esto, asegur¨® varias veces, ha jugado un rol clave la ¡°orientaci¨®n del Pensamiento de Xi Jinping sobre la Civilizaci¨®n Ecol¨®gica¡±.
La batalla contra la contaminaci¨®n es uno de los pocos aspectos positivos tras una d¨¦cada de xi¨ªsmo, concede Bruce Dickson, profesor de ciencias pol¨ªticas y asuntos internacionales en la Universidad George Washington y autor de The Party and the People (El partido y el pueblo, Princeton University Press, 2021). Este analista, que por lo dem¨¢s se muestra muy cr¨ªtico con la creciente concentraci¨®n de poder del mandatario, explica que Xi, incluso antes de ser nombrado secretario general en 2012, ya defend¨ªa como prioridad la b¨²squeda de ¡°un medio ambiente limpio¡±, asegura Dickson en un encuentro en l¨ªnea con corresponsales.
El patr¨®n lo ha replicado el l¨ªder chino a nivel nacional. ¡°En el futuro, esto supondr¨¢ una mayor inversi¨®n en energ¨ªas renovables, probablemente en energ¨ªa nuclear [y] una menor dependencia de los combustibles f¨®siles, especialmente del carb¨®n¡±, prosigue. Aunque sigue habiendo retos pendientes, a?ade, avivados por la reciente ruptura de las conversaciones clim¨¢ticas con Estados Unidos, decretada por Pek¨ªn en agosto tras la visita de Nancy Pelosi a Taiw¨¢n: un ca?onazo pol¨ªtico que hizo saltar por los aires unos de los pocos puentes que quedaban en la convulsa escena geopol¨ªtica.
El abismo con Washington es una de las sombras que sobrevuelan la cumbre del clima. En Pek¨ªn se respira poco optimismo: casi ning¨²n analista cree que vaya a haber un deshielo entre las dos superpotencias en Egipto, aunque podr¨ªan limarse asperezas en el encuentro entre Xi y el presidente estadounidense, Joe Biden, previsto para el lunes durante el G20 de Bali (Indonesia). Un reciente editorial del Diario del Pueblo, el peri¨®dico oficial del partido comunista, daba la reconciliaci¨®n en Egipto casi por perdida: para ello, dec¨ªa, Washington deber¨ªa abordar ¡°adecuadamente su anterior mala conducta contra China¡±, un escenario poco probable.
El art¨ªculo, de tono duro, acusaba a Estados Unidos de ser un socio clim¨¢tico ¡°no fiable¡±, lo calificaba como el ¡°mayor emisor hist¨®rico¡± y lo se?alaba ¡ªcitando un art¨ªculo cient¨ªfico recogido por The Guardian¡ª por haber causado da?os a otros pa¨ªses, en su mayor¨ªa pobres, a trav¨¦s de olas de calor, p¨¦rdidas de cosechas y desastres similares, provocando p¨¦rdidas mundiales de 1,91 billones de d¨®lares desde 1990.
¡°Ser¨ªa bueno que los mayores emisores del planeta sigan trabajando juntos y reanuden el di¨¢logo clim¨¢tico¡±, concluye De Boer, de Climate Earth. Ambos podr¨ªan seguir sendas separadas de reducci¨®n, y seguir¨ªa benefici¨¢ndose todo el mundo. Pero la cooperaci¨®n funciona tambi¨¦n como un s¨ªmbolo para el resto. ¡°Es importante para infundir confianza¡±.
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