Los Nobel son de carne y hueso
Mario Vargas Llosa sufre una afon¨ªa horas antes de su discurso de la que ya est¨¢ curado
A los Nobel les pasa de todo, como a cualquiera; a este Nobel de Literatura le gusta correr, y caminar por Estocolmo, tan solo caminar, es un deporte de alto riesgo. No es tan solo que las calles est¨¦n heladas, a seis o a diez grados bajo cero (hace una semana hubo catorce grados bajo cero) sino que, adem¨¢s, el fr¨ªo se agarra a la garganta y te la destroza. O sea que te puedes caer, y este es un riesgo severo a ciertas edades, y adem¨¢s te puedes quedar sin voz. Cualquiera se puede quedar sin voz en Estocolmo. Pero si te quedas sin voz y eres Mario Vargas Llosa ya eso es muy serio, porque el Nobel de Literatura tiene que hablar esta tarde, a las 17.30, en el acto m¨¢s importante de su semana en la ciudad del premio que le han concedido los acad¨¦micos suecos. Afortunadamente, Vargas Llosa ya se ha curado de la afon¨ªa.
Y resulta que a Vargas Llosa le han pasado las dos cosas: se ha ca¨ªdo y ha perdido la voz. Nada grave, pero en un d¨ªa como hoy ambos hechos causaron cierto revuelo en el entorno; nada que no pueda resolver en un instante la magn¨ªfica ciencia m¨¦dica sueca. Resulta que un fot¨®grafo le pidi¨® al Nobel que hiciera no s¨¦ qu¨¦ pirueta, y se cay¨® en la nieve. Y resulta que, en efecto, el fr¨ªo de Estocolmo le atenaz¨® la garganta.
Esta ma?ana lo vimos hacer se?as sobre esa p¨¦rdida de voz, camino de una inyecci¨®n, seguramente, que se la restituya antes de que se produzca ese momento culminante de su discurso del que s¨®lo se sabe, porque lo dijo ¨¦l en su conferencia de prensa, que en ¨¦l est¨¢ la palabra Barcelona. Y si est¨¢ Barcelona... Bueno, prohibido especular; a las 17.30 empezar¨¢ a hablar, con su voz repuesta, y seguramente aliviado del dolor causado por la ca¨ªda a la que lo indujo la fotograf¨ªa.
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