Fernando Trueba, a por su segundo Oscar con 'El baile de la Victoria'
El cineasta, que tambi¨¦n aspirar¨¢ al premio Ariel, de M¨¦xico, ya obtuvo una estatuilla en 1994 por 'Belle Epoque'
...Y el El baile de la Victoria, de Fernando Trueba, ser¨¢ la candidata espa?ola a los oscars. Este drama, basado en la novela hom¨®nima de Antonio Sk¨¢rmeta, que no se estrenar¨¢ en las salas comerciales hasta el pr¨®ximo 27 de noviembre, supone s¨®lo la segunda participaci¨®n de Trueba en esta carrera de fondo. Con la anterior, en 1994, lleg¨® un sonado triunfo, la estatuilla por Belle Epoque. "Que la pel¨ªcula les haya gustado a mis compa?eros es una gran alegr¨ªa y representar al cine espa?ol, un honor", ha declarado esta ma?ana el cineasta.
En presencia del presidente de la academia, Alex de la Iglesia, el sobre con el filme elegido para representar a Espa?a ha sido le¨ªdo por la actriz Pilar L¨®pez de Ayala. El baile de la Victoria tambi¨¦n aspirar¨¢ a los premios Ariel de la Academia mexicana de cine. El director mexicano Juan Carlos Rulfo ha sido el encargado de revelar el nombre del filme espa?ol que optar¨ªa a este galard¨®n.
Cuando recibi¨® el Oscar por Belle Epoque, Trueba dedic¨® el galard¨®n a Billy Wilder. En esta ocasi¨®n, cambiar¨ªa la dedicatoria: "Me apetecer¨ªa dedic¨¢rselo a todo el equipo porque con los a?os he ido apreciando m¨¢s el esfuerzo del equipo, de gente que hace m¨¢s de lo que, por contrato, deber¨ªa".
Un filme con coraz¨®n y alguna pedrada
El cineasta, que en los ¨²ltimos a?os se ha volcado en la producci¨®n musical y los documentales, asegura que, tras su regreso a la ficci¨®n cinematogr¨¢fica, lo m¨¢s importante es que la pel¨ªcula haya gustado a los miembros de la academia: "Que la pel¨ªcula les haya gustado a mis compa?eros es una gran alegr¨ªa y representar al cine espa?ol, un honor". "Lo dif¨ªcil es hacer un filme con coraz¨®n como ¨¦ste, para todo el p¨²blico. Los premios y las candidaturas no dependen de ti. No son tu trabajo. A veces te dan galardones y a veces pedradas", ha a?adido Trueba.
En cuanto a las pedradas, su pel¨ªcula, presentada en el ¨²ltimo Festival de San Sebasti¨¢n, recibi¨® cr¨ªticas demoledoras. A pesar de ello, la Academia la ha seleccionado.
El 2 de febrero de 2010 la academia estadounidense leer¨¢ la lista de todos los candidatos para la 82? edici¨®n de los Oscar. La gala se celebrar¨¢ el domingo 7 de marzo de 2010 en el teatro Kodak de Los ?ngeles. Hasta entonces, el filme no tendr¨¢ una promoci¨®n especial en EE UU (pa¨ªs para el a¨²n no cuenta con distribuidora). "No creo que se pueda promocionar la pel¨ªcula en Estados Unidos en la carrera a los oscars. Si promocion¨¦ Belle Epoque no fue por la estatuilla, sino porque en aquellos d¨ªas se estrenaba a la vez en EE UU"
Entre los rivales m¨¢s fuertes y conocidos de Trueba estar¨¢n, por Francia, Un profeta, de Jacques Audiard; por Argentina, El secreto de sus ojos, de Juan Jos¨¦ Campanella (protagonizada, como la pel¨ªcula de Trueba, por el actor Ricardo Dar¨ªn); y por Alemania, La cinta blanca, de Michael Haneke.
Consulta nuestro especial sobre la pasada edici¨®n de los Oscar
'El baile de la Victoria' seg¨²n Carlos Boyero
Siempre me acerco al cine con la esperanza de disfrutarlo, pero hay casos en funci¨®n de la amistad y la admiraci¨®n que profeso hacia la persona que firma la pel¨ªcula en los que dar¨ªa cualquier cosa porque se cumplieran mis expectativas. Fernando Trueba, un acreditado narrador de ficciones, hace siete a?os que las abandon¨®, para volcar durante este tiempo su heterodoxo talento en los documentales y la producci¨®n musical. Ha retornado a ella con El baile de la Victoria, ambientada en Chile y basada en una novela de Antonio Sk¨¢rmeta que no he le¨ªdo.
Trueba habla de gente madura y joven, pero unidos umbilicalmente por las roturas internas con las que se ensa?a la vida. En el caso de un ex presidiario por su vocaci¨®n para destripar cajas fuertes y la factura que hay que pagar por ello si te trincan, por mantener c¨®digos, por no delatar al amigo cuando las cosas se pusieron chungas y por la desolada certidumbre de que ha perdido definitivamente a su familia, a su motor vital, a su ¨²nica esperanza. Uno de los personajes j¨®venes ha sido machacado por dentro y por fuera por tan s¨®lo pretender ser el guardi¨¢n entre el centeno, por robar provisionalmente un caballo amado para zamparse una sand¨ªa bajo la luz de la luna. Al otro, el horror la dej¨® muda al ver de ni?a como los perros de Pinochet masacraban a sus padres.
Privada de voz, intenta expresarse con los armoniosos y bailarines movimientos de su cuerpo. Estamos en el territorio de la intemperie tratada con afanes l¨ªricos, con seres y circunstancias que se prestan a despertarte la simpat¨ªa, la complicidad emocional, la piedad, la conmoci¨®n, el deseo de comprenderlos y de quererles, de anhelar que superen el desastre y les dejen encontrar su lugar en el mundo. A pesar de ese material argumental, yo no logro creerme casi nada en trama tan presuntamente emotiva. El jovencito ardoroso y tenaz, su incorruptible ilusi¨®n, su arriesgada inocencia, su sentido del humor, su incansable verborrea, me pone de los nervios. La volc¨¢nica e hipersensible danzarina tambi¨¦n me suena a irreal, incluido el esplendor de su rom¨¢ntico idilio a lomos de un caballo por las calles de Santiago, bajo copos de nieve o viendo por primera vez el mar.
S¨®lo consigo meterme ligeramente en esta aventura supuestamente tr¨¢gica cuando aparece Ricardo Dar¨ªn, ese actor superdotado que clava siempre sus di¨¢logos, sus gestos, sus miradas. La complicidad de este tri¨¢ngulo de perdedores honestos reivindicando su momento de gloria, afrontando un destino com¨²n y pretendiendo tener futuro, me parece impostada, literaria, nada veraz. Tampoco entiendo el recurso expresivo de in¨²tiles flashbacks o una secuencia lamentable en la que las voces en off del marido y la esposa que se han reencontrado nos cuentan lo que est¨¢ pasando en su cabeza.
Intuyes lo que ha pretendido Trueba mezclando g¨¦neros y retratando sentimientos, pero lo que veo y escucho no me funciona, esa pretendida densidad emocional me deja como un t¨¦mpano, sensaci¨®n indeseable que tambi¨¦n me ocurri¨® con El embrujo de Shanghai.
Y piensas que a un director que ha demostrado tantas veces talento y sabidur¨ªa contando historias con una c¨¢mara, en comedia y en drama, no se le puede haber secado la inspiraci¨®n ni el lenguaje. Ojal¨¢ que sea mi sensibilidad como espectador la que est¨¢ atrofiada.
Babelia
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