Javier Mar¨ªas defiende la invenci¨®n como f¨®rmula para contar verdades
El escritor opina el foro de Santillana 'Lecciones y escritores' que "la realidad es una novelista p¨¦sima"
El escritor Javier Mar¨ªas defendi¨® hoy que "la ¨²nica manera de contar algo verdadero es bajo el elegante y pudoroso disfraz de una invenci¨®n", ya que de esta manera el narrador "nunca va a plegarla a las groseras y rocambolescas imposiciones de la realidad". Mar¨ªas realiz¨® estas reflexiones durante su discurso 'Para empezar por el principio', dentro del encuentro 'Lecciones y escritores', organizado por la Fundaci¨®n Santillana y la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP), en el que se re¨²nen cr¨ªticos, traductores, editores y expertos en un autor con el propio escritor. La intervenci¨®n del autor de 'Ma?ana en la batalla piensa en m¨ª' se centr¨® en las conexiones entre realidad y ficci¨®n en la literatura. As¨ª, se refiri¨® a las obras que se presentan como 'Basadas en hechos reales'. Los actos pueden seguirse en directo a trav¨¦s de Internet en esta direcci¨®n.
Mar¨ªas confes¨® que cuando se encuentra con un producto as¨ª le "invade una sensaci¨®n de pereza y aburrimiento previo, de desconianza y rechazo, de suspicacia y hasta escepticismo". "?Qu¨¦ tendr¨¢ de peregrino e inveros¨ªmil esta historia para que habiendo sucedido en la realidad me la quieran contar y adem¨¢s me avisen de que debo cre¨¦rmela porque efectivamente se dio as¨ª?", se pregunta Mar¨ªas en esos momentos, seg¨²n confes¨® en su discurso.
En este sentido, el autor de 'Negra espalda del tiempo' opin¨® que "la realidad es una novelista p¨¦sima", ya que "ni elige ni ordena ni dosifica", y "carece de estilo" porque "desconoce" aspectos como las pausas y los ritmos. "En ocasiones arroja demasiada luz y en otras tantas tiniebla, a menudo le falta ritmo y est¨¢ llena de tiempos muertos o bien se agolpan los acontecimientos", explic¨®. As¨ª, indic¨® que quienes escriben sobre historias reales incurren en una contradicci¨®n porque "recurren a la veracidad de los hechos como aval para lo que est¨¢n relatando" mientras que "procuran que su narraci¨®n se parezca a una ficci¨®n", de forma que "intentan que la realidad se aproxime o asimile a la ficci¨®n".
Frente a esto, tambi¨¦n se?al¨® que, cuando se introducen elementos ver¨ªdicos en relatos de ficci¨®n, "la ¨²nica forma de que resulte aceptable y veros¨ªmil consiste en pasarlo por la imaginaci¨®n y en ser capaz de contarlo como si en realidad no hubiera pasado". Y en cuanto a las "invenciones" nacidas "directamente de la imaginaci¨®n", Mar¨ªas sostuvo que es necesario "imagin¨¢rselo como sucedi¨® para luego pod¨¦rselo imaginar de nuevo, s¨®lo que ahora como no sucedido". Esto entra para Mar¨ªas en el "territorio de la literatura", donde "la procedencia del material debe acabar siendo indiferente", ya que "el filtro de las imaginaciones lo iguala todo". "Es un territorio de difuminaci¨®n y niebla, de penumbra e incertidumbre, en el que sin embargo vemos con m¨¢s nitidez", asever¨®.
An¨¦cdotas que cobran sentido
Al respecto, record¨® una historia familiar que ha relatado en algunos de sus libros, la de una maldici¨®n que recibi¨® un bisabuelo suyo en Cuba y que en un principio se vio como "una an¨¦cdota para contar a la hora del almuerzo" que "mereci¨® ser contada porque parec¨ªa ficci¨®n". Sin embargo, con el tiempo ¨¦sta se acab¨® cumpliendo y Mar¨ªas la utiliz¨® en sus libros, en los que, indic¨®, en ocasiones hay detalles que cobran sentido cuando avanza el relato, "como aquella maldici¨®n que acas¨® se invent¨® para amenizar un almuerzo" su bisabulo.
As¨ª, manifest¨® que "a veces en la literatura como en la vida no se sabe qu¨¦ es parte de una historia hasta que la historia se forja a s¨ª misma y est¨¢ completa y terminada". Al respecto, detall¨® que sus escritos "est¨¢n llenos de episodios y an¨¦cdotas" que "no parecen tener una funci¨®n espec¨ªfica", pero que m¨¢s adelante "reaparecen y resultan ser no tan anecd¨®ticas". Mar¨ªas confes¨® que escribe "con br¨²jula y no con mapa". Es decir, "si conociera de antemano la entera historia que me dispongo a contar, si la tuviera ¨ªntegra en la cabeza antes de ponerme a escribir, lo m¨¢s probable es que ni siquiera me molestara en escribirla", expres¨®, ya que "si lo supiera todo desde el principio, ?qu¨¦ gracia tiene ponerlo sobre el papel si no voy a averiguar nada?", se pregunt¨®.
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