Ofensiva del Gobierno de Lula para aliviar la crisis de los ind¨ªgenas yanomami
Decenas de ni?os desnutridos han sido evacuados mientras se prepara un despliegue militar para echar a los mineros furtivos y la polic¨ªa investiga la actuaci¨®n de Bolsonaro por genocidio
Los problemas sanitarios y de seguridad en la Tierra Yanomami, la mayor reserva ind¨ªgena de Brasil, no son novedad, pero en los ¨²ltimos a?os han empeorado de tal manera que el nuevo Gobierno brasile?o decret¨® el d¨ªa 20 una emergencia sanitaria en este territorio amaz¨®nico del tama?o de Portugal. Y ha anunciado que la semana pr¨®xima desplegar¨¢ una operaci¨®n militar para expulsar a los mineros furtivos.
Hogar de 27.000 ind¨ªgenas, est¨¢ invadido por unos 20.000 buscadores de oro que operan en la ilegalidad. Las im¨¢genes de ni?os fam¨¦licos con tripas hinchadas de lombrices han causado conmoci¨®n y han dado nueva fuerza a las recurrentes denuncias de los jefes yanomami. ¡°Parece un campo de concentraci¨®n¡±, declar¨® tras visitar la zona el secretario de salud ind¨ªgena del ministerio, Weibe Tapeba, la semana pasada. El Ejecutivo envi¨® una misi¨®n de emergencia con personal sanitario, evacu¨® a los enfermos m¨¢s graves a hospitales ¡ªincluidos cr¨ªos¡ª, reparti¨® cestas b¨¢sicas y la polic¨ªa federal abri¨® una investigaci¨®n por genocidio.
En el punto de mira de la polic¨ªa y del Gobierno est¨¢ el anterior presidente, Jair Bolsonaro. El actual, el izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva, fue categ¨®rico tras viajar el fin de semana pasado a Boa Vista (Estado de Roraima), donde est¨¢n hospitalizados m¨¢s enfermos: ¡°M¨¢s que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomami, cometido por un Gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasile?o¡±.
Las im¨¢genes difundidas son dantescas, pero los datos tambi¨¦n. En el ¨²nico hospital pedi¨¢trico de Boa Vista hay 59 cr¨ªos ind¨ªgenas ingresados, incluidos ocho yanomami en estado cr¨ªtico, informa Reuters. Durante el mandato de Bolsonaro, murieron por causas evitables 570 menores de cinco a?os de esa etnia, seg¨²n cifras oficiales obtenidas por Suma¨²ma, un medio digital especializado en la Amazonia.
El Gobierno de Lula ha abierto una convocatoria para m¨¦dicos brasile?os voluntarios que est¨¦n dispuestos a ir a atender a los yanomami en sus tierras, en la Amazonia, que se extienden a ambos lados del linde con Venezuela.
Tapeba, secretario de salud ind¨ªgena del Gobierno, ¨¦l mismo m¨¦dico y nativo, explic¨® tras su visita a la remota regi¨®n que el sistema de salud es inexistente por la presencia de bandas de criminales armados. ¡°Esto solo se puede resolver expulsando a los mineros ilegales, y eso solo lo pueden hacer las Fuerzas Armadas¡±, declar¨®. Est¨¢ en consonancia con las demandas insistentes de los l¨ªderes yanomami. Ya se hizo en los a?os noventa, como record¨® Joenia Wapichana, m¨¢xima responsable de la atenci¨®n gubernamental a la poblaci¨®n ind¨ªgena, unos 800.000 entre los 210 millones de brasile?os.
Neutralizar avionetas de los mineros
El presidente Lula se reuni¨® este lunes con Wapichana, el ministro de Defensa, Jos¨¦ M¨²cio, y los jefes de las Fuerzas Armada para tratar del despliegue de militares la semana pr¨®xima en la Tierra Yanimami. La prioridad es neutralizar la circulaci¨®n de las avionetas de los mineros furtivos, vitales para llevar suministros a las ¨¢reas de dif¨ªcil acceso en las que operan. ¡°Cualquier vuelo sospechoso va a ser obligado a desviarse y aterrizar en una pista para ser identificado¡±, seg¨²n el titular de Defensa.
Unos a?os despu¨¦s de que los garimpeiros (mineros furtivos) fueran expulsados por los soldados, comenzaron a regresar atra¨ªdos por la subida del oro en los mercados internacionales. Y la llegada de Bolsonaro al poder desat¨® una nueva fiebre del oro.
Antes de ser presidente y mientras ostent¨® el cargo, el ultraderechista defendi¨® la legalizaci¨®n de la miner¨ªa ilegal y la asimilaci¨®n a los ind¨ªgenas. Proteger el modo de vida tradicional de los nativos como v¨ªa de preservar la Amazonia siempre le pareci¨® a Bolsonaro un derroche. Su receta para acabar con la miseria de la regi¨®n es explotar las riquezas minerales que alberga. Ese discurso envalenton¨® a garimpeiros, que en sus or¨ªgenes buscaban el oro de manera artesanal. Ahora se hace a escala industrial con financiaci¨®n de grandes empresarios e incluso con c¨®mplices en el narcotr¨¢fico.
Tanto l¨ªderes ind¨ªgenas como m¨¦dicos que han trabajado en la Tierra Yanomami denuncian que durante el mandato de Bolsonaro se agravaron sobremanera problemas existentes. Los ambulatorios que atend¨ªan a los ind¨ªgenas en su tierra fueron clausurados, en alguna ocasi¨®n porque los furtivos tomaron la pista de aterrizaje creada en medio de la selva para los sanitarios. En otros casos porque las autoridades descubrieron que el personal m¨¦dico traficaba con los medicamentos a cambio de pepitas de oro. A consecuencia del desmantelamiento de la red de atenci¨®n b¨¢sica, enfermedades antes bajo control se han desbocado y convertido en mortales o requieren caras evacuaciones en helic¨®ptero. Sin revisiones m¨¦dicas ni tratamiento sistem¨¢tico, se han disparado la malaria, la desnutrici¨®n, las lombrices, las diarreas y neumon¨ªas.
Los jefes yanomami llevan a?os denunciando las invasiones de mineros, que traen una ristra enorme de problemas, adem¨¢s de ser ilegal. Solo los abor¨ªgenes locales pueden explotar las riquezas naturales de las reservas ind¨ªgenas. Los blancos atra¨ªdos por la fiebre del oro contaminan los r¨ªos por el mercurio que usan para separar el metal precioso de los residuos. La pesca disminuye. Pero, adem¨¢s, su mera presencia ahuyenta a los animales, dificultando la caza.
En paralelo, los ind¨ªgenas son atra¨ªdos a la miner¨ªa ilegal, la actividad m¨¢s lucrativa en esas tierras. De manera que su milenaria organizaci¨®n social se est¨¢ fracturando a pasos agigantados. Y lo que durante milenios fue un c¨ªrculo virtuoso de convivencia con la naturaleza se convierte en un c¨ªrculo perverso. Si faltan la pesca o la caza, o ambas, si surgen dificultades de plantar o se pierde una cosecha, de repente la comunidad est¨¢ ante un problema agudo de hambre. Las cestas b¨¢sicas, con latas de sardina y arroz, que los militares les lanzan estos d¨ªas desde el aire son un remedio de emergencia, inviable a largo plazo.
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