Las noches se quedan sin lechuzas, autillos o mochuelos, pero todav¨ªa se oyen: esta es su voz
Las rapaces nocturnas que viven en zonas agr¨ªcolas son las que m¨¢s declive experimentan. Algunas especies se acercan a zonas arboladas de las ciudades donde es posible escucharlas
Un ulular, un chillido agudo, una especie de lamento o de alarma, son las voces de las rapaces nocturnas: b¨²hos, lechuzas, autillos, mochuelos¡ Estrategas del camuflaje, son complicadas de ver, y algunas especies se enfrentan a un importante declive. Pero todav¨ªa se pueden escuchar al declinar el d¨ªa y no siempre es necesario salir al campo. En parques urbanos y periurbanos hay mochuelos, c¨¢rabos, autillos o b¨²hos, e incluso aparecen por bulevares o urbanizaciones con arbolado, como los tres b¨²hos reales que revolucionaron este marzo a los visitantes del parque del Retiro en Madrid.
Dentro de las especies de rapaces nocturnas de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, el b¨²ho real es la ¨²nica que crece. Autillos, lechuzas y mochuelos ¨Dasociadas a medios agr¨ªcolas¨D est¨¢n en declive, mientras que las de zonas arboladas, como el b¨²ho chico y el c¨¢rabo com¨²n, consiguen mantenerse estables. La falta de datos sobre el b¨²ho campestre y el mochuelo boreal impiden conocer su estado real, indican los datos del programa Noctua de la ONG de ornitolog¨ªa SEO/BirdLife, que dio sus primeros pasos hace 25 a?os y ahora cuenta con 55.000 registros.
Muchas mueren atropelladas, por colisiones con tendidos el¨¦ctricos, afectadas por los pesticidas que eliminan roedores e insectos, y por la p¨¦rdida de h¨¢bitat, entre otras razones, indica Xavier Riera, responsable de la unidad de divulgaci¨®n y formaci¨®n del Instituto Catal¨¢n de Ornitolog¨ªa (ICO). Este experto en vocalizaciones de aves, anima a escuchar su canto. ¡°Son bastante f¨¢ciles de reconocer, y el paisaje cambia para siempre cuando sabes hacerlo¡±, asegura. As¨ª suenan las esquivas y discretas rapaces nocturnas.
El altivo b¨²ho real (Bubo bubo)
A principios de marzo, tres b¨²hos reales, revolucionaron el parque del Retiro de Madrid. No eran los primeros de la capital, el primer pollo de la especie procedente de las calles madrile?as lleg¨® al centro de recuperaci¨®n de rapaces nocturnas Brinzal hace 17 a?os. Desde entonces, las parejas han aumentado en Madrid, asent¨¢ndose poco a poco en distintos lugares de manera discreta, lo que muestra que cada vez es m¨¢s tolerante con los humanos.
Es la mayor de las rapaces nocturnas ib¨¦ricas: mide entre 60 y 70 cent¨ªmetros y pesa entre 1,5 y 2,5 kilos y es a la que mejor le va, con una poblaci¨®n que crece. SEO/BirdLife estima que existen unas 3.000 parejas en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Si hay conejo, sus densidades aumentan, aunque es un s¨²perdepredador, que come topillos, ratas, aves de tama?o mediano, lagartos, ranas, peces... Sin embargo, en Catalu?a la especie est¨¢ ¡°pr¨®xima a la amenaza¡±, indica el Servidor de Informaci¨®n Ornitol¨®gica de Catalu?a.
Su principal amenaza es la colisi¨®n con tendidos el¨¦ctricos, que ha provocado el declive local de algunas poblaciones. En Murcia, por ejemplo, uno de los lugares con m¨¢s b¨²ho real, la especie perdi¨® 297 ejemplares por ese motivo en 2021.
La inquietante lechuza com¨²n (Tyto alba)
Los dos ojos oscuros en medio de un rostro en forma de coraz¨®n, confieren a la lechuza com¨²n un aspecto fantasmag¨®rico al que se une su chirriante y ag¨®nico grito. La especie se encuentra en regresi¨®n: su poblaci¨®n descendi¨® un 35% entre 2006 y 2018 y su ¨¢rea de distribuci¨®n ha disminuido un 43% en dos d¨¦cadas, resalta SEO/BirdLife. En la Comunidad de Madrid se estima que quedan entre 25 y 37 parejas reproductoras, cuando hace dos d¨¦cadas eran 100, explican desde Brinzal, donde socorren al a?o a unas 300 rapaces nocturnas. En algunos h¨¢bitats, como la cornisa cant¨¢brica, se mantiene estable, aunque tambi¨¦n hay casos de extinci¨®n local.
Al ave, de 300 gramos de peso, le gustan los ratones, topillos, musara?as... y las aves peque?as, y es vecina del hombre. Se instala en desvanes, ruinas, iglesias y viejas buhardillas. Pero la intensificaci¨®n de la agricultura y los productos qu¨ªmicos asociados, en particular los pesticidas, afectan a su reproducci¨®n. Tambi¨¦n les faltan lugares para nidificar debido a la ruina de las casas de campo e iglesias y a las obras de restauraci¨®n de edificios hist¨®ricos, que cierran los huecos. Los atropellos completan el mortal c¨ªrculo.
El diminuto autillo europeo (Otus scops)
Es la m¨¢s peque?a de las nocturnas, mide tan solo 20 cent¨ªmetros y pesa unos 100 gramos y su canto es similar a una alarma o un sonar. Su plumaje es tan mim¨¦tico que parecen troncos de ¨¢rboles. El autillo gusta de paisajes agr¨ªcolas tradicionales, con peque?os bosquetes, ¨¢rboles dispersos, setos, huertos tradicionales¡ pero tambi¨¦n se instala en parques y jardines. Come insectos, y de vez en cuando peque?os p¨¢jaros, anfibios y reptiles. Ha desaparecido del 20% de su ¨¢rea de distribuci¨®n y hay territorios especialmente afectados como Extremadura o la Comunidad Valenciana. Los resultados del programa Noctua de SEO/BirdLife avisan de una reducci¨®n del 32% de la poblaci¨®n entre 2006 y 2018.
Cuando se instala cerca de viviendas, puede llegar a molestar a los vecinos. Alberto Foruny, coordinador del centro de recuperaci¨®n de aves nocturnas Brinzal, cuenta que cada a?o reciben varias llamadas para trasladar a alg¨²n autillo, porque no deja dormir. ¡°Algo que, por supuesto, no podemos hacer, en la ciudad hay que aprender a vivir con la naturaleza¡±, puntualiza.
El mochuelo europeo (Athene noctua), en peligro
Este peque?o b¨²ho de silueta regordeta e inmensos ojos amarillos contin¨²a siendo habitual en las zonas agrarias. Pero est¨¢ en regresi¨®n. En dos d¨¦cadas, ha desaparecido del m¨¢s del 20% de su h¨¢bitat y la poblaci¨®n ha bajado m¨¢s del 50%. La agricultura intensiva es su principal problema, al que se suman la p¨¦rdida de lugares de nidificaci¨®n y la escasez de insectos y peque?os mam¨ªferos, base de su alimentaci¨®n. Otra de las amenazas es el atropello, en especial en individuos j¨®venes en julio y agosto.
C¨¢rabo com¨²n (Strix aluco)
Joan Carles Senar, jefe de Investigaci¨®n del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, relata la sorpresa cuando descubri¨® a un c¨¢rabo en un paseo de Barcelona, cerca del parque de la Ciutadella. ¡°Necesita grandes ¨¢rboles, porque nidifica en sus agujeros, y all¨ª los ah¨ª¡±, describe. Son rechonchos, de ojos negros y pueden alcanzar los 600 gramos. Es una de las poblaciones que consigue mantenerse estable. Su h¨¢bitat t¨ªpico es el bosque caducifolio, dehesas y parques urbanos. No es muy selecto con la dieta y come mam¨ªferos, aves, peces, lagartos e insectos, lo que puede contribuir a su mantenimiento.
B¨²ho chico (Asio otus)
El b¨²ho chico es una de las rapaces m¨¢s desconocidas, de ojos naranjas y unos 300 gramos de peso, tambi¨¦n aguanta. Su poblaci¨®n se mantiene estable, indican los datos del programa Noctua. Es bastante com¨²n en el sur de Europa y vive en peque?as arboledas y bosques de con¨ªferas rodeadas de extensas ¨¢reas abiertas para cazar. Tambi¨¦n pasa completamente desapercibido y come, sobre todo, roedores: topillos, ratones, ratas y en menor medida aves e insectos.
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