Un abono ¨²nico para todo el transporte p¨²blico de Espa?a con el que combatir el cambio clim¨¢tico

El cambio clim¨¢tico es, sin duda, uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos como sociedad y el transporte p¨²blico uno de los ant¨ªdotos m¨¢s poderosos para luchar contra ¨¦l. Por eso, en la Semana de la Movilidad que empieza este lunes, desde Greenpeace queremos poner el foco en esto.

Alrededor del 30,7% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en Espa?a provienen del sector del transporte y la movilidad. Este porcentaje no deja de crecer. El uso intensivo del coche privado, alimentado por combustibles f¨®siles, es una de las principales causas de estas emisiones. De hecho, un 28,4% del total de GEI provienen del transporte por carretera. Adem¨¢s, el transporte consume un 39% de la energ¨ªa final del pa¨ªs y la mayor parte de esta energ¨ªa procede del petr¨®leo que importamos en su totalidad. Esta es la magnitud del problema al que nos enfrentamos y es necesario abordar. Por eso, si queremos alcanzar los objetivos de neutralidad clim¨¢tica cuanto antes, la descarbonizaci¨®n del transporte es clave.

Hace unos d¨ªas el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, dec¨ªa ¡°m¨¢s transporte p¨²blico y menos Lamborghinis¡±. Estamos de acuerdo, pero c¨®mo lo hacemos. El transporte p¨²blico, cuando es asequible y est¨¢ bien organizado, tiene un impacto directo en la vida de las personas y en el planeta. Un buen sistema de transporte reduce las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, disminuye la congesti¨®n del tr¨¢fico, mejora la calidad del aire y, por tanto, la salud de las personas. Pero tambi¨¦n ahorra tiempo y dinero a quienes lo usan y al sistema, y mejora las oportunidades laborales y de estudios. Una movilidad asequible, accesible, segura, conectada y respetuosa con el clima debe ser un derecho.

Los actuales descuentos han sido una buena experiencia piloto que ha funcionado. El n¨²mero de personas que utilizan el transporte p¨²blico no para de crecer. Ahora, es necesario tomar medidas para que el transporte p¨²blico sea asequible, m¨¢s intuitivo y f¨¢cil de usar de forma permanente.

Por eso desde Greenpeace reclamamos la puesta en marcha de un abono ¨²nico de transporte, que hemos llamado T-Lleva. Este abono ¨²nico permitir¨ªa a los usuarios y usuarias acceder a todos los modos de transporte p¨²blico (autobuses, trenes, tranv¨ªas, metros, bicis, etc¨¦tera) en todo el Estado, con una tarifa plana (que podr¨ªa oscilar de 30 a 49 euros al mes), facilitando la interoperabilidad entre los diferentes sistemas y eliminando las barreras tarifarias y administrativas entre regiones y comunidades. Esto no solo fomentar¨ªa una mayor adopci¨®n del transporte p¨²blico, sino que facilitar¨ªa los desplazamientos en un pa¨ªs donde el coche sigue siendo protagonista fuera de las grandes ciudades.

Una encuesta que hemos realizado hace unos d¨ªas lo deja claro: un 75% de las personas encuestadas considera que ser¨ªa ¡°muy ¨²til¡± para facilitar sus desplazamientos y aumentar el uso del transporte p¨²blico. Con un abono ¨²nico de transporte a precio asequible, los usuarios y usuarias pueden conocer el precio de antemano y permanente. Es necesario que haya un precio garantizado para generar seguridad a las personas, as¨ª como capacidad de planificaci¨®n en la econom¨ªa familiar, de la que el gasto en transporte puede suponer hasta un 12% del presupuesto familiar, el tercer gasto en importancia.

Ingresos sostenibles

Adem¨¢s, con el abono ¨²nico asequible se generar¨ªa ingresos sostenibles para el mantenimiento y mejora del sistema. El transporte p¨²blico requiere inversiones constantes para aumentar la oferta, mejorar la calidad del servicio, aumentar las frecuencias, digitalizar las plataformas y garantizar la interoperabilidad. Al tener un sistema de abonos, la ciudadan¨ªa paga una tarifa plana asequible que permite a las administraciones p¨²blicas mejorar la oferta y la calidad del servicio.

El objetivo debe ser que los diferentes modos de transporte est¨¦n coordinados y se avance hacia una red interoperable, que fomente la intermodalidad [usar varios medios de transporte en el mismo trayecto] y nos permita movernos f¨¢cilmente por todo el pa¨ªs, usando distintos medios sin complicaciones. Y no, no es imposible, es ya una realidad en pa¨ªses como Austria y Alemania, donde la eliminaci¨®n de barreras administrativas, la facilidad para planificar los trayectos y la accesibilidad para todos los grupos sociales han sido elementos claves en su ¨¦xito.

Por otro lado, hay que eliminar las subvenciones a los modos m¨¢s contaminantes. Por ejemplo, Espa?a dej¨® de ingresar m¨¢s de 4.000 millones de euros en 2022 a causa de las exenciones fiscales de las que disfruta el sector de la aviaci¨®n. Como siempre, se necesita una combinaci¨®n de medidas de empuje y de atracci¨®n para que el abono tenga un mayor impacto en la protecci¨®n del clima. Ambas van de la mano.

En esta Semana Europea de la Movilidad, nuestra propuesta es clara: necesitamos un abono ¨²nico de transporte p¨²blico para todas las personas. La mejora sustancial de la calidad y oferta del transporte p¨²blico, aumentar las frecuencias, mejorar la puntualidad, el tiempo de viaje y la fiabilidad son fundamentales para que la ciudadan¨ªa perciba el transporte p¨²blico como una alternativa viable al coche privado y consigamos que se utilicen modos menos contaminantes. La gente lo est¨¢ pidiendo, los datos lo respaldan, y otros pa¨ªses ya lo est¨¢n haciendo. Ahora es el momento de convertir las palabras en hechos y garantizar una movilidad sostenible para todas las personas, porque un buen transporte p¨²blico nos da la vida.