Quique Gonz¨¢lez lleva Nashville al Florida Park

Desde que se proh¨ªbe fumar en cualquier lugar p¨²blico cerrado, incluidos los conciertos, el ambiente de rock y malevaje hay que fabricarlo a base de humo artificial. Aquello -y en cantidades que rozaron lo rid¨ªculo- fue lo ¨²nico de pega que se pudo respirar anoche en la m¨ªtica sala Florida Park de Madrid, donde Quique Gonz¨¢lez ofreci¨® el primero de sus tres conciertos de cierre de su gira Daiquiri Blues. Todo lo dem¨¢s fue de una autenticidad irreprochable. Tras m¨¢s de un a?o en la carretera, y de la impagable oportunidad que aprovech¨® durante 2010 teloneando gran parte de la gira de Fito y Fitipaldis, el madrile?o demostr¨® anoche que, aunque el camino haya sido largo, llega a este final de gira en perfecta forma.

Durante m¨¢s de dos horas desgran¨® un impecable y variad¨ªsimo repertorio que no se centr¨® en su ¨²ltimo disco, que tambi¨¦n da nombre a la gira. Es m¨¢s, recuper¨® temazos de esos con los que Gonz¨¢lez ha conseguido un p¨²blico absolutamente fiel que le sigue a cualquier sitio y a ciegas, y que esta noche y ma?ana volver¨¢ a llenar la sala. Temazos como Salitre, que interpret¨® como si se hubiera reencarnado en el mism¨ªsimo Lou Reed versione¨¢ndose a s¨ª mismo para demostrar que los m¨²sicos de rock no solo se hacen en el estudio, sino encima de un escenario, investig¨¢ndose todas las noches. Un salitre que casi comenz¨® en Nueva York y termin¨® en calles de Madrid. Ya lo hab¨ªa advertido el m¨²sico antes de comenzar este concierto, al que defini¨® como "el principio del fin". No cambiar¨ªa el grueso del repertorio, pero s¨ª se sacar¨ªa de la manga alguna sorpresa para no defraudar a los incondicionales, esos que repiten un d¨ªa tras otro.

Al menos en este primer concierto no defraud¨®, pese a que ¨¦l y los cuatro m¨²sicos de su banda tuvieron que luchar contra los graves problemas de sonido que arrastra el Florida Park. Kamikazes enamorados, Y los conserjes de noche, P¨¢jaros mojados, Miss Camiseta mojada... Todas fueron cayendo, pero como si acabaran de salir del horno, interpretadas en un directo que pretende apartarse del original aunque el p¨²blico sea capaz de corear las letras de cabo a rabo.

Anoche fue casi una colecci¨®n de buenos momentos. Uno de los mejores lleg¨® con De haberlo sabido, una de las letras m¨¢s emocionantes del rock espa?ol actual, y que Quique Gonz¨¢lez encaden¨®, como si tal cosa, con los primeros versos de El sitio de mi recreo, de Antonio Vega. Durante gran parte del recital, Gonz¨¢lez le ense?¨® al p¨²blico lo mucho que se trajo de Nashville, donde grab¨® este Daiquiri Blues y donde el esp¨ªritu de la mejor m¨²sica americana le ha invadido tal vez para acompa?arle en casi todo lo que haga. Al menos all¨ª estuvo en una versi¨®n de Adelita, s¨ª "esa que cantan casi todas las tunas" y cuya interpretaci¨®n record¨® a esas incursiones que hace James Taylor en la m¨²sica tradicional como el Oh Susana.

La gira Daiquiri Blues se acaba, pero Gonz¨¢lez, en lugar de parar y descansar, emprender¨¢ ya mismo una nueva gira que, bajo el nombre de Desbandados, tendr¨¢ un formato ac¨²stico y centrado en la parte menos conocida de su repertorio. Despu¨¦s de visto lo de anoche, ser¨¢ dif¨ªcil que le salga mal.