?Jugamos a robar un cuadro?
El museo Munch de Oslo vende en su tienda un juego de mesa que recrea la sustracci¨®n de 'El grito', la emblem¨¢tica obra hurtada el pasado a?o de una de sus salas
Dos ladrones entran en el museo Munch de Oslo con la intenci¨®n de sustraer El Grito, el cuadro emblem¨¢tico de la pinacoteca. Simult¨¢neamente, dos detectives intentan impedirlo. La escena no pertenece a una pel¨ªcula sobre el sonado robo de la obra de arte, que salt¨® a las primeras de todos los diarios del mundo en agosto de 2004. Es el argumento de un juego de mesa que se vende ya con gran ¨¦xito, y no sin cierta pol¨¦mica, en la tienda de regalos del propio museo. Seg¨²n informa la web de BBC los responsables de la galer¨ªa defienden la "inocencia" del producto e incluso alaban sus virtudes pedag¨®gicas.
"Es una manera divertida para aprender sobre la diversidad de la creaci¨®n art¨ªstica", ha asegurado Magnus Skrede, jefe de Aschehoug's, la compa?¨ªa distribuidora del juego. Skrede recuerda que el que el producto incluye 36 cartas que muestran otras tantas obras de arte exhibidas en el museo, lo que permite a los m¨¢s j¨®venes conocer los tesoros expuestos en el Munch de una forma divertida. Un valor cultural no incompatible con su inter¨¦s como negocio, pues la venta de los 5.000 ejemplares distribuidos permitir¨¢ a su compa?¨ªa embolsarse dos millones de coronas, unos 250.000 euros.
En la misma l¨ªnea, Jorunn Christoffersen, portavoz de la pinacoteca ha asegurado que "aunque algunos pueden encontrar horrible la idea de este juego [recomendado para ni?os de m¨¢s de seis a?os] desde el museo se ven las cosas de forma totalmente distinta". Pero este entusiasmo no es un¨¢nime. Kare Berntse, director art¨ªstico de la galer¨ªa de arte que lleva su nombre en Oslo, ha afirmado, en declaraciones recogidas por la BBC en su p¨¢gina web, que en principio considera el juego "de mal gusto" y que lo desaprueba porque "contribuye a trivializar un drama nacional e internacional mientras el cuadro sigue desaparecido.
El cuadro fue robado junto a Madonna, otra obra de Munch. En una audaz actuaci¨®n dos enmascarados armados con pistolas irrumpieron en el edificio hacia las 11 de la ma?ana del 22 de agosto de 2004 y, tras reducir al personal, descolgaron r¨¢pidamente los cuadros ante la estupefacci¨®n de los presentes, salieron tranquilamente por la puerta y huyeron en veh¨ªculo marca Audi. Un golpe maestro que dur¨® apenas 30 segundos.
Desde entonces el museo, situado en el centro de Oslo, ha reforzado su seguridad con medidas similares a las de los aeropuertos, con esc¨¢neres y detectores de metales. La polic¨ªa noruega ha imputado a seis personas pero ninguna de ellas ha sido a¨²n juzgada por el robo de esta obra maestra del expresionismo, valorada en 62 millones de euros y que no estaba asegurada.
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