El nobel vuelve a las aulas
Mario Vargas Llosa regresa a su vida normal tras la concesi¨®n del premio y acude puntual a la inauguraci¨®n del curso que imparte en la Universidad de Princeton
Todo es igual, pero todo es distinto. Las aulas son las mismas. El ritual de preparar las clases es el de siempre. La rutina de levantarse al alba; desayunar; leer los diarios; asearse y mirarse en el espejo para finalmente ajustarse la corbata. El rostro que ve es el mismo. Pero la mirada que devuelve el azogue es otra. Como es otro el saludo de los estudiantes. Como sabe distinto el bocadillo que el escritor compra en la cafeter¨ªa cercana al campus. Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, regres¨® ayer a las aulas de Princeton (Nueva Jersey). Sus horarios y sus compromisos son los mismos. Pero el escritor ya es otro.
Ayer era d¨ªa de tutor¨ªas. La primera alumna en pasar por su despacho fue una joven mexicana que, conociendo la debilidad del escritor por los hipop¨®tamos, le hizo entrega de uno de peluche -marr¨®n para m¨¢s detalles-. Luego llegar¨ªa un s¨¢ndwich de jam¨®n y queso acompa?ado con una limonada que el Nobel se comi¨® a la carrera, en el camino a su clase, donde le esperaban poco m¨¢s de 20 alumnos.
"Todos con un excelente espa?ol", seg¨²n Vargas Llosa. Asistieron a la apertura de un semestre dedicado a la t¨¦cnica de la novela y a Jorge Luis Borges dentro del Programa de Estudios Latinoamericanos.
El narrador, el espacio y el tiempo era el tema. El primer d¨ªa de clase del nobel dur¨® tres horas y media. De nuevo, todo era lo de siempre. Tomar asiento, conocer a sus alumnos. Extender sus apuntes ¨¦l; sacar sus cuadernos ellos. Y as¨ª transcurri¨® la primera parte de la charla. Cuando el escritor se ausent¨®, a su vuelta le esperaba una tarta de chocolate y fresa sobre la que se hab¨ªa garabateado: "Felicidades por el Premio Nobel". Todos comieron un pedazo. Hubo t¨ªmidos aplausos.
Ya nada ser¨¢ igual por mucho que la realidad haya devuelto a Vargas Llosa a las tareas propias de los mortales: trabajar y cumplir con un horario. "Enhorabuena, maestro", acert¨® a decir en espa?ol una t¨ªmida joven estadounidense con un tremendo acento. "Ya era hora", apuntaba un incondicional que consideraba que la Academia Sueca hab¨ªa sido r¨¢cana con el escritor peruano en los ¨²ltimos 20 a?os. Vargas Llosa insist¨ªa en bromear al respecto: "Lo bueno que tiene que te concedan el Nobel es que ya no tengo por qu¨¦ explicar por qu¨¦ no me lo daban".
Por mucho que el calendario diga que ayer era 11 de octubre y que los adoquines se cubrieran de hojas -ca¨ªan de bell¨ªsimos ¨¢rboles anaranjados-, una suerte de verano en oto?o recibi¨® con una ola de calor al flamante Nobel. "B¨¢sicamente soy un escritor, no un profesor", explicaba Vargas Llosa. "Aunque me gusta ense?ar por la cercan¨ªa con los estudiantes y tambi¨¦n por tener la suerte de hablar con ellos sobre buena literatura".
La mejor de las prosas: El reino de este mundo, de Alejo Carpentier. Ese fue -y ser¨¢- el libro que se estudiar¨¢ en su c¨¢tedra este semestre en la prestigiosa Princeton. Pero los alumnos deseaban que el maestro tambi¨¦n les contara el secreto de su ¨¦xito y alguno incluso so?aba con un d¨ªa recibir tantas peticiones de entrevistas como ahora mismo tiene el Nobel en su agenda.
Princeton, una de las universidades m¨¢s antiguas de Estados Unidos -fundada en 1746- y perteneciente a la Ivy League, no es ajena a los premios Nobel. Varios han pasado por sus aulas -Albert Einstein; el matem¨¢tico John Nash; el presidente estadounidense Woodrow Wilson; el economista Paul Krugman- y alguno incluso estudi¨® en ellas -el excelente dramaturgo Eugene O'Neill-. Ayer por la tarde, al t¨¦rmino de la clase, Vargas Llosa ten¨ªa previsto un encuentro con algunos de ellos, como la escritora Toni Morrison. Eso ser¨ªa antes de que por la noche el escritor pronunciase su Discurso sobre la cultura como apertura solemne del semestre.
Si hoy se celebra el D¨ªa de la Hispanidad, ayer fue Columbus day en Estados Unidos -los muy pr¨¢cticos norteamericanos colocan sus jornadas festivas en lunes-. Un d¨ªa que se celebra porque marca el nacimiento de una nueva identidad entre los pueblos del continente americano y los colonizadores espa?oles. Un d¨ªa especial para Mario Vargas Llosa. En el que el autor peruano se vio obligado a fusionar su antes con su despu¨¦s del Nobel.
Su jornada concluy¨® como ten¨ªa previsto hace meses, con un discurso que deb¨ªa ser la apertura del curso acad¨¦mico de Princeton. Pero habr¨¢ sido uno muy distinto al que imagin¨® cuando todav¨ªa no era Nobel de Literatura 2010. La cultura no es cantidad sino calidad, enfatiza ha enfatizado en ¨¦l delante de varios centenares de personas. El nobel, a riesgo de "sonar pesimista", ha expresado su opini¨®n de que en los tiempos actuales "hemos hecho de la cultura uno de esos castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento".
Babelia
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