A la caza de 1.000 ciervas, gamas, corzas y cr¨ªas en Arag¨®n: de d¨ªa, de noche y en veda
La medida divide a alcaldes y vecinos de la reserva de caza Montes Universales, donde se aplica para frenar los da?os agr¨ªcolas que provocan
Desde el 1 de mayo, los cazadores de la reserva de caza de los Montes Universales, administrada por el Gobierno de Arag¨®n (una coalici¨®n entre el PP y Vox), pueden abatir hembras de ciervo, gamo, corzo, jabal¨ª y cr¨ªas del a?o que se encuentren en las fincas de cultivo, hasta llegar a un total de 1.000 animales. Se les permite hacerlo a cualquier hora del d¨ªa y la noche, desplazarse en sus veh¨ªculos y disparar a pie de ellos, llevar el arma sin enfundar en el coche, pero con la rec¨¢mara vac¨ªa y usar visores t¨¦rmicos, unas condiciones que no son habituales en el mundo de la caza. Arag¨®n ha puesto en marcha esta medida extraordinaria, que estar¨¢ vigente hasta el dos de junio, en temporada de veda, en un momento en el que las hembras est¨¢n pariendo o a punto de hacerlo, lo que ha provocado reacciones en contra. El objetivo es ¡°disminuir los da?os agr¨ªcolas¡± que provocan estas especies, sobre todo los ciervos debido a su abundancia, indica el plan en vigor. Se han inscrito 124 cazadores, que han eliminado hasta ahora a unos 600 animales.
Andr¨¦s Hern¨¢ndez Barrera, alcalde del municipio de Calomarde, de 70 habitantes, y cazador, est¨¢ de acuerdo con las medidas de control porque hay que ¡°quitar animales por la sobrepoblaci¨®n¡±, pero de otra manera. ¡°?Qu¨¦ es eso de enviar dos personas [los cazadores deben ir en parejas] con el rifle, sin la supervisi¨®n de los agentes para la protecci¨®n de la naturaleza?¡±, se pregunta el regidor del PP.
En la reserva de caza, la mayor de Arag¨®n con alrededor de 50.000 hect¨¢reas, siempre han existido controles poblacionales, pero ¡°con batidas organizadas en invierno de vecinos, durante la temporada de caza, y con vigilancia de los agentes de la reserva, porque se trata de no arrasar¡±, a?ade el alcalde. A pesar de las reticencias, es una de las personas que se ha apuntado a las cuadrillas, porque prefiere hacerlo ¨¦l que conoce el entorno y c¨®mo actuar ¡°a que venga gente de fuera¡±. Adem¨¢s de este m¨¦todo, se organizan salidas selectivas que llevan a cabo los agentes forestales para eliminar a m¨¢s ejemplares.
En cada uno de los 13 pueblos de la reserva se han autorizado otros a?os cuatro batidas, con un m¨¢ximo de 20 piezas a abatir, lo que da 1.040 animales. A esto hay que sumar el permiso excepcional de este mes de mayo. ¡°Pero, adem¨¢s, con una diferencia fundamental, que las batidas se llevan a cabo en ¨¦poca de caza [de septiembre a febrero] y con la custodia de responsables de la reserva¡±, a?ade Jorge Hern¨¢ndez, concejal socialista de Bronchales, otro de los municipios del entorno. ?l tambi¨¦n est¨¢ de acuerdo en que es necesario poner coto al aumento de los venados y pagar los da?os a los agricultores, pero no con esta ¡°aberraci¨®n¡±, porque ¡°est¨¢n en plena ¨¦poca de cr¨ªa¡±.
Diego Puerto, alcalde de Noguera de Albarrac¨ªn, de 130 habitantes, y agricultor, lo ve desde otra perspectiva. Est¨¢ completamente a favor: ¡°Es una medida que se deber¨ªa haber tomado hace tiempo por los da?os que causan los ciervos, de mis campos se comen 60 euros diarios¡±. Este a?o, el Gobierno regional ha aumentado la ayuda a 175 euros por hect¨¢rea da?ada, ¡°pero eso no da ni para el gasoil y hay personas que est¨¢n abandonando¡±, sostiene el edil del PP. Espera que la orden de caza actual aleje a los ciervos de su cereal, al menos durante un tiempo.
El director general de Caza y Pesca del Gobierno de Arag¨®n, Jorge Valero, de Vox, explica que se tom¨® esta decisi¨®n con el objetivo de involucrar a los cazadores locales, ¡°para que sientan que forman parte de la reserva¡±. Rechaza las declaraciones del PSOE, que considera que esta caza, sin ning¨²n tipo de control y con medios que no se permiten en temporada de caza (con visores t¨¦rmicos para la noche, coches, sin pagar y con la posibilidad de vender piezas), fomenta el furtivismo debido a la falta de vigilancia.
¡°Damos precintos [una pieza que se pone al animal para identificarlo] que se deben colocar a las reses en el lugar donde se abaten, adem¨¢s de que tienen obligaci¨®n de enviar fotos georreferenciadas con fecha y hora¡±, enumera. Apunta, adem¨¢s, que el Seprona de la Guardia Civil y los agentes de protecci¨®n de la naturaleza pueden intervenir para comprobar si se cumple la normativa, aunque no acompa?en a los cazadores.
El valor de la carne de venado
Unos requisitos insuficientes para Ricardo S¨¢ez, vecino de Bronchales ¡°de siempre¡±. No es aficionado a la caza, pero conoce muy bien el ambiente. Es propietario de una empresa que compra la carne de las reses que se abaten. ¡°[De estas] no hemos querido saber nada, porque estamos totalmente en contra de esta pol¨ªtica¡±, precisa. Opina que quien ha decidido dar este paso no conoce de lo que est¨¢ hablando. ¡°No puedes dejar a unos cazadores por ah¨ª, sin l¨ªmite de capturas; no todos tienen la misma conciencia¡±, comenta. ?l no est¨¢ en contra de cazadores ni de agricultores, ¡°a los que hay que pagar los da?os, que todos sabemos que existen¡±.
Pero, a?ade, ¡°si a los cazadores le das permiso para acabar con ciervos sin l¨ªmite y encima les dices que la carne es para ellos, alguno se puede sentir impune y abatir lo que no debe¡±. La orden permite a las cuadrillas vender dos de las piezas que capturan cada d¨ªa y el resto destinarlo al autoconsumo, sin pagar nada. ¡°Una hembra puede pesar entre 50 y 60 kilos y la carne se vende a una media de 1,80 euros¡±, indica S¨¢ez. Con este sistema, los ayuntamientos no ingresan dinero, como s¨ª ocurre con los m¨¦todos tradicionales de control de poblaci¨®n (trofeo, batidas y caza selectiva). Con el sistema de batidas, los ayuntamientos ingresan una cantidad por la carne de los venados capturados que gestiona el Gobierno de Arag¨®n. En este momento est¨¢n pendientes de recibir 150.000 euros, a repartir entre los pueblos de la reserva, de los ¨²ltimos cinco a?os. No es la ¨²nica fuente de ingresos, el a?o pasado, se lleg¨® a abonar 6.000 euros por un trofeo de ciervo y 1.500 por uno de corzo (se conoce como trofeo a partes especiales de los animales que pueden llevarse a casa para preservar, como por ejemplo la cornamenta), indica Andr¨¦s Hern¨¢ndez, alcalde de Calomarde.
La mirada de Ricardo Almaz¨¢n es completamente distinta. Regenta La Maleza, un parque en el que acoge a animales que no sobrevivir¨ªan en la naturaleza por estar acostumbrados al hombre u otras razones. ¡°Siempre estamos con que hay muchos ciervos, pero yo no he podido encontrar ning¨²n estudio con la carga que puede soportar la sierra de Albarrac¨ªn¡±, expone. No est¨¢ en desacuerdo con quitar alg¨²n animal, pero no anteponiendo la econom¨ªa al medio ambiente. ¡°?Qu¨¦ queremos vender, solo la caza?¡±, se plantea. ¡°Hagamos un aprovechamiento real de la fauna salvaje, de avistamiento, de fotograf¨ªa y que ese dinero revierta a los agricultores¡±, propone.
No siempre hubo tanto venado en la zona. En 1962 se reintrodujo la especie con 21 ciervos. Sin enemigos naturales y protegido por el hombre, se multiplic¨® con rapidez, indica un informe de la reserva del Centro de Estudios de la Comunidad de Albarrac¨ªn. Adem¨¢s, algunos ejemplares alcanzaron un desarrollo corporal y de trofeo inusual en su lugar de procedencia, llegando a los 200 kilos de peso. El informe destaca que entre 1979 y 1980 ¡°se llevan a cabo severas medidas de control poblacional¡±, para reducir su n¨²mero a la mitad y dejar unos 600 ejemplares en aquellos a?os. Sin embargo, en la actualidad se estima que la cifra de poblaci¨®n puede encontrarse en unos 2.500 ejemplares.
Christian Gort¨¢zar, investigador del Instituto de Investigaci¨®n en Recursos Cineg¨¦ticos (IREC-CSIC), plantea que la caza es necesaria, ¡°porque es imposible que los ungulados lleguen a autorregularse cuando les estamos dando de comer [con los cultivos o en cotos privados de caza]. Puedes tener equilibrio en Yellowstone, pero no en estos lugares tan antropizados¡±. Y en una reserva de caza como la de los Montes Universales, ¡°si la poblaci¨®n se ha disparado, se lleva a cabo un control, pero de forma seria, estudiada y bien aprovechada¡±, sostiene.
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