Recorrido a pie tras el rastro del agua

Su empe?o cincela monta?as, dibuja rutas a trav¨¦s de los valles y llena de vida el bosque que toca. Tambi¨¦n el cemento y el asfalto que nos rodea. Este es ¡°un viaje a pie siguiendo la corriente¡±, como aparece reflejado en el manifiesto de Caminar el Agua. Pero ¡°no hace falta irse lejos¡±. As¨ª lo considera Lucia De Stefano, cofundadora junto a Camila Kuncar de este colectivo interdisciplinar que opera en Madrid desde 2017. ?Su misi¨®n? ¡°Reconectar a los ciudadanos con sus r¨ªos y empoderarlos para tomar acciones hacia un cambio global¡±. Su herramienta: el camino.

¡°Caminamos siguiendo r¨ªos, arroyos y la presencia del agua en los territorios¡±, de esta manera lo explican desde esta asociaci¨®n que desarrolla dos tipos de actividades desde la capital. ¡°Por un lado, tenemos las rutas guiadas buscando los viajes del agua¡±, en palabras de De Stefano. Hablamos de recorridos a pie acompa?ados por expertos multidisciplinares que imparten talleres, charlas y hasta performances art¨ªsticas durante la senda. Un concierto junto a un embalse, una clase de dibujo en la ribera, un espect¨¢culo lum¨ªnico en la noche o la b¨²squeda de la huella h¨ªdrica en un mercado. Realizan entre tres y cinco convocatorias al a?o para estas acciones.

¡°La otra parte ser¨ªa en la que invitamos al ciudadano a salir por su cuenta¡±, expone Camila Kuncar. El usuario descubre en la web de Caminar el Agua una serie de rutas de senderismo donde se incluye informaci¨®n t¨¦cnica del trayecto, acompa?ada por diferentes podcasts y contenidos digitales sobre sus curiosidades hist¨®ricas, ecol¨®gicas y urban¨ªsticas. ?D¨®nde? ¡°No hace falta que sea un lugar buc¨®lico¡±, dice De Stefano. ¡°La gran mayor¨ªa es en un contexto urbano y periurbano¡±, a?ade la ge¨®loga. ¡°Lo m¨¢s obvio ser¨ªa seguir el cauce de un r¨ªo¡±, apunta Kuncar, ¡°pero tambi¨¦n hemos seguido conductos subterr¨¢neos y otros rastros del agua en la ciudad¡±.

Tan solo estamos en los inicios de un movimiento que va m¨¢s all¨¢ de un trekking. Sin embargo, vamos a descubrir cuatro traves¨ªas siguiendo las se?ales del r¨ªo en el que nace este proyecto: el Manzanares. Este es el viaje del agua de Madrid.

Desde el embalse de El Pardo hasta Butarque, en una traves¨ªa de lo rural a lo urbano que trasciende lo paisaj¨ªstico. Descubrimos el renacimiento ecol¨®gico de la ribera del Manzanares, los hitos hist¨®ricos que aparecen en el camino, adem¨¢s de proyectos urban¨ªsticos como Madrid R¨ªo. En el vergel de la Casa de Campo buscaremos arroyos escondidos, y en las galer¨ªas subterr¨¢neas de Amaniel, el origen de la ciudad.

Rutas para todos

La primera ruta nos lleva a El Pardo. Seguimos la senda fluvial del Manzanares, que nos gu¨ªa, rumbo sur, desde su gran presa hacia Somontes. Sin perder de vista el r¨ªo, avanzamos por un bosque de ribera dominado por el chopo, el aliso y el fresno que se alterna en el paisaje de la meseta con la pradera y la dehesa. Los azudes y las escalas de peces muestran la intervenci¨®n humana en este territorio que parece virgen a pesar de su proximidad a la capital. Encontramos miradores para contemplar el paso de aves como la garceta, la focha com¨²n o el buitre leonado. El final de la senda de 7,5 kil¨®metros lo marca nuestra llegada a Somontes, en dos horas.

El segundo itinerario sit¨²a el punto de partida en Somontes para llegar al puente del Rey, en pleno Madrid. En algo menos de dos kil¨®metros y algo m¨¢s de dos horas de caminata pasamos del monte a la metr¨®poli. La senda fluvial del Manzanares es un proyecto de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo que vuelve a marcar un camino ideal, tambi¨¦n, para hacer en bici. Continuamos por el Parque Sindical y los vestigios de lo que fue la playa de Madrid y la pasarela de la Muerte. Este es uno de los principales testimonios de la Guerra Civil en Madrid junto al puente de los Franceses, nuestra ¨²ltima parada antes de llegar al puente del Rey. Entre el cemento y el asfalto de la capital encontramos un reducto de biodiversidad donde descansa el ¨¢nade, la garza real domina el cauce desde la isla y el mart¨ªn pescador hace honor a su nombre.

El mirador de la Huerta de la Partida es una de las puertas de entrada a la Casa de Campo. Caminar el Agua propone varias sendas de corto recorrido por la mayor masa forestal de Madrid, como la del arroyo de los Meaques o la de las fuentes del Lago. Desde esta atalaya, que contempla la silueta del Palacio Real, parte la siguiente ruta rumbo al Matadero. Su objetivo era conectar la ciudad con los paisajes de la sierra y los p¨¢ramos de la meseta en una pista peatonal. De esta manera nace Madrid R¨ªo, un plan urban¨ªstico que redescubrimos paseando por sus parques, senderos, puentes y pasarelas fluviales. Un entorno que desde 1974 hasta 2003 estuvo ocupado por la autopista M-30. Despu¨¦s de 14 kil¨®metros y tres horas y media de traves¨ªa, llegaremos al Matadero, uno de los mayores polos culturales de la capital.

El ¨²ltimo tramo o ¨²ltima v¨ªa siguiendo el curso fluvial nos invita a explorar el Parque Lineal del Manzanares hasta Butarque. El paisaje domesticado de Madrid R¨ªo se revela ahora en un escenario campestre donde los azudes, depuradoras y tanques de tormentas aparecen como escalas en este periplo acu¨¢tico que nos conduce hasta el Real Canal del Manzanares. O un intento fallido de conectar Madrid con el mar. Para llegar hasta Butarque tendremos que caminar 6,5 kil¨®metros durante dos horas desde el Matadero. Para conectar los cuatro itinerarios del Manzanares, prep¨¢rese para conquistar 30 kil¨®metros de caminata.

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