Baile puro y sin argumentos
Los herederos de Farruco exhiben su arte gitano en Madrid
Flamenco sin contemplaciones. De Farruca a Faraona, el espect¨¢culo que ha unido sobre las tablas a Rosario y Pilar Montoya, hijas del gran bailaor Farruco y a su sobrino Antonio Moreno, Polito, se exhibi¨® anoche con el Palacio Real de fondo, en el marco del ciclo flamenco de Los veranos de la Villa. Las Montoya mostraron su danza visceral, con arrebatos de emoci¨®n sobre todo en las buler¨ªas, m¨¢s festera Faraona, m¨¢s t¨¦cnica Farruca. Con romero en el pelo, volantes, orgullosas de la tradici¨®n gitana que les leg¨® uno de los mejores bailaores de la segunda mitad del siglo XX, Antonio Montoya, Farruco.
"Una historia del d¨ªa a d¨ªa", rezaba el anuncio del espect¨¢culo, estrenado en Lebrija el pasado mes de enero. Y as¨ª fue. Las Montoya bailan sin aderezos, disfrutan el cante, que a ratos simplemente acompa?an con un gesto, con una mirada, sinti¨¦ndose como en una de esas fiestas gitanas que se celebran en la intimidad. Juegan con los cantaores que las acompa?an, Sim¨®n de M¨¢laga, el Ta?¨¦, el Rubio de Pruna y Mara Rey que salpican letras tradicionales con otras que ensalzan a los Farrucos. "Se est¨¢n yendo los grandes, c¨®mo bailaba Farruco, c¨®mo cantaba Chocolate", le canta por alegr¨ªas Mara Rey a Faraona.
Baile sobrio y de raza |
Arrancaron Farruca y Faraona en un mano a mano por buler¨ªas. M¨¢s lenta Faraona, sabore¨¢ndola, mostrando la belleza en el braceo y el genio en el zapateado, m¨¢s arrebatada Farruca, que demuestra en sus pies de d¨®nde han sacado sus hijos Farruquito y Farru su buen hacer flamenco.
Martinete mecido
Polito las releva por un martinete cantado con emoci¨®n por Sim¨®n de M¨¢laga, mecido, con arrebatos del genio de su estirpe pero sostenido, a penas mostrando lo que m¨¢s tarde exhibir¨¢ por buler¨ªas en las que por desnudar su arte abandona los zapatos sin que se deshaga as¨ª de su emoci¨®n.
De espalda, con chaquetilla torera, Farruca se retuerce cuando el Rubio de Pruna le canta por sole¨¢: "Hija de Farruco, te ten¨ªas que revolver bailando por soleares como te lo dijo ¨¦l". Y ella explota con su baile, alcanzando el momento cumbre de emoci¨®n, que mantiene su hijo Antonio Fern¨¢ndez, Farru, que act¨²a como invitado especial. Farru saca su rabia de golpe, lucha con su baile, lo disfruta y desata sus pies primero por soleares, luego por buler¨ªas, perfecto en el comp¨¢s, impecable en el zapateado.
El fin de fiesta los ponen unos tangos m¨¢s coreografiados, con las dos mujeres de raza sobre el escenario que acunan a un jovenc¨ªsimo Polito. Los tres forman una postal con los elementos m¨¢s b¨¢sicos del baile flamenco, poniendo el broche de oro a una noche de exhibici¨®n flamenca sin aditivos.
Babelia
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