?tica y est¨¦tica del tac¨®n

El taconeo ha devenido arte virtuoso, hoy es tendencia; su historia a?eja se remonta, dicen los expertos, al siglo XVI seg¨²n referencias iconogr¨¢ficas y escritas; y las maneras de percutir el suelo aparecen en varias culturas, con acentos r¨ªtmicos diversos y prop¨®sitos cor¨¦uticos tambi¨¦n complejos. As¨ª, el taconeo es parte del vocabulario danc¨ªstico, no su fin. El zapateado flamenco tal como lo entendemos hoy (adem¨¢s del n¨²mero hom¨®nimo) usa del taconeo como veh¨ªculo vertebral y puede aparecer en multitud de estilos, puede ser la guinda del acento, el cairel del paso. Tambi¨¦n es verdad que del taconeo hoy se abusa, se cargan los bailes y a veces incluso se desvirt¨²an los prop¨®sitos originales en cuanto a est¨¦tica. Se ha llega a un estadio obsesivo que no por espectacular mejora la esencia danzada.

Jos¨¦ Maya (nacido en 1983) y Alfonso Losa no llegan a los 30 y ya son figuras, serios, conscientes y entregados a la faena con una intensidad que dice mucho de su ardor y su voluntad de llegar al p¨²blico y la excelsitud del baile. "Grito" es un esfuerzo serio de teatralizar el baile solista, tiene m¨¦ritos y adolecen el factor mesura. Se abusa del tac¨®n, se centra en su fraseo el di¨¢logo entre los dos artistas hasta el punto de descuidar otros elementos de ese todo que es el baile en s¨ª.

En "Grito" se usan 12 figurantes a manera de coro y corifeo (en su sentido m¨¢s cl¨¢sico), apoyatura grupal que puebla la escena y arropa al principal con evoluciones sugerentes. Unas proyecciones sit¨²an al espectador en zona apocal¨ªptica; hiela la sangre, ensombrece el ambiente. Maya y Losa lucen sus estampas personales manteni¨¦ndose en el atuendo convencional. Son muy diferentes entre s¨ª y se respira un respeto por la esencialidad entendida como tradici¨®n. Son bailarines modernos, pero enraizados a una est¨¦tica con la que confrontan, desde la que progresan.

La "siguirilla" a d¨²o es un "di¨¢logo de carmelitas" (por aquello del color del atuendo); despu¨¦s la obra es toda en blanco y negro, matizada por grises y un refulgente traje azul de Maya, que se empe?a en luchar con los botones de la chaqueta, un lastre. Losa en la farruca con bast¨®n viaja a la profundidad se?orial, en el tiempo y Maya despu¨¦s se esmera con su sole¨¢ por buler¨ªas (que es su fuerte, su baile) expresando y dando un recital contundente. Losa no se queda atr¨¢s y hace del giro un goce, donde un elaborado trabajo de brazos entonados da sentido a las vueltas, las dignifica y multiplica hasta arrancar el aplauso justificado.