Ya vale de lamentos con Trump, hay que actuar
El ant¨ªdoto contra el fanatismo negacionista de la emergencia clim¨¢tica es la cooperaci¨®n y el compromiso en la transici¨®n ecol¨®gica

En Arag¨®n usamos la palabra ¡¯apabilado¡¯ para referirnos a alguien que est¨¢ aturdido y sin capacidad para reaccionar. Millones de personas de todo el mundo estamos todav¨ªa digiriendo la toma de posesi¨®n de Donald Trump y sus primeras decisiones. Nos hemos quedado apabilados.
Hay muchas cosas que comentar de sus palabras y sus acciones. Yo solo me voy a centrar en su empe?o por volver a la era de los combustibles f¨®siles, en ignorar los hechos del calentamiento global y la voz de la ciencia.
Tenemos muchas razones para estar desconcertados, aturdidos y pasmados. Pero ¨¦l est¨¢ desencadenado, y no para de firmar y firmar nuevas ¨®rdenes. Por tanto, ya vale de aturdimiento, ya vale de estar pasmados o apabilados. Hay que hacer, hay que actuar.
Algunas de las cosas que podr¨ªamos hacer:
- Evidenciar el hecho de que la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n mundial, tambi¨¦n la de Estados Unidos, cree que hay cambio clim¨¢tico, cree que se debe a la acci¨®n humana y cree que podemos y debemos actuar para frenarlo y adaptarnos. La encuesta mundial de voces por el clima del a?o 2024 del PNUD (73.000 personas de 77 pa¨ªses entrevistadas) puso de manifiesto que el 89% de los preguntados quer¨ªa mayor acci¨®n clim¨¢tica por parte de sus gobiernos. La pol¨ªtica clim¨¢tica de Trump es el empecinamiento fan¨¢tico de una minor¨ªa.
- Construir relaciones de cooperaci¨®n y alianzas multiactor entre los agentes sociales, econ¨®micos e institucionales que est¨¢n comprometidos con la acci¨®n clim¨¢tica. En los conflictos gana quien m¨¢s aliados logra. Dado que el gobierno de Trump ¡ªsalvo su corte de aduladores¡ª se est¨¢ enfrentando a la pr¨¢ctica totalidad de los gobiernos y sectores de la poblaci¨®n del mundo, construir estas alianzas no es tarea dif¨ªcil.
- Estrechar las relaciones con todas las empresas que est¨¢n produciendo bienes y servicios beneficiosos para la transici¨®n ecol¨®gica. Son muchas y est¨¢n creciendo de forma imparable. El inter¨¦s general coincide con su inter¨¦s particular. El futuro econ¨®mico y la competitividad de las empresas europeas no est¨¢ en volver la vista atr¨¢s, hacia las tecnolog¨ªas de ayer.
- Hacer pedagog¨ªa masiva para mostrar que la salida verde es la que aporta m¨¢s seguridad, m¨¢s empleo y m¨¢s bienestar a la humanidad y a Europa, hu¨¦rfana de combustibles f¨®siles y muy dependiente y fr¨¢gil en la econom¨ªa del petr¨®leo.
- Explicar m¨¢s y mejor que no tendremos vida saludable en un planeta enfermo. El cambio clim¨¢tico, la contaminaci¨®n, el da?o suicida a la naturaleza tiene una gran v¨ªctima: las personas, nuestra salud.
- Explicar m¨¢s y mejor que las energ¨ªas renovables, como todo en la vida, tienen problemas, pero que los combustibles f¨®siles son EL problema.
- Promover la transici¨®n cultural. Todav¨ªa hay mucha gente que cree que la transici¨®n es un tema de cambiar el hardware de la era de los combustibles f¨®siles. Eso es insuficiente: es fundamental cambiar tambi¨¦n el software, nuestro estilo de vida. Para eso hay que promover una seducci¨®n masiva de almas.
- Usar el dinero para reconocer a las empresas comprometidas con la causa clim¨¢tica (consumo responsable, compras p¨²blicas, inversi¨®n socialmente responsable). Si las empresas verdes florecen, las empresas ¡°marrones¡± se agostar¨¢n.
- Lograr que quienes deniegan el auxilio a la humanidad ante esta emergencia clim¨¢tica de crecientes cat¨¢strofes ambientales paguen por su falta de acci¨®n a sabiendas del da?o que su ¡°pecado de omisi¨®n¡± comporta.
- Promover la colaboraci¨®n entre territorios ¡ªregiones, provincias, municipios y biomas¡ª que s¨ª se corresponsabilizan de los problemas globales, como el cambio clim¨¢tico, y construyen relaciones de cooperaci¨®n, intercambio y comercio internacional ben¨¦fico. Es necesario construir esas relaciones de colaboraci¨®n mutua, especialmente con los territorios que est¨¢n dentro de Estados-Naci¨®n que se niegan a asumir de forma corresponsable sus obligaciones como buenos vecinos del mundo. De hecho, hay que recordar que el 68% de la econom¨ªa de Estados Unidos sigue comprometido con la acci¨®n clim¨¢tica global.
- Hacer m¨¢s Europa. La Uni¨®n Europea no nace para fastidiar a Estados Unidos, como dice Trump. Nace como un ant¨ªdoto para superar el sangriento enfrentamiento b¨¦lico entre europeos en el siglo XX. Tal y como est¨¢ planteando las cosas la administraci¨®n Trump, los europeos nos unimos o nos hundimos.
- Despolarizar y racionalizar el debate clim¨¢tico. El mundo de Trump y sus aduladores es un mundo de blanco y negro, de buenos y malos, de insultos y de mala educaci¨®n. Hay que tener templanza y no contribuir a la polarizaci¨®n que practican. Los valores conservadores no son contradictorios con la acci¨®n clim¨¢tica. Hay que defender la transici¨®n justa hacia una econom¨ªa neutra en carbono con las razones y las emociones adecuadas. Hay iniciativas para civilizar nuestras conversaciones sobre el cambio clim¨¢tico. Es el momento.
- Implicar a las religiones en esta transici¨®n cultural. Las principales religiones han dicho que hay que proteger la obra de Dios, la naturaleza. Es hora de que utilicen toda su capilaridad para explicar que los otros seres vivos son tambi¨¦n nuestros hermanos y que debemos ser buenos antecesores de nuestros hijos y de los nietos de nuestros nietos.
Volver a la era de los combustibles f¨®siles, como afirm¨® recientemente Katharine Hayhoe, es como si, ante la aparici¨®n de los primeros autom¨®viles, algunos pa¨ªses se hubieran propuesto volver a utilizar caballos como medio de transporte. La apuesta de Trump es una apuesta condenada al fracaso. La tarea es lograr que cause el menor da?o posible.
Un gran signo de esperanza, y tenemos que entrenar la mirada para ver estos signos de esperanza, es que nunca en la historia de la humanidad ha habido tanto talento y tantas voluntades de acuerdo en que, al fin, hay que construir una econom¨ªa que haga las paces con el planeta. Como dijo Virgilio, ¡°pueden quienes creen que pueden¡±. La aparici¨®n de este fanatismo anticlim¨¢tico no debe menguar nuestra determinaci¨®n ni nuestra esperanza.
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