El arte de conseguir arte
Instituciones y museos trabajan durante a?os para negociar y conseguir las obras necesarias para sus exposiciones
Hoy se abre al p¨²blico la exposici¨®n Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia. Cinco a?os ha necesitado el museo Thyssen para conseguir las piezas necesarias y desarrollar la muestra. Ver juntos a los impresionistas y sus coet¨¢neos en Impresionismo, un nuevo renacimiento en la Fundaci¨®n Mapfre o disfrutar a Thomas Schutte en la retrospectiva del Reina Sof¨ªa ha requerido un proceso de m¨¢s de dos a?os de media. Para dar estas opciones a los espectadores, un numeroso equipo ha trabajado para que instituciones y colecciones privadas conf¨ªen en su idea, les presten las obras necesarias y viajen hasta la sede para articular un discurso art¨ªstico.
La tesis, formulada por el comisario o el museo, se perfila con un listado de obras y la certeza de que s¨®lo el 30% ser¨¢n cedidas. "Hay un proyecto ideal de m¨¢ximos", explica Pablo Jim¨¦nez Burillo, director general de la Fundaci¨®n Mapfre, " y se marcan unos m¨ªnimos". "Hay obras sin las que la muestra no tiene sentido", confirma Teresa Vel¨¢zquez, jefa del Departamento de Exposiciones del Reina Sof¨ªa, "depende de si es de un artista vivo, m¨¢s f¨¢cil; o hist¨®rica, con algunas imprescindibles". Excepcionalmente, la ¨²ltima hist¨®rica del Thyssen-Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia- ha conseguido un 85% de las obras solicitadas.
Con esta lista, contactan con las instituciones y van a defender su idea. "Se parece a un examen de tesis", contin¨²a Jim¨¦nez, "no es 'quiero hacer una exposici¨®n', sino articular cient¨ªficamente la importancia de lo que solicitas". A?os y colaboraciones mediante, las instituciones desarrollan l¨ªneas de reciprocidad, como las que unen al Thyssen con los coleccionistas de Alemania, su pa¨ªs de origen.
"Cada obra se negocia por separado", explica Jim¨¦nez, "y tiene una historia diferente detr¨¢s". Su voz adquiere un cariz de l¨®gico orgullo al hablar de la exposici¨®n de Camille Claudel, aprendiz y amante tard¨ªa del escultor Rodin. Problemas legales con los herederos de la artista imped¨ªan al museo del creador de Las puertas del Infierno y responsable de la ruptura con el pedestal que fue Los burgueses de Calais, en Par¨ªs, realizar una muestra representativa de su obra. A los pocos, el equipo de Mapfre consigui¨® juntar las piezas para exhibirlas en Madrid en 2007. Despu¨¦s viajaron al Rodin. "Esto nos puso en buena posici¨®n", dice,"para que nos prestasen un yeso original del maestro". La obra prestada fue El pensador, una de las m¨¢s conocidas del artista. En un mundo donde todos dependen de todos, la buena relaci¨®n es indispensable para conseguir buenas obras.
Pero las negativas ocurren y enriquecen el proyecto. "Hay obras que no se prestan", asegura Vel¨¢zquez, "por su estado de conservaci¨®n, como los collages o las tablas antiguas, o porque son imprescindibles para el desarrollo de la colecci¨®n del museo". Se buscan alternativas, ya sea otra obra similar del autor o una que por oposici¨®n ayude a la muestra, y en algunos casos una secundaria acaba convertida en protagonista. "En este trabajo compruebas los fallos en la pr¨¢ctica de la teor¨ªa", reflexiona Jim¨¦nez.
La dificultad del pr¨¦stamo depende del pa¨ªs. El tr¨¢mite m¨ªnimo en EE UU es de un a?o frente a los seis meses europeos; en Brasil, Mapfre recibi¨® un esclarecedor mensaje de la diplomacia espa?ola: "Aqu¨ª todo es muy complicado, pero nada es imposible"; Rusia y la lenta burocracia... Todas las instituciones aseguran que en raras ocasiones se solicita dinero, pero en los mentideros se habla de alquileres de dos millones de euros por una colecci¨®n completa.
Llegado el acuerdo, comienza el viaje. Entre 4.000 y 6.000 euros a cargo de la instituci¨®n receptora. Incluye, adem¨¢s del seguro clavo a clavo, el embalaje especial, los billetes de la obra y su acompa?ante humano y el sueldo de los agentes que custodian los embalajes en las zonas de carga, ciertos conflictos inesperados. En la aduana de Colombia quisieron agujerear las cajas de transporte por las sospechas de coca¨ªna.
Los trayectos son duros. En avi¨®n, soportan los cambios de temperatura entre el clima del prestador hasta ¨¦l del destino, pasando por los entre ocho y diez grados de las bodegas. El traqueteo de un cami¨®n no es bueno para las telas. Un carguero, para grandes pr¨¦stamos transoce¨¢nicos, implica mucho tiempo de viaje y el uso de gr¨²as para el container. La tecnolog¨ªa ayuda el buen t¨¦rmino de la aventura. Empresas como TTI o SIT disponen de cajas especiales, con espuma de poliutireno extru¨ªdo y capa de aislamiento t¨¦rmico, GPS localizador, sensores de movimiento y temperatura... Adem¨¢s de soluciones personalizadas en caso que el gran tama?o de la obra supere los recept¨¢culos habituales.
"Antes se cubr¨ªan con una manta", ilustran con una sonrisa el cambio desde el Thyssen. Y tambi¨¦n garantizan la seguridad de los trayectos. "La prueba es evidente", concluyen, "siempre que le ocurre un accidente a una obra es noticia".
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