Vargas Llosa, luz literaria
En ocasiones el Premio Nobel de Literatura se ha concedido a escritores un tanto marginales antes que a los m¨¢s conocidos a nivel mundial, aquellos que sobresalen por su calidad literaria. Esto es lo que me sucedi¨® a m¨ª cuando me adelant¨¦ a G¨¹nter Grass y Mario Vargas Llosa, y me sent¨ª apenado de verdad, pues sosten¨ªa con ellos, entre otros autores que hab¨ªan accedido con generosidad a mi petici¨®n (Escribir contra la violencia, Editorial Asahi), una fluida correspondencia.
Sin embargo, al repasar la lista de los galardonados en un plazo m¨¢s extenso, digamos 5 o 10 a?os, me pareci¨® que la selecci¨®n hab¨ªa sido siempre muy acertada. Yo, por ejemplo, no sab¨ªa nada de la polaca Szymborska, y as¨ª comenc¨¦ a leer sus obras publicadas con motivo del premio, primero en japon¨¦s, luego en ingl¨¦s y franc¨¦s, y finalmente termin¨® siendo una de mis poetisas favoritas.
Los ensayos de 'La verdad de las mentiras' revelan la devoci¨®n del escritor por su oficio
Entusiasmado por el reciente premio otorgado a Vargas Llosa, 11 a?os despu¨¦s que a Grass, hice una colecci¨®n de recortes de prensa para ponerlo al tanto de la repercusi¨®n de su merecido galard¨®n entre lectores japoneses (con un resumen en ingl¨¦s), y me qued¨¦ aterrado ante la columna de Akira Ikegami, publicada en Asahi bajo el t¨ªtulo de Lectura oblicua de prensa.
Despu¨¦s de admitir, no sin verg¨¹enza, que no sab¨ªa qui¨¦n era Vargas Llosa, el se?or Ikegami se refiri¨® a las razones del premio y declar¨® que "no entend¨ªa en absoluto" estas dos l¨ªneas: "Por su cartograf¨ªa de las estructuras del poder y sus mordaces im¨¢genes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota". A m¨ª, en cambio, me pareci¨® un excelente esbozo de las mejores obras de Mario Vargas Llosa, quien desde el inicio de su carrera abord¨® con mirada cr¨ªtica la realidad social y pol¨ªtica de Per¨².
A continuaci¨®n, el se?or Ikegami dice que para ¨¦l "no es sino un galimat¨ªas" todo lo que los investigadores m¨¢s experimentados han escrito con pasi¨®n sobre Vargas Llosa en espacios limitados de la prensa. Aunque me parece comprensible la reacci¨®n del c¨¦lebre comentarista, yo, como escritor acusado durante mucho tiempo por un supuesto hermetismo, quiero manifestar aqu¨ª mi opini¨®n para los no-amateurs que "desean iniciarse en la carrera de novelista".
Ante todo, lean ustedes al menos una novela de Mario Vargas Llosa. Luego, aprendan con sus ensayos literarios, que revelan la profunda devoci¨®n del escritor peruano por su oficio. De las primeras recomiendo sin duda La casa verde y de los segundos La verdad de las mentiras.
En este ¨²ltimo libro, Vargas Llosa selecciona las 35 novelas del siglo XX que m¨¢s le han impresionado en su vida, y las comenta con perspicacia y fervor. Citar¨¦ algunos pasajes ilustrativos del ensayo anexado a manera de ep¨ªlogo. Entre las varias personas que "declaran ya obsoleto" al libro, Vargas Llosa se refiere a "la que la humanidad debe tanto en el dominio de las comunicaciones": Bill Gates. Mientras el fundador de Microsoft le hace "lanzar un suspiro de alivio" cuando asegura en una conferencia de prensa en Madrid que se ocupar¨¢ de que la letra ?, indispensable en la lengua espa?ola, no desaparezca de las computadoras, lo saca de quicio su afirmaci¨®n de que "no se morir¨¢ sin haber realizado su mayor designio", que consiste en "acabar con el papel, y, por lo tanto, con los libros".
"Tengo el convencimiento, que no puedo justificar, de que, con la desaparici¨®n del libro, la literatura recibir¨ªa un serio maltrato, acaso mortal. El nombre no desaparecer¨ªa, por supuesto; pero probablemente servir¨ªa para designar un tipo de textos tan alejados de lo que ahora entendemos por literatura...", escribe Vargas Llosa.
Y tambi¨¦n: "Otra raz¨®n para dar a la literatura una plaza importante en la vida de las naciones es que, sin ella, el esp¨ªritu cr¨ªtico, motor del cambio hist¨®rico y el mejor valedor de su libertad con que cuentan los pueblos, sufrir¨ªa una merma irremediable. Porque toda buena literatura es un cuestionamiento radical del mundo en que vivimos".
Para el escritor peruano, el papel m¨¢s importante de la literatura es explorar a fondo el mundo interior de los individuos. El viejo y el mar, novela de Ernest Hemingway a la que Mario Vargas Llosa dedica un cap¨ªtulo, comienza como una historia sencilla a simple vista: un viejo pescador, despu¨¦s de un largo tiempo de "salao", saca una presa grande, pero se ve forzado a batallar con los tiburones que buscan escamote¨¢rsela. Al regresar al puerto con el esqueleto inservible del pez, el viejo "muestra que siempre hay esperanza, que aun en las peores tribulaciones y reveses la conducta de un hombre puede transformar la derrota en victoria y dar sentido a su vida".
Por otro lado, al ni?o Manol¨ªn, que ha estado preocupado por el destino del viejo pescador, lo hace llorar "la admiraci¨®n por el anciano inquebrantable, m¨¢s todav¨ªa que el cari?o y piedad que siente por el hombre que le ense?¨® a pescar".
"Para que esta notable transformaci¨®n de la historia ocurra su mudanza de an¨¦cdota particular en arquetipo universal ha sido precisa una gradual acumulaci¨®n de emociones y sensaciones, de alusiones y sobrentendidos, que poco a poco van extendiendo el horizonte de la an¨¦cdota hasta abarcar un plano de absoluta universalidad. El relato lo consigue gracias a la maestr¨ªa con que est¨¢ escrito y construido".
En principio, en La verdad de las mentiras, Vargas Llosa selecciona una novela por escritor, pero de Heming-way toma otra, aparte de El viejo y el mar (tambi¨¦n hace una excepci¨®n con Graham Greene, sin avalar demasiado la calidad de sus obras): Par¨ªs era una fiesta. Estas memorias, escritas un poco antes de su muerte, se prestan para demostrar que en sus d¨ªas parisienses el joven Hemingway, lejos de ser un bohemio legendario, era una persona cuidadosa y diligente que "lo observa todo con ojos fr¨ªos y pr¨¢cticos, selecciona y desecha experiencias, almacena".
Mario Vargas Llosa, sin lugar a dudas un gran escritor, se revela en La verdad de las mentiras no solo como un maestro de la literatura mundial sino como un digno gu¨ªa para los aspirantes a escribir novelas. ?No pierdan la gran oportunidad!
Traducci¨®n de Ryukichi Terao, con la colaboraci¨®n de Ednodio Quintero.
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