Liberia y Panam¨¢, guerra de banderas en alta mar
El pa¨ªs africano arrebata al centroamericano su largo liderazgo de 30 a?os en el abanderamiento de buques, un negocio que despierta controversia por la competencia fiscal y la diferencia de regulaciones
Desde hac¨ªa 30 a?os, Panam¨¢ ostentaba un t¨ªtulo probablemente desconocido para quien no estuviera familiarizado con los asuntos del comercio mar¨ªtimo. Se trataba del pa¨ªs preferido por las navieras para registrar sus barcos. M¨¢s de 8.200 buques usan la bandera paname?a, m¨¢s que ning¨²n otro pa¨ªs en el mundo, pero un competidor feroz lleva a?os amenazando esa supremac¨ªa con unas tasas de crecimiento mucho mayores. Liberia, otro pa¨ªs con salida al mar, cuenta con unas 5.000 embarcaciones, pero alcanz¨® en julio el primer puesto si se compara la capacidad de carga total de los barcos que viajan bajo su pabell¨®n. En este baremo, tanto Panam¨¢ como Liberia suman una cuota de mercado del 16% cada uno, seg¨²n datos publicados por la plataforma de an¨¢lisis Clarkson Research, aunque en su informe la balanza se decanta ligeramente a favor del estado africano.
El adelantamiento cop¨® enseguida portadas en la prensa especializada del sector. Y no ha gustado en Panam¨¢, ansiosa por mantener su trono simb¨®lico en aguas internacionales. Hugo Torrijos, presidente del Consejo Empresarial Log¨ªstico, incluso anunci¨® su intenci¨®n de presentar un plan a los candidatos presidenciales para que se contrate a personal apto ¡°que pueda dedicarse solamente a vender la bandera¡±.
?Por qu¨¦ esta rivalidad? El dinero es un factor. Liberia, con una renta per c¨¢pita de apenas 750 d¨®lares, 20 veces inferior a la paname?a, y una de las m¨¢s bajas del mundo, ha convertido el uso de su bandera en una importante fuente de ingresos, por la cual recauda, seg¨²n algunas estimaciones, unos 20 millones de d¨®lares anuales. La cantidad puede parecer modesta, pero supone en torno al 6% del presupuesto nacional. ?Y por qu¨¦ una naviera danesa, alemana, o griega elegir¨ªa matricular all¨ª sus barcos? De nuevo, una cuesti¨®n de dinero. ¡°?Comerciando con China? Ahorra miles [de d¨®lares] con la bandera liberiana¡±, se publicita en su p¨¢gina web el registro liberiano, que ofrece al visitante una calculadora para saber cu¨¢nto se ahorrar¨ªa si la elige.
Su oficina busca nuevos clientes desde su sede a miles de kil¨®metros de distancia de Liberia, en Virginia (EE UU). Y al frente de la misma, para mayor escarnio, est¨¢ el paname?o Alfonso Castillero, antiguo directivo del registro de su pa¨ªs entre 2001 y 2014, del que ahora se escriben perfiles en los medios locales. Con el orgullo herido, se recuerda que su salida rumbo a la competencia, en retrospectiva vista como un error, se debi¨® a discrepancias con sus superiores. Las autoridades, mientras tanto, justifican el retroceso con que est¨¢n siendo m¨¢s estrictos en las inspecciones, y han depurado de su registro a buques morosos o que han violado las normas internacionales. Aseguran adem¨¢s que est¨¢n en un proceso de modernizaci¨®n y simplificaci¨®n administrativa.
?Menos derechos?
Los territorios de registro m¨¢s populares suelen ser peque?os, lo que hace que los ingresos generados por esta actividad tengan un impacto relevante en sus cuentas. La Federaci¨®n Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF por sus siglas en ingl¨¦s), identifica 44 banderas de conveniencia, entre ellas Gibraltar, Malta, Chipre, Bahamas, Corea del Norte, Sierra Leona o las Islas Marshall ¡ªtercera en la clasificaci¨®n con el 12% de registros¡ª.
Todos ellos son ejemplos de registros abiertos, que a diferencia de los cerrados, no exigen que haya un v¨ªnculo entre la nacionalidad del propietario del buque y el pa¨ªs donde se registra. La ITF cree que eso vuelve m¨¢s probable que se reduzcan los derechos de los tripulantes que trabajan en ellos, porque tienden a ser pa¨ªses con regulaciones menos estrictas. Entre los perjuicios cita salarios m¨¢s bajos, condiciones deficientes, alimentos inadecuados, o menos descanso.
La ITF critica adem¨¢s que los armadores eligen esta v¨ªa para beneficiarse de regulaciones m¨ªnimas en cuestiones ligadas al medio ambiente o la seguridad, tasas de matriculaci¨®n baratas, impuestos bajos o inexistentes ¡ªson considerados algo as¨ª como los para¨ªsos fiscales de los oc¨¦anos¡ª y libertad para contratar mano de obra barata. La mayor¨ªa de marineros a bordo son de nacionalidad filipina o india, que suelen optar por pasar largas temporadas embarcados sin vacaciones para ahorrar lo suficiente, pues al tratarse de pa¨ªses con un nivel de vida menor, tambi¨¦n lo son sus exigencias salariales. ¡°En la ITF creemos que deber¨ªa existir una relaci¨®n aut¨¦ntica entre el armador real de un buque y el pabell¨®n que este enarbole, seg¨²n dispone la Convenci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Los registros con bandera de conveniencia dificultan a los sindicatos, a las partes integrantes de la industria mar¨ªtima y a la opini¨®n p¨²blica hacer responsables a los armadores de sus actos¡±, se?ala la entidad.
Este mismo jueves, la autoridad australiana de seguridad mar¨ªtima (AMSA) prohibi¨® navegar por sus aguas durante un a?o a un barco granelero fletado por la japonesa K Line pero de bandera liberiana tras descubrirse que varios de sus tripulantes llevaban meses sin cobrar. Se les adeudaban unos 70.000 euros, y a uno de los marineros se le oblig¨® a firmar un contrato reduci¨¦ndole el sueldo un 50% pese a tener todav¨ªa en vigor el anterior.
Fuentes de una gran naviera, sin embargo, se?alan que para hacer el proceso m¨¢s simple, en su caso solo utilizan banderas de unos pocos pa¨ªses, entre los que no est¨¢n Panam¨¢ ni Liberia, aunque a veces alquilan buques que s¨ª navegan bajo esos pabellones. Sobre su popularidad, discrepan de las acusaciones vertidas por la ITF: creen que su ¨¦xito se debe a que disponen de una ventanilla ¨²nica, abierta las 24 horas del d¨ªa, siete d¨ªas a la semana, en las principales ciudades mar¨ªtimas del mundo. Y su tiempo de respuesta, a diferencia de lo que sucede con otros no digitalizados y anclados en el pasado, es muy r¨¢pido para resolver cualquier tr¨¢mite.
En los a?os 20 del siglo pasado, los due?os de los buques estadounidenses los registraban bajo bandera paname?a en lugar de la suya propia para poder servir alcohol a los pasajeros a bordo y evitar as¨ª las duras leyes lo prohib¨ªan en aquellos que navegaran bajo pabell¨®n estadounidense. Ahora, los motivos son otros, pero similares en el fondo: la b¨²squeda de menos regulaci¨®n y menos control.
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