Guillermo Pe?alosa: ¡°En los ¨²ltimos 70 a?os hemos hecho ciudades pensando m¨¢s en los coches que en la felicidad de las personas¡±
El creador del concepto de ciudades 8-80 pide adaptar el espacio p¨²blico a todas las edades y asesora a 350 urbes de todo el mundo para hacerlas m¨¢s sostenibles
Muchas urbes parecen excluir a buena parte de sus habitantes: sem¨¢foros que dan pocos segundos para cruzar, aceras min¨²sculas anticarritos, grandes escalones dif¨ªciles para ancianos. Frente a ellas surgen las ciudades 8-80, que proponen que todo el espacio urbano se adapte a ni?os de 8 a?os y mayores de 80. El creador del concepto es Guillermo Pe?alosa (Bogot¨¢, 66 a?os), que en los noventa trabaj¨® como responsable de parques en la capital de Colombia ¡ªdonde impuls¨® espacios p¨²blicos innovadores, como el parque Sim¨®n Bol¨ªvar¡ª y ahora asesora en urbanismo a 350 urbes de todo el mundo para hacerlas m¨¢s sostenibles.
Pregunta. ?Para qui¨¦n est¨¢n pensadas las ciudades?
Respuesta. En los ¨²ltimos 70 a?os hemos hecho ciudades pensando m¨¢s en los carros [coches] que en la felicidad de las personas: no son buenas para la salud mental, f¨ªsica, para el cambio clim¨¢tico, la equidad y la sostenibilidad. Por eso debemos hacer las ciudades radicalmente distintas. Ahora est¨¢n de moda las ciudades de los 15 minutos: hace 100 a?os, antes de que llegaran los carros, todas las urbes eran de 15 minutos. Hasta que la gente se fue a los suburbios [barrios residenciales]. Expandir las ciudades fue un desastre ambiental, econ¨®mico, de salud...
P. Entonces, ?qu¨¦ hacemos?
R. Todo el crecimiento urbano deber¨ªa ser en la mancha urbana actual, la zona ya construida, porque si seguimos expandiendo las ciudades el problema cada vez va a ser m¨¢s grande. En 30 a?os la poblaci¨®n de las grandes urbes de M¨¦xico se ha multiplicado por 2,5, mientras que la mancha urbana creci¨® de 11 a 20 veces. Es imposible expandir a ese ritmo el transporte p¨²blico, el agua, el alcantarillado¡ Es una urgencia poner un l¨ªmite a d¨®nde est¨¢n creciendo las ciudades para densificarlas, que viva m¨¢s gente en la misma ¨¢rea. Melbourne (Australia) tiene un ¨¢rea metropolitana con cinco millones de habitantes que prev¨¦ duplicar; su jefe de arquitectura ha hecho un estudio que muestra que densificando tan solo las grandes arterias con edificios de cinco a ocho pisos podr¨ªan duplicar la poblaci¨®n sin aumentar la mancha urbana actual, y sin tocar parques ni edificios recientes. En los barrios residenciales no hay caf¨¦s, restaurantes, lugares de encuentro, y por eso la gente no camina ni hay buen transporte p¨²blico. Si en esos corredores se eleva la densidad, todas las casas que est¨¢n en la mitad podr¨ªan caminar hasta esos corredores.
P. Pero las zonas residenciales no dejan de crecer.
R. Es terrible pensar que se sigue el modelo norteamericano de zonas residenciales dispersas [suburbs], que ya se ha demostrado que es un desastre. En Canad¨¢ el 80% de las zonas urbanas son casas individuales; el Gobierno federal quiere cambiar las leyes para que la gente pueda subdividir su casa en varias y arrendarlas: eso permitir¨ªa vivir a m¨¢s gente en zonas que ya tienen servicios. Tambi¨¦n se puede hacer con las infraestructuras, que pueden tener usos m¨²ltiples: el colegio puede ser para los estudiantes a diario, pero por las noches y fines de semana puede convertirse en mercado, o lugar colectivo de actividades (baile, cartas, juegos¡). En los ¨²ltimos cinco a?os ha habido una tendencia a crear calles escuela (o calles escolares), v¨ªas cerradas por las que no pasa ning¨²n carro privado: Par¨ªs ha creado m¨¢s de 230 y en Londres son ya 500.
P. ?Qu¨¦ pueden aportar las ciudades 8-80?
R. Tenemos que dejar de construir las urbes como si todo el mundo tuviera 30 a?os y fuera un atleta y crear ciudades para todos. Nuestra vida como adultos mayores ya es un tercio de nuestra vida, pero la mayor¨ªa de las ciudades no se ocupan de este colectivo. Tenemos que hacer cosas para que la gente viva menos sola. Los mayores pueden ser voluntarios en cosas espectaculares, en Arizona fui a un jard¨ªn bot¨¢nico en el desierto, donde tienen 450 voluntarios mayores de 55 a?os, y eso les transform¨® la vida: all¨ª hacen amigos, socializan y hacen planes juntos. Si la gente tiene un prop¨®sito, socializa y tiene actividad f¨ªsica, vive mejor. En cambio, los subsidios para mayores se deber¨ªan eliminar: no deber¨ªan pagar menos por el transporte p¨²blico o el cine, eso se cre¨® hace 50 a?os cuando eran muy pobres. Hoy deber¨ªamos dar subsidios por necesidad, no por edad.
P. ?Y en cuanto a los ni?os?
R. En los barrios residenciales, donde el transporte p¨²blico es malo y no hay carriles bici, los ni?os dependen de sus padres para que los lleven a ver a sus amigos, al cine, a jugar al f¨²tbol. Un ni?o de 10 o 12 a?os deber¨ªa poder ir a cualquier parte de la ciudad andando, en bici o transporte p¨²blico sin depender de un adulto. En EE UU est¨¢n las soccer mom, las mam¨¢s del f¨²tbol, que al final son ch¨®feres de taxi, y ah¨ª surgen muchos conflictos; son el s¨ªntoma de una mala comunidad. Es peor todav¨ªa para los ni?os peque?os de menos de cuatro a?os, que no suelen tener zonas de juegos en los parques, ya que casi todos los juegos son para ni?os m¨¢s mayores.
P. ?C¨®mo ha cambiado la pandemia nuestras urbes?
R. Hubo transformaciones que parec¨ªan muy costosas y se hicieron r¨¢pido: Londres o Par¨ªs hicieron kil¨®metros y kil¨®metros de carriles bici en 10 d¨ªas, demostrando que no era un problema t¨¦cnico ni financiero, sino pol¨ªtico. En Oakland (California), la alcaldesa cre¨® en 24 horas las calles lentas, a las que solo pueden acceder los residentes, y los ni?os empezaron a jugar en esas calles; en San Francisco, convirtieron dos campos de golf en parques p¨²blicos. Adem¨¢s, en cuatro d¨ªas sin coches desapareci¨® la contaminaci¨®n, como si Dios nos hubiera enviado una se?al. ?Usted quiere aire limpio? Esta es la soluci¨®n. Uno de los problemas graves es que muchas ciudades est¨¢n regresando a 2019: en vez de venir a 2024 con ideas nuevas, est¨¢n regresando al pasado porque se sienten m¨¢s c¨®modas en ese pasado.
P. ?Por qu¨¦ los cambios en movilidad generan tanta resistencia?
R. Cambiar es dif¨ªcil en todas partes, pero el inter¨¦s general tiene que prevalecer. ?Por qu¨¦ el inter¨¦s general es tener coches aparcados y no aumentar las aceras? El coste de no hacer nada es muy muy alto. Yo sugiero a los alcaldes centrar el cambio en los beneficios: si quieren promover la bicicleta no hablen de bicicletas, sino de salud mental, salud f¨ªsica, calidad del aire¡ La bicicleta es el medio, no es el fin. Otra idea es hacer muy r¨¢pido un plan piloto para mostrar c¨®mo va a quedar: en un fin de semana pones unos bolardos y unos bancos y dices que si no funciona en un a?o lo quitas; a las cuatro o cinco semanas la gente se ha olvidado de que hab¨ªa carros, y al a?o siguiente ya puedes meter el dinero para hacer una obra grande.
P. ?Pasa igual con los carriles bici?
R. Es m¨¢s complicado, porque para que funcionen hay que crear una red. Si solo haces dos kil¨®metros que no conectan con nada, no se van a usar: es como construir una cancha de f¨²tbol y hacer solo una porter¨ªa. En Sevilla, donde casi nadie usaba la bicicleta (0,6% de los viajes), se hicieron 150 kil¨®metros de carriles en una legislatura y mucha gente se subi¨® a la bici. En Par¨ªs, la alcaldesa Anne Hidalgo ha construido cientos de kil¨®metros de carriles bici, mientras en Espa?a he visto varias ciudades que los est¨¢n eliminando.
P. Usted impuls¨® en Bogot¨¢ las ciclov¨ªas de los domingos. ?En qu¨¦ consisten?
R. Hab¨ªa un programa peque?o ¡ªy solo en barrios ricos¡ª, por el que se cerraban al tr¨¢fico 15 kil¨®metros de calles los domingos y festivos. Yo quer¨ªa llevarlo a los barrios pobres y que los ricos y los pobres se encontraran entre iguales: en cuatro a?os los convertimos en el parque temporal m¨¢s grande del mundo, con 121 kil¨®metros de calles cerradas al tr¨¢fico donde 1,3 millones de personas salen cada domingo, caminan, usan la bicicleta, corren, conversan, hacen compras¡ Es importante que las ciudades sean divertidas pero adem¨¢s es un programa de integraci¨®n social, donde se encuentran todos ni?os, j¨®venes, adultos, viejos, personas con discapacidad, ricos, pobres, y se encuentran como iguales. Las bicicletas no diferencian y los zapatos tampoco. Estoy llevando la idea a otras urbes: en Toronto las llaman calles de verano, y en Guadalajara (M¨¦xico), v¨ªa recreativa. Cuando empec¨¦ a probarlo en la India no exist¨ªa y hoy se hace en m¨¢s de 50, y tambi¨¦n est¨¢ en muchas capitales de Am¨¦rica Latina.
P. ?Qu¨¦ le parecen las supermanzanas de Barcelona?
R. Son espectaculares, est¨¢n transformando la ciudad. Adem¨¢s, Barcelona cre¨® un centro de estudio para que otras ciudades del mundo miren lo que se est¨¢ haciendo y lo adapten. Las ciudades tienen que ser generosas, mostrar lo que funciona a otras para que aprendan y lo copien. Por ejemplo, un hermano m¨ªo [Enrique Pe?alosa] fue alcalde de Bogot¨¢ de 2016 a 2019 y cre¨® un plan para iluminar 1.160 parques de barrio. La polic¨ªa y una universidad hicieron un estudio y mostraron que en esas zonas mejor¨® la seguridad y disminuy¨® el consumo de droga y las pandillas. Es importante contar el impacto de este tipo de medidas.
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