Odiseo es ¨¦l
Mario Vargas Llosa se convierte en actor en el Teatro Romano de M¨¦rida junto a Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n
El Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida, vivi¨® la noche del pasado jueves uno de sus momentos hist¨®ricos con el estreno de Odiseo y Pen¨¦lope, una versi¨®n minimalista que el escritor Mario Vargas Llosa no s¨®lo ha escrito, sino que se ha atrevido a interpretar, junto a Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, bajo la direcci¨®n de Joan Oll¨¦ y con un bello y sugerente espacio esc¨¦nico creado por el pintor y escen¨®grafo Frederic Amat. Todo al servicio de esta historia hom¨¦rica que el autor peruano define como "un mundo de cuentos y de apetitos en libertad". Respetados los grandes episodios del poema Vargas Llosa confiesa "me he tomado libertades con el texto cl¨¢sico y he evitado la tentaci¨®n arqueol¨®gica".
El espect¨¢culo puso en pie a los m¨¢s de dos mil espectadores asistentes. Antes hab¨ªan guardado, durante m¨¢s de hora y media, un sobrecogedor silencio digno de la Maestranza. A todo sobrevivi¨® Vargas Llosa, quien experiment¨® lo que muchos definen como placer morboso y casi sadomasoquista del revolotear de mariposas dentro del est¨®mago producido por el miedo esc¨¦nico, que en su caso y confesado por ¨¦l, en realidad fue un terrible pavor. Y es que en esta ocasi¨®n el escritor no se enfrascaba en una lectura dramatizada, como con La verdad de las mentiras, su anterior y ¨²nica experiencia esc¨¦nica. Aqu¨ª, tal y como anunci¨® d¨ªas atr¨¢s Oll¨¦, hab¨ªa una puesta en escena y Vargas Llosa ha hecho el esfuerzo a?adido de aprenderse casi todo de memoria y someterse a la disciplina del director que desplaza a los actores por todo el escenario.
Debutar en el Teatro Romano de M¨¦rida es algo que produce p¨¢nico al m¨¢s experimentado actor, o si no que se lo pregunten a S¨¢nchez-Gij¨®n que andaba desde d¨ªas antes del estreno agarr¨¢ndose el est¨®mago. Si encima el debutante lo es tambi¨¦n en el terreno de la interpretaci¨®n, la prueba es herc¨²lea. De ah¨ª que Vargas Llosa afirmara la noche del estreno y de manera contundente: "Por fin s¨¦ lo que es dar a luz, estoy seguro de que lo que he hecho me ha dejado en el mismo estado ps¨ªquico, y en parte f¨ªsico, en el que se tiene que quedar una parturienta, adem¨¢s reivindico que lo m¨ªo tambi¨¦n ha sido con dolor y sin anestesia, pero ahora todo es muy gozoso..., lo dicho ha sido un parto".
Pero cuando todo hab¨ªa terminado, y sabedores de que la noche hab¨ªa sido un ¨¦xito, los responsables de esta aventura esc¨¦nica brindaban detr¨¢s el escenario y Vargas Llosa mostraba una alegr¨ªa saltarina, juvenil que eclipsaba lo que las hemerotecas dicen. Que tiene 70 a?os. Hab¨ªa superado la prueba "la m¨¢s temeraria que he realizado en mi vida". El domingo ser¨¢ la ¨²ltima funci¨®n y, como una reci¨¦n parida, Vargas Llosa tambi¨¦n se desprender¨¢ de su apariencia odiseica, ya que el lunes tiene previsto afeitarse una barba que se ha dejado para meterse a¨²n m¨¢s en el personaje.
Pero lo realmente importante ocurri¨® en el escenario. Lo utiliza en su totalidad Amat, que lo ha convertido en un extra?o mar de atriles con una pasarela de madera casi id¨¦ntica a las que muchas veces se encuentran en las orillas del mar. All¨ª Odiseo/Mario fue relatando su periplo a Pen¨¦lope. Para ello no se recurri¨® a lo obvio, pues se supone que el narrador tendr¨ªa que ir impostando voces, dramatizando vehementemente, gesticulando con grandilocuencia. No. Oll¨¦ y sus actores optaron por susurrar (m¨¢s que contar) aventuras, cargarlas de fuerza po¨¦tica, de una serenidad esc¨¦nica tan s¨®lo rota por los mosaicos de sombras que Amat iba creando en directo (ayudado por la t¨¦cnica), como tapices penel¨®picos, bajo los cuerpos de los actores y por la m¨²sica del desaparecido Manos Hadjidakis.
En realidad lo que se vio era una forma de relato que puede entenderse as¨ª trat¨¢ndose del lecho de dos amantes, cuyos cuerpos acaban de explosionar, pero queda por vaciar la urgencia de respuestas a preguntas hechas durante dos d¨¦cadas. Los actores sirvieron con eficacia a este objetivo y el texto era un gran regalo que mostraba, en toda su inmensidad, el poder del teatro de la palabra. Una palabra que se podr¨¢ disfrutar con la lectura cuando el C¨ªrculo de Lectores publique la obra, tal y como tiene previsto hacer en los pr¨®ximos meses.
Vargas Llosa utiliza la misma estructura hom¨¦rica de este poema griego escrito en veinticuatro cantos entre los siglos IX y VIII (a. de C.) y en el que se cuenta el regreso de Odiseo/Ulises a ?taca, su isla natal de la que parti¨® para luchar en Troya. La acci¨®n de La Odisea, al igual que la de La Iliada, transcurre en un n¨²mero de d¨ªas muy limitado, cuarenta, pero dentro de la obra aparecen las ver¨ªdicas o fantaseadas aventuras de Odiseo (casi todas relatadas a la corte de Alcinoo) durante sus diez a?os de peregrinaje. Vargas Llosa, en su versi¨®n "minimalista" lo deja todo en una noche y su ¨²nica interlocutora es Pen¨¦lope (Aitana) quien, para ayudarle en su relato y sus flash-backs, se metamorfosea en la ninfa Calipso, la maga Circe, el c¨ªclope Polifemo, la princesa Naussica, Atenea, y muchos otros personajes. "Lo fundamental es la mudanza de identidades a lo largo de la obra, una aventura esc¨¦nica paralela a las peripecias de Odiseo que responde a una cultura, la de Grecia cl¨¢sica, en la que la idea de la metamorfosis fue central, ya que cada ser era o pod¨ªa ser varios, donde dioses, animales y humanos est¨¢n permanentemente sometidos a mudanzas", apunta el autor.
La noche del estreno se puso al descubierto lo mucho en com¨²n que parecen tener Odiseo (nombre original del poema hom¨¦rico que posteriormente se convirti¨® en Ulises en el mundo romano) y Vargas Llosa. Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n dice que los dos son fabuladores, embaucadores, fantaseadores. T¨¦rminos que el propio escritor utiliza para definir a su Odiseo. Adem¨¢s comparten el gusto por la temeridad, esa curiosidad por conocerlo todo, por pasear por l¨ªmites vedados a seres normales, aunque para ello haya que someterse a grandes riesgos que pueden costarles muy caros. Baste con recordar que Odiseo permanece en la cueva de Polifemo y espera la vuelta del c¨ªclope gigante, en vez de huir tras haberse hecho con provisiones. Que Odiseo pide que le aten a un m¨¢stil para convertirse en el ¨²nico humano que cruza el golfo de las Sirenas, porque quiere o¨ªr y conocer aquel mortal canto de las sirenas inmortales. Todo porque Odiseo tiene una inagotable sed de conocimiento, la misma que le retrasa una y otra vez su deseada vuelta a casa. Una vuelta a casa que Vargas Llosa tambi¨¦n ronda hace d¨¦cadas y mientras busca su ?taca se entrega irremediablemente a su atracci¨®n por lo desconocido, a sus viajes inici¨¢ticos en Londres, Barcelona, Par¨ªs, Madrid, ciudades a las que ha estado ligado por largos periodos.
Ahora tampoco ten¨ªa necesidad, ni material ni profesional, de someterse al poder de las piedras del Teatro Romano de M¨¦rida, considerado un templo sagrado por varias generaciones de gentes de la escena y del que grandes actores, como Nuria Espert, dicen: "En M¨¦rida no puedes fracasar, porque no te come el p¨²blico, te comen las piedras". De hecho ¨¦l confiesa que ha tenido muchas veces dudas y ha pensado en m¨¢s de una ocasi¨®n retirarse, sobre todo en la etapa de montaje, llevado a cabo en una casa rural valenciana, donde ensayaban en un front¨®n hasta que se iba la luz y de vez en cuando gritaba en voz alta: "?Pero qu¨¦ hago yo rodeado de ecologistas, izquierdistas y ¨¢rboles, cuando lo bonito de los ¨¢rboles es verlos en los libros?
Pero tampoco hay que olvidar que el teatro fue la primera vocaci¨®n de Vargas Llosa: "El teatro es una rama de la ficci¨®n apasionante, la raz¨®n que me empuj¨® a la narrativa no fue otra que no quedarme condenado a que no se viera sobre un escenario mi trabajo, ya que eso es peor que no te editen, y por aquel entonces en Per¨² el teatro no ten¨ªa salida ", dice.
Como Leopardi, que afirm¨® que Homero es el padre y el perpetuo pr¨ªncipe de todos los petas del mundo, Vargas Llosa dice La Odisea es la madre de todos los libros: "Ninguno en la historia de la humanidad ha permanecido m¨¢s vivo y m¨¢s cercano al hombre de manera permanente y sin vac¨ªos hist¨®ricos". Efectivamente, desde la conocida traducci¨®n de Livio Andr¨®nico en el siglo III (A. De C.), hasta las versiones estrenadas este verano en M¨¦rida de F¨¦lix Grande (?taca) y de Vargas Llosa, son innumerables los traductores y escritores que se han sumergido en el poema hom¨¦rico para hablar a distintas generaciones de Odiseo/Ulises: "Un hombre de imaginaci¨®n, como el h¨¦roe moderno, porque otro aspecto fascinante de esta obra es que hace 2.700 a?os ya era protagonista de ella un h¨¦roe ambiguo, algo totalmente contempor¨¢neo", apunta Vargas Llosa, quien ha utilizado para recrear su texto "todas las versiones y traducciones que encontr¨¦ de La Odisea y en diferentes idiomas", dice.
La verdad de las mentiras naci¨® despu¨¦s de que Vargas Llosa viera una lectura dramatizada que hizo el escritor italiano Alessandro Baricco con una actriz, y decidiera atreverse con algo parecido. Odiseo y Pen¨¦lope surgi¨® a ra¨ªz de una propuesta que se materializ¨® entre ¨¦l y la actriz en un taxi en Guadalajara (M¨¦xico). La carrera ascendente de este nuevo actor llamado Vargas Llosa parece que no terminar¨¢ ah¨ª y con su equipo habitual, calificado por ¨¦l de "m¨¦nage a trois", se lanzar¨¢ a un reto a¨²n m¨¢s ambicioso: Las mil y una noches, donde contar¨¢ de nuevo con su Pen¨¦lope/Sherezade/Aitana para adentrarse en el mundo del teatro. Una actriz que ha dedicado este trabajo a su padre, el historiador y traductor ?ngel S¨¢nchez-Gij¨®n "quien tambi¨¦n me ense?¨® a viajar a trav¨¦s de la palabra escrita".
Lo ¨²nico que queda por averiguar, es si este gesto esc¨¦nico supone una llegada a ?taca por parte del escritor, porque entonces habr¨¢ que estar atentos para dirimir cu¨¢l va a ser su venganza. Porque eso s¨ª, Odiseo se veng¨® de lo lindo. Claro, que como dice Oll¨¦ lo m¨¢s probable es que "como todo viaje inici¨¢tico, la Odisea es un aprendizaje en el que el destino es s¨®lo una excusa".
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