Picasso, doble raci¨®n
EE UU celebra al artista con dos nuevas exposiciones
Picasso se multiplica como los panes y los peces. Los estadounidenses lo adoran, ya sea en galer¨ªas como Gagosian, donde hace dos a?os la gente se peleaba por entrar para ver el trabajo del artista en el coraz¨®n del barrio de galer¨ªas ultramodernas de Chelsea, en Nueva York o en grandes museos, donde la pasada primavera ya fue protagonista con sendas exposiciones en el Museo de Arte Moderno (MOMA) y en el Metropolitan de la misma ciudad. Pero con un creador tan prol¨ªfico, admirado, mitificado y bien cotizado como Picasso, las posibilidades de ¨¢ngulos de comisariado y el n¨²mero de obras con las que organizar una exposici¨®n parecen inagotables as¨ª que ya sea por casualidad o de forma planificada, Estados Unidos vuelve a celebrar al artista con dos grandes exposiciones.
La primera se inaugur¨® el pasado fin de semana en el MOMA. Bajo el t¨ªtulo Guitarras 1912-1914 la muestra explora una de las ¨¦pocas de experimentaci¨®n m¨¢s radical del artista, con m¨¢s de sesenta piezas que raramente se han visto juntas antes y que se unen bajo una mirada com¨²n: la del cubismo en plena ebullici¨®n. La segunda exposici¨®n, en cambio, se inaugura el pr¨®ximo viernes en el Virginia Museum of Fine Arts en Richmond, y es una ambiciosa y monumental retrospectiva organizada con fondos del Museo Nacional Picasso de Par¨ªs, actualmente cerrado por obras, lo que ha permitido que 176 cuadros que raramente salen de aquella instituci¨®n se muestren en Estados Unidos hasta el pr¨®ximo 15 de mayo.
El punto de arranque de la exposici¨®n del MOMA son dos obras que el artista le don¨® al museo antes de morir: un collage cubista titulado Guitarra y fechado en 1912 y otro hom¨®nimo emul¨¢ndolo pero esta vez realizado en metal en 1914. Entre ambas piezas el pintor malague?o utiliz¨® la figura de la guitarra para experimentar con materiales y formas y avanzar hacia figuraciones y desfiguraciones radicales que despu¨¦s marcar¨ªan no solo su obra si no a muchos de sus contempor¨¢neos y a casi todos los que llegaron despu¨¦s. En la muestra hay sobre todo collages pero tambi¨¦n dibujos, ¨®leos fotograf¨ªas y esculturas procedentes de 35 museos internacionales con las que se construye una visi¨®n muy poco com¨²n de un per¨ªodo especialmente importante en la producci¨®n del artista.
La muestra del Virginia Museum of Arts, titulada Obras maestras del Museo Nacional Picasso de Par¨ªs es exactamente eso, un recorrido a trav¨¦s de las obras que el propio artista coleccion¨® a lo largo de ocho d¨¦cadas y en las que est¨¢n representados todos sus periodos creativos. Curiosamente el museo no se limita a anunciarla por su valor art¨ªstico si no que el mismo director aparece en un video promocional del museo hablando del impacto econ¨®mico que tendr¨¢ la exposici¨®n en el ¨¢rea de Richmond. No es un secreto que Picasso mueve millones y ahora que tanto escasean en el mundo de la cultura, su figura se presenta como un reclamo seguro para llenar las maltrechas arcas de las instituciones.
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