El exceso de plaguicidas deja sin agua para beber a 161 pueblos de Salamanca y Zamora: ¡°Nadie informa de nada¡±
El embalse de La Almendra registra una contaminaci¨®n superior al tope fijado por Europa a inicios de a?o. La Diputaci¨®n salmantina alega falta de tiempo para adaptarse a la norma
Las abuelas que cuidan a sus nietas en el parque o los chavales que salen con las bicis en Monleras, un pueblo de Salamanca de 200 habitantes, no pueden llenar sus botellas con agua del grifo. Tampoco cocinar ni lavar verduras. Y no es por la sequ¨ªa. En pleno verano, sale agua, pero no es potable. As¨ª llevan m¨¢s de dos semanas 161 pueblos de Salamanca y Zamora, por el exceso de plaguicidas detectados en el pantano de La Almendra, en Salamanca. La organizaci¨®n Ecologistas en Acci¨®n ha denunciado la presencia de pesticidas en niveles superiores a los admitidos por la legislaci¨®n, mientras la Diputaci¨®n de Salamanca (PP) alega falta de tiempo para adaptarse a las nuevas exigencias europeas de potabilidad y calidad del agua. Los municipios reclaman m¨¢s informaci¨®n y por ahora solo reciben garrafas con agua potable y dep¨®sitos que les llevan los bomberos.
El origen del problema se encuentra en el embalse salmantino de La Almendra, receptor del cauce del r¨ªo Tormes. Como alert¨® el 20 de julio la mancomunidad Cabeza de Horno, una de las agrupaciones administrativas de municipios en la provincia de Salamanca, se ha detectado en el agua captada para su depuraci¨®n un ¡°exceso de plaguicidas¡±, que ¡°tienen su origen en la actividad agropecuaria¡± de la zona. Carolina Mart¨ªn, presidenta de Ecologistas en Acci¨®n en Salamanca y residente en Monleras, critica el alto volumen detectado del plaguicida metolacloro, prohibido por la legislaci¨®n europea, y plantea si su hallazgo en la provincia se debe a la ¡°contaminaci¨®n hist¨®rica¡± o a que ¡°se sigue usando sin control¡±. Mart¨ªn asegura que los cultivos de ¡°agricultura intensiva¡± emplean estas sustancias de forma frecuente para cuidar las cosechas, lo que acaba contaminando las aguas subterr¨¢neas y perjudicando el consumo humano.
La mancomunidad Cabeza de Horno ha prohibido beber agua de la red en 140 pueblos de Salamanca y la mancomunidad Sayagua recomienda no hacerlo en 21 n¨²cleos de Zamora. Portavoces de Sanidad de la Junta de Castilla y Le¨®n (PP-Vox) alegan que la competencia de gestionar el agua depende de los municipios. No obstante, Ecologistas en Acci¨®n critica que la Administraci¨®n regional se desentienda del problema. Pilar S¨¢nchez, responsable de Medio Ambiente de la Diputaci¨®n de Salamanca (PP), se?ala que ¡°el agua es la misma¡±, pero ¡°se ha multiplicado la exigencia con el cambio de normativa¡±. La nueva legislaci¨®n entr¨® en vigor a principios de 2023 y el problema salt¨® el 20 de julio. ¡°No da tiempo a adaptarse de una manera tan r¨¢pida, la Administraci¨®n es compleja por presupuestos y procedimientos, ya se est¨¢ trabajando para solucionar el problema¡±, sostiene S¨¢nchez, que defiende que la Diputaci¨®n ha pasado de gastar en agua unos 300.000 euros a 1,3 millones, y que se ha desarrollado un sistema de distribuci¨®n de garrafas y dep¨®sitos por las poblaciones.
El argumento oficial indigna a Carolina Mart¨ªn: ¡°?Qu¨¦ razonamiento es ese? El nuevo decreto establece 0,03 microgramos de metolacloro autorizados por litro y antes eran 0,1 microgramos. Eso es que antes nos envenenaban igual con sustancias no permitidas y no lo sab¨ªamos¡±. Fernando Rubio, portavoz socialista en la Diputaci¨®n charra y alcalde de Juzbado, lamenta que el cambio de par¨¢metros se sepa desde hace tiempo sin que haya existido prevenci¨®n o vigilancia sobre las aguas. ¡°Se han juntado picos de presencia de la toxina con que se ha exigido m¨¢s porque son productos altamente nocivos y cancer¨ªgenos. No se trata de crear alarma, pero el consumo continuado es peligroso, deber¨ªan controlar m¨¢s qu¨¦ echa la gente al campo¡±, asegura Rubio, que explica que algunas de las mediciones que se le han hecho al agua han dado niveles de 0,05 y 0,062 microgramos de metolacloro. La representante de Ecologistas en Acci¨®n reprocha el ¡°conformismo¡± de mucha gente de la zona y la inacci¨®n de alcaldes del PP, mientras que los socialistas s¨ª inciden en el problema. El regidor de Vitigudino (2.400 vecinos), Javier Mu?iz (PSOE), censura la gesti¨®n de las autoridades: ¡°Nadie informa de nada m¨¢s all¨¢ de que no es potable, es un tema grave y los dep¨®sitos no sirven, porque se multiplica la poblaci¨®n¡±.
Los vecinos de este y otros pueblos dependen de dep¨®sitos como el instalado en un local municipal. Gabriel Andr¨¦s y Esteban Pati?o, de 18 a?os, descubren al llegar que el tanque se ha vaciado y deben esperar a que lo rellenen los bomberos. El primero es salmantino y el segundo, madrile?o, llegado para pasar las vacaciones. Sorprendido por el problema del agua, exclama: ¡°[En Madrid] no te imaginas que pase esto [aqu¨ª]¡±. Los chicos vuelven a casa para darle la mala noticia a su madre y se cruzan con un hombre que porta varias garrafas vac¨ªas para llenarlas.
¡°?Queda agua?¡±, pregunta, y cuando le niegan con la cabeza, se marcha malhumorado. Tendr¨¢ que esperar a la tarde, cuando lleguen los bomberos para rellenarlo tras el aviso del alcalde.
La situaci¨®n golpea tambi¨¦n en los bares de la zona. En Vitigudino, el hostelero Juan Manuel Hern¨¢ndez, de 60 a?os, se desespera para cocinar o poner caf¨¦s mientras en la clientela ¡°no se oye preocupaci¨®n¡±, dice, ¡°la gente pasa de todo¡±. Quedan 10 d¨ªas para las fiestas patronales del pueblo, pero no se espera una soluci¨®n r¨¢pida. En Monleras, mucho m¨¢s peque?o, sufren para servir un cortado porque la garrafa que han empalmado a la m¨¢quina no tiene la presi¨®n suficiente como para atender bien las comandas. Sari Garc¨ªa, de 57 a?os, cuenta que esto se traduce en muchos problemas: se han quedado sin aparato para fabricar hielos, preparar los men¨²s del d¨ªa requiere de m¨¢ximo cuidado y hay que estar pendiente de tener garrafas llenas a mano, pues vac¨ªan unas ocho de cinco litros diarias. Al menos la gente se consuela con cervezas y vinos al sol del patio, mientras ella ruega avances: ¡°?No baja nada el metalocloro de las narices!¡±.
El alcalde independiente de Monleras, ?ngel Delgado, y su concejal Juanjo Delgado, de 65 y 63 a?os, reflexionan sobre el problema: ¡°La intensificaci¨®n de la industria agroalimentaria contra modelos tradicionales provoca estos problemas, el modelo intensivo implica explotar m¨¢s el terreno y usar m¨¢s pesticidas¡±. Asimismo, lamentan la escasa informaci¨®n recibida, sin reuniones para abordar la situaci¨®n: ¡°Estamos muy lejos de donde se toman las decisiones¡±. Basta con recorrer en coche esas carreteras entre dehesas resecas y estoicas encinas, con el pantano de La Almendra en horas bajas, para apreciar una imagen extra?a: amplios vergeles bajo fuertes sistemas de regad¨ªo.
En el parque donde los ni?os juegan, Josefa Ag¨²ndez, Clara de Arriba y Demetria Delgado, de 87, 68 y 64 a?os, cuidan de los cr¨ªos, sentadas al sol. Uno de sus nietos se acerca pidiendo agua y, como en tantas ocasiones estas semanas, le ofrecen una botella para que no utilice las fuentes. Misma situaci¨®n al hervir alimentos o al lavar tomates o patatas. Al menos, dicen, pueden ducharse o fregar. Sobre el posible peligro de beber el agua, Delgado afirma: ¡°Si te paras a pensarlo, te lo tomas m¨¢s en serio: este mismo verano hemos estado consumi¨¦ndola¡±. Las mujeres reconocen la falta de esp¨ªritu combativo en estas localidades rurales, algo que para De Arriba, residente habitual en Madrid, no ocurre en las ciudades: ¡°All¨ª exigen m¨¢s y quieren sus derechos¡±.
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