La ruta del mercante de los ¡®pellets¡¯, una autopista mar¨ªtima muy transitada y complicada en invierno
El ¡®Toconao¡¯ ha seguido un recorrido por el que pasan 37.000 barcos al a?o y por donde es dif¨ªcil navegar en esta estaci¨®n del a?o debido al mal tiempo y al oleaje
El Toconao, un buque de mercanc¨ªas de tama?o medio, bandera liberiana, una d¨¦cada en servicio, una veintena de personas a bordo y capacidad de transportar 8.700 contenedores ¡ªentre ellos, el que almacenaba los famosos pellets de pl¨¢stico¡ª, sali¨® de Algeciras el 5 de diciembre con el destino del puerto de R¨®terdam, en los Pa¨ªses Bajos. No era un camino raro. Al contrario: la ruta, que rodea la pen¨ªnsula Ib¨¦rica hasta Fisterra para luego doblar al este hacia el canal de la Mancha, es una vieja conocida de todos los marinos mercantes. Una verdadera autopista mar¨ªtima clave en el flujo de productos y materias primas entre Asia y Europa.
Por ah¨ª transitan los portacontenedores que conectan los puertos del Mediterr¨¢neo y el mar del Norte. Es m¨¢s: todos los barcos que desde el poderoso golfo P¨¦rsico enfilan hacia el triunvirato de instalaciones que lideran las cargas y las descargas de la Europa septentrional (Amberes en B¨¦lgica, Hamburgo en Alemania, adem¨¢s de la propia R¨®terdam) pasan s¨ª o s¨ª frente a las costas portuguesas y gallegas. Calcan, milla arriba o abajo, el mismo camino que el Toconao.
Por ese lugar clave de la ruta pasaron en 2022, seg¨²n el Centro de Coordinaci¨®n de Salvamento Mar¨ªtimo de Fisterra ¡ªdependiente del Estado¡ª, 37.195 barcos de todo tipo. Aproximadamente un tercio de ellos con mercanc¨ªas peligrosas. Navegan desde colosos capaces de transportar m¨¢s de 24.000 contenedores hasta barcos de recreo. Son, en total, un centenar largo de barcos al d¨ªa. Menos que en Tarifa (76.065 al a?o) o en el canal de la Mancha (m¨¢s de 150.000), pero un n¨²mero muy considerable.
De cualquier forma, el Toconao no hab¨ªa llegado a Galicia cuando tuvo el accidente. Cuando no llevaba ni tres d¨ªas de traves¨ªa, a las 4.34 del 8 de diciembre, perdi¨® seis contenedores de su carga tras ser golpeado por una ola. Navegaba con rumbo norte, a 40 millas (74 kil¨®metros) de Viana do Castelo (Portugal), que dista 250 kil¨®metros de Fisterra.
Uno de esos contenedores llevaba en su interior alrededor de mil sacos de 25 kilos de pellets de pl¨¢stico. Los otros cinco transportaban rollos de papel film, neum¨¢ticos, barras de aluminio y pasta de tomate, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno en Galicia.
Seis minutos despu¨¦s de que se cayeran los contenedores, el buque emiti¨® un aviso en el que marcaba las coordenadas exactas del suceso. El mensaje ¡ªdirigido a armadores y barcos¡ª lleg¨®, tambi¨¦n, al citado Centro de Coordinaci¨®n de Salvamento Mar¨ªtimo de Fisterra. Era una alerta de seguridad mar¨ªtima, no de contaminaci¨®n, encaminada a evitar que otros barcos chocasen con la mercanc¨ªa flotando a la deriva. As¨ª lo aseguran fuentes del Ministerio de Transportes y Movilidad, que especifican que en la comunicaci¨®n recibida, los tripulantes del Toconao detallaban que la carga se hab¨ªa ca¨ªdo en aguas portuguesas. No revelaban el contenido, tampoco la existencia de alg¨²n tipo de riesgo ambiental, ¡°precisaron que no era mercanc¨ªa peligrosa¡±.
Contenedores ca¨ªdos: algo excepcional
Que se caiga un contenedor de un barco mercante es excepcional. Seg¨²n la ¨²ltima actualizaci¨®n del World Shipping Council, en 2022 se perdieron solo 661 contenedores en todo el planeta, sobre un total de 250 millones transportados. Es decir, el 0,00026%, el porcentaje m¨¢s bajo desde que la patronal de las navieras empez¨® a elaborar la estad¨ªstica, en 2008. ¡°Hay que ponerlo en perspectiva: hay barcos que llevan m¨¢s de 20.000 contenedores, as¨ª que 661 es muy poco¡±, esboza Miquel Serracanta, director de un m¨¢ster de log¨ªstica de la escuela de negocios EAE. ¡°Por muchos amarres que lleven, los que no est¨¢n en la bodega se pueden caer. Lo que me pregunto es c¨®mo un producto como este [pellets de pl¨¢stico] no iba en bodega, por debajo de la l¨ªnea de flotaci¨®n. En ese caso, solo habr¨ªan podido acabar en el mar si se hubiese hundido el barco¡±.
La carga transportada cada a?o en los miles de barcazas de transporte que navegan a lo largo y ancho del mundo est¨¢ valorada en alrededor de siete billones de euros, m¨¢s del doble del PIB de Francia y cuatro veces el de Espa?a. Esa cifra ha crecido exponencialmente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, en paralelo a la globalizaci¨®n: en contra de lo que se suele pensar, no se transportan ¨²nicamente los productos terminados (una prenda de ropa, un ordenador, un coche¡) sino todos los insumos intermedios que hacen posible su fabricaci¨®n.
Todo marino que haya recorrido la Costa da Morte sabe que esta ruta mar¨ªtima, adem¨¢s de muy transitada, no es sencilla en invierno. Las borrascas que nacen en Canad¨¢ atraviesan el Atl¨¢ntico entre noviembre y marzo, batiendo contra la costa portuguesa y gallega. ¡°Aqu¨ª, cuando pega, pega duro¡±, asegura Jos¨¦ Manuel Mu?iz, gallego, con 40 a?os de experiencia en la mar y hoy presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Titulados N¨¢utico Pesqueros. ¡°No es Terranova, ni Escocia, pero ya digo: cuando pega¡¡±.
Mu?iz se acuerda bien ¡ªporque ¨¦l estaba all¨ª¡ª de la gran cat¨¢strofe ecol¨®gica de esta zona, la del petrolero Prestige. Era un mi¨¦rcoles: el 13 de noviembre de 2002. Un d¨ªa en el que se juntaron varios factores negativos: un barco que deber¨ªa haber estado en el desguace, una pol¨ªtica err¨¢tica que pase¨® al buque averiado de un lado a otro y, tambi¨¦n, la acostumbrada mala mar de esa ¨¦poca del a?o en Galicia.
En esas fechas ¡ªy en estas¡ª, las borrascas atl¨¢nticas encrespan el mar y violentan el oleaje. Tanto, que en algunos casos las olas pueden llegar a alcanzar los 15 o 20 metros, embistiendo de costado a los barcos que¡ªcomo el Toconao¡ª llevan rumbo norte. ¡°En situaciones de mala mar, los buques pueden sufrir desniveles de m¨¢s de 20 grados. Y, dependiendo de c¨®mo est¨¦n distribuidos los contenedores en el buque, un golpe de mar se puede llevar parte de la carga¡±, explica ?scar Calvo, director ejecutivo de JCV Shipping.
¡°Es un accidente que puede ocurrir perfectamente, un amarre que est¨¦ mal anclado o que la misma mar se lo lleve¡±, completa Mu?iz. ¡°Lo que me da miedo¡±, a?ade, ¡°es que, si en vez de estos pl¨¢sticos hubiera sido otra cosa a¨²n peor, habr¨ªa llegado tambi¨¦n a la costa. Deber¨ªa haber para estos casos un mando ¨²nico para evitar la politiquer¨ªa¡±.
El d¨ªa del suceso del Toconao, las olas eran de cinco o seis metros y la visibilidad era buena tirando a moderada. La carga, seg¨²n la tripulaci¨®n, se perdi¨® ¡ªprecisamente¡ª por un golpe de mar. Las autoridades portuguesas, tras enterarse del accidente, enviaron una lancha con intenci¨®n de localizar los contenedores perdidos y comprobaron de primera mano que esa noche la mar estaba agitada: tardaron m¨¢s de lo debido en llegar a las coordenadas enviadas por el mercante, que sigui¨® su ruta tras comunicar que no necesitaba asistencia.
Cuando lleg¨® la lancha, no encontr¨® ni rastro de los contenedores. La Direcci¨®n General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Mar¨ªtimos de Portugal alert¨® a las autoridades espa?olas, portuguesas y a la Agencia Europea de Seguridad Mar¨ªtima cinco minutos despu¨¦s de recibir el aviso del Toconao: a las 4.45 horas. As¨ª figura en un documento, al que ha tenido acceso este diario, en el que se advert¨ªa de que la embarcaci¨®n hab¨ªa perdido media docena de recipientes No International Maritime Dangerous Goods, c¨®digo mar¨ªtimo que descarta el transporte de mercanc¨ªas peligrosas.
El 13 de diciembre, cinco d¨ªas despu¨¦s del accidente, Rodrigo Fresco, due?o de un bar en Corrubedo (Ribeira, A Coru?a), encontr¨® sacos con pl¨¢sticos en las playas de su pueblo, a 190 kil¨®metros de Viana do Castelo. Alert¨® al 112, el servicio de Emergencias dependiente de la Xunta, y le contestaron que Salvamento Mar¨ªtimo ya estaba ¡°al tanto¡±. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible aseguran que ¡°es entonces cuando se inicia la investigaci¨®n sobre el posible origen de los pellets¡±.
A partir de ese momento empiezan a contactar con todas las embarcaciones que han advertido alg¨²n tipo de p¨¦rdida de carga: ¡°El d¨ªa 20, el Toconao nos informa de que hab¨ªa extraviado un contenedor con pellets¡±. Era la segunda informaci¨®n que recib¨ªan por parte del buque, en la primera, el d¨ªa del accidente, les hab¨ªan advertido de la ca¨ªda del recipiente, despu¨¦s les especificaron el tipo de material que conten¨ªa. ¡°Autom¨¢ticamente esto se le comunic¨® a los guardacostas de Galicia¡±, explican.
Esta versi¨®n contradice las afirmaciones del presidente gallego, Alfonso Rueda, que argument¨® que nadie les avis¨® de forma oficial de lo sucedido hasta el 3 de enero y que por eso la Xunta no activ¨® el plan anticontaminaci¨®n hasta dos d¨ªas despu¨¦s, el 5 de enero.
El mismo 13 de diciembre, en otra playa vecina, la de Espi?eirido (A Coru?a), una pareja encontr¨® m¨¢s sacos de pellets rotulados con el nombre de la multinacional polaca Bedeko Europe, productora y distribuidora de aditivos y pol¨ªmeros. Aqu¨ª empieza el laberinto de empresas y compa?¨ªas superpuestas que envuelve este vertido y que es moneda com¨²n entre los barcos mercantes internacionales. Un informe t¨¦cnico encargado por la Xunta revela que la firma comercial ¨²ltima de este producto es Coraplast, una firma india vinculada a Bedeko. Esta empresa polaca asegura no tener nada que ver con la fabricaci¨®n de los pellets pero, al mismo tiempo, afirma que estas bolitas de pl¨¢stico ¡°no son un producto t¨®xico porque se utilizan en la fabricaci¨®n de productos que entran en contacto con alimentos¡±.
El Toconao, por su parte, se rige por las leyes de Liberia, pa¨ªs africano que compite en los ¨²ltimos a?os con Panam¨¢ por ver qui¨¦n tiene m¨¢s barcos bajo su jurisdicci¨®n. Crist¨®bal L¨®pez, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n, explica que esta ¡ªcomo la paname?a¡ª ¡°es una de las banderas de conveniencia¡±, usada a veces por los armadores para pagar menos impuestos y evadir las inspecciones m¨¢s exigentes de otros Estados.
El rastro patrimonial del barco es a¨²n m¨¢s confuso que el de los pellets. La armadora es la Polar 3 Ltd., una compa?¨ªa afincada en el para¨ªso fiscal de las Islas Bermudas que, a su vez, est¨¢ gestionada por una firma de servicios mar¨ªtimos: Columbia Ship Management, radicada en Chipre, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional. El propietario de esta ¨²ltima compa?¨ªa es el alem¨¢n Heinrich Schoeller. ¡°Lo que podr¨ªa pasar aqu¨ª es que una de las empresas pantalla intermediarias quiebre y no responda, rompi¨¦ndose la cadena. Adem¨¢s, como algunas entidades est¨¢n radicadas en para¨ªsos fiscales, no tienen por qu¨¦ presentar la documentaci¨®n¡±, explica L¨®pez.
Por si fuera poco, la empresa que se encarg¨® del transporte de los pellets de la compa?¨ªa india es el gigante dan¨¦s de transporte mar¨ªtimo Maersk, que a su vez alquil¨® el mercante a sus due?os: ¡°Los propietarios del buque han designado a especialistas en limpieza para que les ayuden a retirar las bolitas. Tambi¨¦n se est¨¢n recogiendo otros pl¨¢sticos arrastrados por la corriente y que no tienen relaci¨®n con este incidente¡±, aseguran desde la compa?¨ªa danesa. Ecologistas en Acci¨®n ha denunciado en los juzgados de Noia (A Coru?a) ¡°al capit¨¢n, responsable de la carga, y a los propietarios del Toconao¡± por un delito contra el medio ambiente. Solicitan una indemnizaci¨®n de 10 millones de euros al entender que ¡°lo que ha alcanzado la costa es solo la punta del iceberg¡±.
Mientras los pellets llegaban, bolita a bolita, a las playas gallegas, asturianas y c¨¢ntabras, el Toconao segu¨ªa su viaje: tras R¨®terdam ha recorrido los puertos Thames (Reino Unido), Bremerhaven (Alemania), el Pireo (Grecia) y Nemrut (Turqu¨ªa).
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.