Brasil regresa a la lucha contra el cambio clim¨¢tico de la mano de Lula da Silva

El presidente electo de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, ha cerrado esta semana un c¨ªrculo de cuatro a?os. Cuando en 2018 Jair Bolsonaro gan¨® las elecciones, una de las primeras decisiones que tom¨® fue retirar la oferta de su pa¨ªs para acoger la cumbre del clima de la ONU de 2019 (que finalmente se celebr¨® en Madrid) tras una campa?a en la que amag¨® incluso con sacar a su pa¨ªs del Acuerdo de Par¨ªs. Cuatro a?os despu¨¦s, tras derrotar en las urnas a su rival de extrema derecha, Lula da Silva ha anunciado que ofrecer¨¢ a la ONU que la cumbre de 2025, la COP30, se celebre en su pa¨ªs, en algunas de las regiones amaz¨®nicas.

El anuncio lo ha hecho durante su primer viaje oficial fuera de Brasil tras la victoria, que precisamente ha sido a la cumbre del clima que se est¨¢ celebrando en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, la COP27. El gesto se interpreta como un espaldarazo a la lucha contra el cambio clim¨¢tico y como la vuelta de este pa¨ªs a esta batalla global. Lula da Silva no ha dejado lugar a las dudas: ¡°Brasil est¨¢ de vuelta en el mundo¡±. ¡°Brasil no va a ser un pa¨ªs insolidario¡±, ha a?adido durante un acto con gobernadores de la Amazonia brasile?a, que han sido los que le han pedido primero que postule a Brasil para acoger la COP30.

La implicaci¨®n de este pa¨ªs es b¨¢sica para combatir el cambio clim¨¢tico, no solo porque sea la principal econom¨ªa latinoamericana, sino porque dentro de sus fronteras est¨¢ la mayor parte de la Amazonia, el enorme bosque tropical cr¨ªtico para la biodiversidad planetaria y para frenar el cambio clim¨¢tico, ya que su vegetaci¨®n retiene el di¨®xido de carbono impidiendo que se concentre en la atm¨®sfera y caliente todav¨ªa m¨¢s el planeta. Por eso es importante que este primer acto oficial de Lula fuera de su pa¨ªs haya sido junto a los gobernadores de varias regiones amaz¨®nicas.

¡°Vamos a combatir sin tregua los cr¨ªmenes ambientales¡±, ha prometido Lula da Silva en otro acto en la cumbre, donde ha anunciado un ¡°fortalecimiento¡± de los instrumentos de control en la Amazonia para evitar las talas ilegales o las extracciones sin control. El presidente electo ha recordado que en los ¨²ltimos tres a?os, bajo el mandato de Bolsonaro, la deforestaci¨®n ha aumentado un 73% en la Amazonia. Lula da Silva ha criticado el ¡°Gobierno desastroso¡± del presidente saliente, que ha supuesto una ¡°devastaci¨®n del medio ambiente¡±. ¡°No hay seguridad clim¨¢tica sin una Amazonia protegida¡±, ha advertido Lula da Silva.

El dirigente brasile?o aterriz¨® a principios de semana ¡ªa bordo de un avi¨®n privado del pol¨¦mico empresario Jos¨¦ Seripieri Filho¡ª en Sharm el Sheij y el martes se reuni¨® con los m¨¢ximos representantes de EE UU y China en estas negociaciones, John Kerry y Xie Zhen Hua. Tambi¨¦n con la vicepresidenta espa?ola para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera. Todos fueron actos privados, as¨ª que hasta este mi¨¦rcoles no ha habido intervenciones p¨²blicas. Adem¨¢s, al no haber tomado formalmente posesi¨®n de su cargo ¡ªalgo que ocurrir¨¢ el 1 de enero¨D no tiene la consideraci¨®n de jefe de Estado en este encuentro. De hecho, el equipo negociador est¨¢ encabezado por los representantes nombrados por el Gobierno de Bolsonaro, quien nunca ha asistido a ninguna de estas cumbres.

Los retos verdes del pa¨ªs

Reconstruir la pol¨ªtica ambiental de Brasil ser¨¢ uno de los desaf¨ªos m¨¢s importantes y urgentes del futuro Gobierno de Lula da Silva. La matriz energ¨¦tica del pa¨ªs es bastante limpia, porque la hidroel¨¦ctrica es la principal fuente de energ¨ªa, pero sus emisiones de di¨®xido de carbono est¨¢n vinculadas al uso de la tierra: tanto la ganader¨ªa extensiva como la deforestaci¨®n. La ciudad que m¨¢s emisiones expulsa a la atm¨®sfera del territorio no es S?o Paulo, sino la peque?a S?o F¨¦lix do Xingu, en la Amazonia, que con unos 90.000 habitantes y una superficie equivalente a Portugal, concentra el mayor reba?o bovino del pa¨ªs, con casi dos millones de cabezas de ganado.

Durante el Gobierno de Bolsonaro, la deforestaci¨®n en la Amazonia bati¨® todos los r¨¦cords. En los primeros tres a?os de su gesti¨®n, la selva perdi¨® m¨¢s de 34.000 kil¨®metros cuadrados, seg¨²n los datos oficiales captados v¨ªa sat¨¦lite por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. Es una superficie mayor que toda Catalu?a. Los datos de 2022 a¨²n no han sido divulgados, a pesar de que el Ejecutivo electo cree que la gesti¨®n de Bolsonaro ya los tiene y espera a divulgarlos cuando pase la COP27, como hizo el a?o pasado, para evitar cr¨ªticas.

Frenar la tala ilegal y los incendios ser¨¢ la prioridad n¨²mero uno, y para ello habr¨¢ que reparar toda una estructura que fue devastada en los ¨²ltimos a?os, lo que exigir¨¢ tiempo. Los resultados solo empezar¨¢n a verse a medio plazo. Los ¨®rganos que persiguen los delitos ambientales, como el Instituto Brasile?o del Medio Ambiente (IBAMA), fueron pr¨¢cticamente desmantelados a base de recortes presupuestarios y ya apenas se ponen multas, lo que en los ¨²ltimos a?os ha dado alas a todo tipo de infractores. El discurso de Bolsonaro a favor de regularizar la miner¨ªa ilegal en tierras ind¨ªgenas y reservas naturales tambi¨¦n ayud¨®. En la tierra ind¨ªgena Yanomami, en la frontera de Brasil con Venezuela, hay m¨¢s de 20.000 buscadores de oro trabajando de forma ilegal, contaminando los r¨ªos con mercurio y amenazando a los nativos. El movimiento ind¨ªgena espera que una de las primeras medidas de Lula sea la expulsi¨®n inmediata de esos invasores.

Estos ind¨ªgenas, aut¨¦nticos guardianes de la selva (los territorios que ellos gestionan son los mejor preservados, a pesar de las crecientes invasiones de los ¨²ltimos a?os), tambi¨¦n esperan que se d¨¦ continuidad al proceso de demarcaci¨®n de sus tierras, cuando el Estado brasile?o les reconoce como propietarios legales. En las elecciones de hace cuatro a?os, Bolsonaro prometi¨® no dedicar ¡°ni un cent¨ªmetro m¨¢s¡± a las tierras ind¨ªgenas, y as¨ª lo hizo. En el caj¨®n hay decenas de procesos administrativos que el Gobierno de Lula tendr¨¢ que analizar. De momento, el presidente electo se comprometi¨® a crear por primera vez un Ministerio de los Pueblos Originarios, algo que el movimiento ind¨ªgena ya considera una importante conquista. Lula ha reiterado este mi¨¦rcoles esa promesa en la COP27 y ha asegurado que estos pueblos ¡°deben ser los protagonistas de la protecci¨®n de la Amazonia¡±.

Lula sabe que la diplomacia verde puede devolver a Brasil el protagonismo perdido en la escena internacional durante los a?os de Bolsonaro, y la b¨²squeda de inversiones extranjeras que ayuden a crear alternativas de desarrollo sostenible sobre todo en la regi¨®n amaz¨®nica (hogar de casi 30 millones de brasile?os, la mayor¨ªa, muy pobres), ser¨¢ central. Para ello habr¨¢ que resucitar el Fondo Amazonia, recept¨¢culo de donaciones de pa¨ªses extranjeros para ayudar a mantener la selva en pie. Noruega y Alemania, principales financiadores, congelaron sus aportes ante las pol¨ªticas bolsonaristas, pero ya anunciaron que est¨¢n dispuestos a colaborar con el nuevo Ejecutivo brasile?o. Lula tendr¨¢ que hacer equilibrios para buscar esos recursos y al mismo tiempo disipar los temores de quienes, sobre todo en la extrema derecha o en ¨¢mbitos como las Fuerzas Armadas, ven toda la preocupaci¨®n internacional hacia la Amazonia como una injerencia, o incluso como una amenaza a la soberan¨ªa nacional.

La exministra de Medio Ambiente Marina Silva, que lidera las quinielas para volver a ocupar el cargo, dec¨ªa estos d¨ªas que la situaci¨®n que el nuevo Gobierno encontrar¨¢ es mucho peor que cuando Lula lleg¨® por primera vez a la presidencia en 2003, pero al mismo tiempo Brasil tambi¨¦n puede recuperar las pol¨ªticas que dieron frutos positivos. Cuando Silva fue ministra, entre 2003 y 2008, puso en marcha diversos programas de protecci¨®n ambiental que hicieron que la deforestaci¨®n cayera un 83% en una d¨¦cada. Silva acab¨® dejando el cargo tras continuos rifirrafes con otros ministros que la acusaban de poner trabas a obras de infraestructura. Tras su salida del Ejecutivo, Lula y Marina Silva pasaron a?os distanciados. Se reconciliaron en la pasada campa?a, despu¨¦s de que Lula asumiera buena parte de la agenda ambiental de su exministra. Entre esas propuestas est¨¢ la creaci¨®n de una Autoridad Nacional sobre Cambios Clim¨¢ticos, un ¨®rgano t¨¦cnico que supervisar¨ªa que todos los ministerios trabajen a favor del cumplimiento de los compromisos de Brasil contra el calentamiento global.

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