Amor, arma, armario, maravilla
Los ni?os del Colegio Espa?ol de Suecia rinden homenaje al Nobel Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa perdi¨® la voz, casi, pero se la puso a punto esta ma?ana para encontrarse con la comunidad hispana en Estocolmo, concentrada por el Instituto Cervantes, que le esperaba con un regalo muy especial.
Este regalo no era tan solo la exposici¨®n La libertad y la vida, sobre su obra y sobre su biograf¨ªa, sino un muy especial mensaje de los ni?os suecos (e hispanos) que estudian en el Colegio Espa?ol de Estocolmo.
Junto a la ministra espa?ola de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, ante el colega peruano de ¨¦sta, Juan Ossio, ante la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, y ante el director del Cervantes de Estocolmo, Joan ?lvarez (que dijo que Vargas Llosa es "el Arqu¨ªmedes de la ficci¨®n"), el Nobel se qued¨® boquiabierto ante "la nitidez" con que esos ni?os de mayor¨ªa sueca se dirig¨ªan a ¨¦l desde una grabaci¨®n para decirle las cosas m¨¢s sencillas o estramb¨®ticas.
Todos le saludaban con reverencia o respeto; uno se congratul¨® de la felicidad de su familia, otro le expresaba el deseo de conocerle, alguno le pregunt¨® "si es muy dif¨ªcil ganar el Nobel", uno quiso saber cu¨¢ntos idiomas sabe, y el ¨²ltimo le pidi¨® que siguiera aconsejando "buenos valores a los ni?os y a los adultos".
Los chicos, adem¨¢s, prepararon un panel a partir de las tres palabras claves en la vida del Nobel: su nombre propio, Mario Vargas Llosa. Algunos hallazgos de esa especie de m¨²ltiple acr¨®stico que ahora coexiste con las fotos y los recortes que recubren las paredes que acogen la exposici¨®n cuyo comisario es el escritor peruano Alonso Cueto: "Amigo, amor, arma, armario, gallo, giro, gloria, gramo, largo, gorra, llorar, maravillosa, maravilla, vamos, sol, risa, vago".
El Nobel estaba sin voz, pero encantado. Encantado de escuchar, por cierto, un discurso, el de la ministra de Cultura espa?ola, que no s¨®lo es cineasta sino tambi¨¦n escritora. ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, una vez m¨¢s, recurri¨® a sus propias artes (y a su propia investigaci¨®n) para sorprender al auditorio con una disertaci¨®n que tiene poco que ver con las burocracias al uso. Le record¨® al Nobel una lejana experiencia infantil relacionada con el f¨²tbol y con su equipo favorito en Per¨², y le record¨®, por si ¨¦l se hubiera olvidado, que los pol¨ªticos pasan y los escritores permanecen en el tiempo. Y ¨¦l, le dijo ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, ahora no ser¨ªa el premio Nobel Vargas Llosa si alguna vez hubiera tomado el cetro del Presidente Vargas Llosa.
Carmen Caffarel estaba tan feliz como su gente del Cervantes. En este centro cuya biblioteca lleva el nombre del centenario maestro Francisco Ayala, reivindic¨® la literatura como una combinaci¨®n de experiencias, que en el caso de Vargas Llosa es la experiencia en ciudades, "mundos fascinantes que luego son mundos de su imaginaci¨®n"... Y se congratul¨® de que en esta muestra, que los suecos (y quien venga) podr¨¢n ver hasta el 20 de enero de 2011, se puede ver la carta con la que la Academia Sueca le cont¨® a Vargas Llosa que hab¨ªa llegado al momento de la vida "en que se cumpl¨ªa los sue?os que tuvo al leer, mucho tiempo atr¨¢s, a los maestros en cuya historia est¨¢ ¨¦l mismo ahora".
El ministro peruano habl¨® de la patria en Mario, "un peruano a carta cabal", capaz, sin embargo, de no ser, ni en su literatura ni en nada, "un ser parroquial", un hombre con "un talento indiscutible" y con "una extrema pasi¨®n por lo que hace".
Mario, con la voz quebrada, habl¨® de las emociones que siente estos d¨ªas; y habl¨® de la libertad, claro, el lema de la exposici¨®n con que se le honra. Y de su oficio: "Jam¨¢s hubiera imaginado que una profesi¨®n tan hermosa como la m¨ªa convertir¨ªa mi vida en estas ¨²ltimas semanas en esta experiencia tan excitante y tan grata". La vida est¨¢ mal hecha, pero la literatura nos da los sue?os suficientes como para superar "las arbitrariedades y las contrariedades"; nos ayuda a vivir, a superar "los desaf¨ªos"; la literatura tiene tanto que ver con la libertad "que aquellos que no la quieren tratan de controlarla y de maniatarla". La infelicidad no acabar¨¢ nunca, pero la escritura y la lectura, que el Cervantes impulsa en todo el mundo, ayuda a mitigarla; el espa?ol, "esta gran lengua que nos comunica", nos hacen a todos vivir "este irrenunciable parentesco" de la lectura y la ficci¨®n, alivios de la vida, seg¨²n el Nobel. Luego sali¨® a la sala y all¨ª se encontr¨® con las palabras que los ni?os hicieron con su nombre. Y ¨¦l, que hace rato ya est¨¢ en la edad de muchos nietos, estaba feliz,
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