El triunfo del materialismo m¨¢gico
El Festival de la Palabra debate sobre la identidad latinoamericana y homenajea a Pedro Salinas, enterrado en Puerto Rico
La estrella estaba en casa. El plato fuerte de la jornada de ayer del primer Festival de la Palabra, que re¨²ne hasta ma?ana en San Juan de Puerto Rico a m¨¢s de 70 escritores latinoamericanos de distintas generaciones, fue la conferencia de Luis Rafael S¨¢nchez, de 74 a?os, el gran cl¨¢sico vivo de la literatura portorrique?a. (Aviso para espa?oles: su La guaracha del Macho Camacho (1976) est¨¢ publicada en la colecci¨®n de letras hisp¨¢nicas de la editorial C¨¢tedra, que sirve todav¨ªa sirve como certificado de canonizaci¨®n).
En el Museo de Arte de Puerto Rico, S¨¢nchez desgran¨® 10 ir¨®nicas "postales" sobre San Juan -"un jard¨ªn el¨¦ctrico de noche, un jard¨ªn de piedra y zinc de d¨ªa"- llenas de humor y cargas de profundidad sobre la realidad de un pa¨ªs que se tiene a s¨ª mismo -y a su deslizante identidad de Estado Libre Asociado a Estados Unidos- entre sus temas favoritos de conversaci¨®n. "Un pa¨ªs con forma de isla es un pa¨ªs con forma de c¨¢rcel", dijo.
Precisamente, a la convicci¨®n de que en el presupuesto de Washington siempre habr¨¢ "una teta" para sus socios-ciudadanos insulares de habla hispana la llam¨® Luis Rafael S¨¢nchez "materialismo m¨¢gico". M¨¢s all¨¢ de las pol¨¦micas de los nietos del boom contra sus venerables abuelos, Puerto Rico se mueve entre Macondo y MacOndo.
Pero no mucho m¨¢s que cualquier otro pa¨ªs salvo por el d¨®lar, las banderas estadounidenses en los edificios oficiales y, claro, el hecho de que en Estados Unidos vivan tantos portorrique?os (casi cuatro millones) como en la isla. Con una presencia inequ¨ªvoca de la lengua espa?ola -s¨®lo el 20% de la poblaci¨®n es verdaderamente biling¨¹e-, en las calles del viejo San Juan el ingl¨¦s no tiene m¨¢s espacio en la calle que el que tiene en cualquier puerto al que llegan cruceros. Y, como recuerda la escritora Mayra Santos Febres, directora del Festival de la Palabra, "no hay aqu¨ª m¨¢s McDonalds que en Madrid".
Identidad port¨¢til
S¨®lo lo fugitivo permanece y dura. En su charla, Luis Rafael S¨¢nchez habl¨® de la "identidad port¨¢til" y "el ir y venir" como rasgos definitorios del Puerto Rico permanente; de la huelga de estudiantes universitarios que tiene cerrada la universidad; de los grafitis de las paredes antes de las elecciones en un lugar en perpetua campa?a electoral -"Queremos nuevos ladrones"- y de c¨®mo la politizaci¨®n ha usurpado el puesto a la pol¨ªtica. Tambi¨¦n habl¨® del calor, lo ¨²nico que pone de acuerdo a todo el mundo. Al abrigo del aire acondicionado que congelaba la cara pero no la sonrisa, los asistentes -tres cuarto de un generoso aforo- aplaudieron de pie a Luis Rafael S¨¢nchez.
En el Festival de la Palabra, donde la casi totalidad de las actividades son gratuitas, la entrada a las charlas magistrales -Alfredo Bryce Echenique, Sergio Ram¨ªrez, Luis Rafael S¨¢nchez y Gioconda Belli- cuesta 50 d¨®lares. Precio escandinavo para una sala con temperatura escandinava. El dinero no da la identidad pero calma los nervios. S¨¢nchez, que derroch¨® inteligencia y sorna, lo dijo as¨ª: "El dinero es la grasa que ablanda cualquier bisagra".
Puerto Rico se tiene a s¨ª mismo entre sus temas favoritos de conversaci¨®n, en efecto. Que la identidad ocupe aqu¨ª el lugar que en estados vecinos ocupa la desigualdad ilustra bien su car¨¢cter de pa¨ªs de clase media con dilemas de primer mundo. No es cualquier cosa.
Pedro Salinas y 45 d¨®lares.
Con unos poemas, unas flores y menos dinero del que costaba una entrada a la conferencia magistral -eso s¨ª, impagable-, el Festival de la Palabra homenaje¨® tambi¨¦n ayer a Pedro Salinas, enterrado en 1954 en el cementerio que, a unos pasos de la sede del festival, se asoma a la orilla del Caribe. El Festival de la Palabra y Jos¨¦ Ovejero, porque los 45 d¨®lares salieron del bolsillo del autor de La comedia salvaje.
La historia es ¨¦sta: el escritor madrile?o acudi¨® el mi¨¦rcoles al camposanto y en el trayecto hacia la tumba del poeta escuch¨® los lamentos de la encargada de mantenimiento: "Nadie se ocupa, habr¨ªa que limpiarla, quitarle el moho, las hierbas..." Ovejerdo: "?Y eso cu¨¢nto costar¨ªa?". Y ella: "45 d¨®lares". Y ¨¦l: "Adelante".
El compromiso de volver dos d¨ªas despu¨¦s a revisar el trabajo se convirti¨® al final en un homenaje celebrado al mediod¨ªa, es decir, justo cuando, como dice Luis Rafael S¨¢nchez, en San Juan "la luz diluvia". Pero all¨ª estaban, ante la sobria pero impecable tumba, con el cielo tomado por las cometas de los ni?os que vienen a volarlas a la explanada del castillo del Morro, con el mar de fondo -el contemplado al que Salinas dedic¨® un libro entero-, all¨ª estaban, entre otros y adem¨¢s de Ovejero, Luis Sep¨²lveda, Kirmen Uribe, Elsa Osorio, Mayra Santos Febres y Jos¨¦ Luis Fajardo.
Tambi¨¦n Manuel de la Puebla, un anciano poeta y profesor espa?ol que lleg¨® a Puerto Rico en los a?os sesenta y que antes de leer sus versos quiso recordar a los escritores portorrique?os enterrados no lejos de Pedro Salinas, empezando por Luis Pal¨¦s Matos. La poes¨ªa ocup¨® el lugar de los discursos y por un momento, por Salinas, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Federico de On¨ªs, ?ngel Crespo y cien m¨¢s, Puerto Rico volvi¨® a ser -entre las decenas de cosas que es y deja de ser constantemente- un cap¨ªtulo decisivo de la historia de la literatura espa?ola. Por 45 d¨®lares. En euros, 35,3.
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